Ser el Rey de toda la raza de licántropos es un trabajo sumamente complicado, hacerlo en soledad es un reto aún más difícil
Kaelan Cavendish ha llevado ese peso durante muchos años hasta que llegó ese ser especial, una chica hecha a su medida, una que comparte un linaje jamás visto
Ella junto con su hermano demostrarán ser mucho más de lo que se espera, porque claro, ser en parte hombre lobo y demonio es genial, cierto??
- Eres mi mate - gruñe profundamente el Rey
- Lo sé, pero estás seguro de aceptarme?? -
Esta es la historia de Kaelan, Ezme y Evan...
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Capitulo 23
En un dialecto extraño abuela y nieta recitaron algo parecido a una oración, sus voces completamente sincronizadas parecía que cantaba algo celestial, y al terminar, las dos quedaron con los ojos cerrados y respiración tranquila, ambas parecían en un sueño profundo
Era increíble la forma en que Ezme se daba cuenta de las cosas, era como si estuviera dentro del cuerpo de su abuela viendo todo en primera persona.
Poco a poco en cuenta regresiva pasaba toda la vida de Irina, fue emocionante para Ezme ver todas las cosas que su abuela a vivido, aunque muchas escenas hubiera preferido saltar, como toooodos los encuentros íntimos de ella y su abuelo, pero omitiendo eso, todo lo demás fue fantástico
Quedó admirada al ver su nacimiento y la batalla con aquella que quería a Evan, se llenó de enojo al ver el maltrato que sufrió su madre y se llenó de ternura al presenciar el amor que le profesaron sus padres durante toda su vida y el esfuerzo realizado para que llegara al mundo, las demostraciones de cariño mientras el amor entre sus abuelos crecía y la forma poco usual en que se conocieron. A partir de ahí solo fueron cosas de demonios para ella insignificantes, hasta que algo llamó su atención. La transformación de Kaelan como Rey y la forma en que lloraba y sufría por su primer mate, sintió como su corazón latía más fuerte y una sensación de vacío la embargó, algo dentro le decía que jamás podrá amarla como la amo a ella y entristeció
Las escenas seguían con monstruosidades, su abuela era en definitiva un demonio ejemplar llena de sed de sangre y hambre desmedida alimentándose de cualquier criatura que se le antojara
Hasta que se centraron en lo que parecía una cueva, una enorme cueva en dónde reinaba la penumbra. Increíblemente, podía ver todo con claridad a pesar de la oscuridad, y conforme pasaba el tiempo se sentía más pequeña, a caso su abuela también tuvo infancia?, se preguntó
Y la respuesta llegó cuando vio algo completamente inusual, una mujer de rasgos idénticos a los de su abuela la veía con... ¿Amor????
- Matuulla - le susurraba la mujer - eres el error más grande de mi vida y del que estoy muy agradecida, te cuidaré mi pequeña, todo el tiempo que pueda
Ezme reunió su energía haciendo que el tiempo no pasara tan rápido, quería poner más atención a lo vio y no observó con claridad. Así que a partir de esa escena el tiempo corrió hacia adelante y vio de nuevo los recuerdos acompañando a su abuela día con día
Era una niña común y corriente, sin marcas ni signos de energía demoníaca, una niña amada que vivía entre la penumbra apartada de todo y todos, con la única compañía de aquella mujer que supuso era su madre. Ella se encargaba de alimentarle con frutos, bañarle y vestirle con trapos, era pequeña, tal vez unos cinco años o menos
- Matuulla no debes salir y estar en silencio, recuérdalo, por ningún motivo debes salir, volveré pronto -
Ella asintió y vio como su madre caminaba perdiéndose en la oscuridad. Mucho tiempo después, a lo que calculo más o menos cuatro horas, la vio regresar con pasos torpes, enfocó su vista dándose cuenta de que estaba muy golpeada, uno de sus ojos estaba cerrado de tanta inflamación, de su frente y boca escurría sangre y la pierna doblada de forma antinatural
La mujer, al ver que la niña estaba bien, se dejó caer ya sin energía
- Me encontró - decía en un hilo de voz - pero creo que lo perdí, debes ser fuerte hija y cuidarte mientras yo me recupero, puedes hacer eso? - la niña asentía - recuerda, no hables, con solo escucharte él te encontrará y te llevará lejos, no salgas, recuerda Matuulla, no hables y no salgas...
Tres días pasaron en los que la niña se lo pasaba sentada a lado del cuerpo de esa mujer, solo se separaba para comer las pocas frutas que quedaron aun cuando estaban casi podridas y para hacer sus necesidades. Al cuarto día no había nada, su madre seguía casi con la misma apariencia y sin signos de poder despertar, su estómago gruñó, busco por todos lados sin encontrar nada más que insectos y en sus recuerdos ella estaba segura de que su madre se alimenta de ellos cuando piensa que la pequeña no la ve. Así que reuniendo valor, tomó una pequeña roca y mató unos cuantos, a pesar de la apariencia asquerosa no dudó en llevarlos a su boca y se quedó admirada al sentir el delicioso sabor, acaba de encontrar su comida favorita
Un día más pasó y después de comer hasta saciarse comenzó a sentirse muy mal, tenía un dolor intenso seguido de evacuaciones incontrolables, la niña se sentía fatal, pero recordando las palabras de su madre reunió todo su valor, solo se retorcía mientras su intestino se vaciaba sin poder detenerlo aguantando el grito y llanto hasta que no pudo más
- MAMÁ!!!, AHAAA!! - escuchar la voz de su hija hizo que la mujer despertara de golpe, se levantó mareada buscando y la vio a unos pasos hecha bolita y llena de su propia suciedad - DUELE!!! - gritó de nuevo
Por falta de energía la mujer cayó de rodillas y se arrastró hasta su lado, la tomó con un brazo acercándose hasta tenerla a su lado
- Perdón mi amor, perdón - era lo único que repetía con lágrimas bañando su rostro
Solo fue cuestión de medio minuto cuando lo sintió, una energía que supera con creces la de cualquier otra, llena de amargura, dolor y sobre todo, maldad...