DESPUÉS DE MUCHOS TRAGOS ALEXA Y DAVID TERMINAN CASADOS EN LAS VEGAS ,¿QUE PODRÍA SALIR MAL?
NovelToon tiene autorización de Anonima_123 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 22
Mis manos temblaron con la presión del teléfono. Sentí cómo me ahogaba. Sabía perfectamente que Jeff no estaba hablando de forma figurada. Cuando él decía que podía destruir a alguien, lo hacía. Ya lo había hecho antes, con tantas personas de las cuales ya ni siquiera recordaba sus nombres.
Pero esta vez, la amenaza era mucho más cercana. Se refería a mi hermana , a David y a Anneliese. No podía permitir que sus palabras se hicieran realidad.
Mi mente intentaba encontrar una salida, un camino para escapar, pero cada intento era inútil. No podía hacerle frente a Jeff. No sin perder a las personas que amaba.
—¿De verdad crees que voy a dejar que lo hagas? —dije, intentando desafiarlo, pero mi voz estaba llena de desesperación. No quería pensar en lo que sus palabras significaban, pero él ya había cruzado la línea.
Ahora sabía que nada estaba fuera de su alcance.
La voz de Jeff volvió a retumbar en el teléfono, lenta y calculada.
—Sé que no quieres perder a David. Y sé que la pequeña Anneliese es tu debilidad. Pero si no haces lo que te pido, no solo perderás la custodia de ella, perderás todo lo que te queda,Lo que amas. Y, por supuesto, siempre recordarás que la única persona que puede salvarte… soy yo. Porque siempre lo fui, Alexandra y siempre lo seré.
Mis piernas flaquearon un poco, y me apoyé en el escritorio para no caer.
"La única persona que puede salvarte..."
Las palabras de Jeff se grabaron en mi cabeza como un eco interminable. ¿Realmente pensaba que yo volvería con él por miedo a perder a hija? ¿Qué clase de monstruo es?
—Nunca lo haré ,Jamás regresaré a tu lado —dije con más determinación esta vez, aunque mi cuerpo temblaba por dentro. Nunca más,no podía dejarme llevar nuevamente por el miedo. No iba a dejar que me destrozara otra vez.
Jeff suspiró, y su voz, cargada de desdén, volvió a llenar el espacio.
—No tienes más tiempo,¿Lo sabes,verdad?Tienes que elegir.O regresas a mí y todo se soluciona. O enfrentas las consecuencias.Pero desde ya te aviso,sea lo que elijas , no habrá vuelta atrás.
>>Y cuando eso pase… veremos qué más tienes para ofrecerme. Porque la verdad es que no me importa lo que pienses. Te voy a tener de vuelta, con o sin tu consentimiento. ¿Entendido?
Esas palabras me recorrieron el cuerpo como un escalofrío.
Su amenaza me colapsó por dentro, pero no podía dejar que me ganara. No iba a ceder. Tomé el teléfono con fuerza, mi respiración entrecortada, mi mente a punto de estallar. Sabía que lo peor estaba por venir. Sabía que el poder que Jeff tenía sobre mí no había desaparecido. Pero también sabía que no podía, no debía, dejar que me destruyera otra vez.
Lo que no sabía era cuánto más podría resistir antes de que la oscuridad que me había prometido, la que tanto temía, comenzara a consumirme.
Porque Jeff había hablado en serio. Siempre lo hacía. Y esta vez, el tiempo se me agotaba.
—De acuerdo. Pero quiero que quede claro. Lo que estoy haciendo ahora es solo para resolver la custodia. Nada más. Después, te vas a quedar con las manos vacías.
—¿De verdad vas a hacer esto, Alexandra? ¿Vas a volver a mí solo por salvarlos a ellos ? ¿De verdad los amas?.—El tono de Jeff era suave, casi como si estuviera midiendo mis palabras, buscando cualquier signo de debilidad—No, tu no sabes amar a nadie, no sabes que es eso.
No me importaba lo que dijera. Estaba haciendo lo correcto por Anneliese. Y una vez que el problema de la custodia estuviera resuelto, podría poner fin a todo esto.
Aún no podía creer lo que acababa de aceptar. Estaba parada frente a mi escritorio, con el teléfono aún en la mano, sintiendo cómo cada palabra que había salido de su boca me quemaba por dentro. Aceptar a Jeff de nuevo. Esa era la condición, la única forma de solucionar el problema sobre la custodia de Anneliese, al menos según sus palabras. El odio que sentía por él hervía en mi pecho, pero el miedo por lo que podría hacerle a las personas que amaba me había nublado el juicio.
El silencio en el teléfono me hizo sentir como si hubiera cometido el peor error de mi vida. Pero antes de que pudiera arrepentirme de lo que acababa de decir, su voz, siempre tan segura y controladora, cortó el aire.
—De verdad, debes quererlos mucho, para aceptar voluntariamente regresar conmigo, pero me da igual, tienes una semana para despedirte de tu ilusión, y regresar a tu vida real, conmigo que soy tu verdadero marido.
La conversación había llegado a un punto de no retorno. Yo lo sabía, y él también.
—Voy a aceptar lo que me pides, pero solo hasta que todo se resuelva con la custodia de Anneliese. Cuando eso se arregle, estaré a tu lado. Te lo prometo, Jeff.Pero te lo advierto de una vez, no volverás a amenazarme con ellos,no te lo permito. y si no cumples me iré.—Mi voz sonó más firme de lo que me sentía en ese momento, pero al menos las palabras salían con claridad. No iba a permitir que me controlara como antes.
La risa de Jeff resonó al otro lado de la línea, baja y llena de desdén, como si hubiera conseguido exactamente lo que quería.
—¡Ay!,Alexandra, siempre tan predecible…¿Realmente crees que vas a poder irte cuando todo esto termine? —Su tono de voz estaba cargado de burla, pero podía escuchar una chispa de satisfacción, como si ya estuviera saboreando su victoria. —Ya te dije que eres mía. ¿Qué parte de eso no entiendes? Lo que te ofrezco no es solo una solución temporal. Es una oportunidad para que regreses al lugar donde perteneces. ¿No lo entiendes? No me vas a dejar, nunca lo harás.Tu lugar es a mi lado Y te quiero de regreso, ya me cansé de verte jugar a la familia feliz.
Esas palabras me atravesaron como un puñal. El mismo juego de siempre. Pero esta vez, no iba a dejar que me desmoronara. No podía perder la cordura en este momento.Tenía que proteger a Anneliese.Tenía que mantenerme fuerte.
—Lo que tú quieras no me importa. Pero prometeme que harás lo que sea necesario para resolver el tema de la custodia de Anneliese y que se la entreguen a David, y cuando eso suceda,Regresaré a tu lado.—Mi voz se mantuvo firme, aunque por dentro sentía como si estuviera a punto de derrumbarme. Pero no podía dejarselo saber. No podía mostrarle debilidad—Pero si haces una sola jugarreta , te lo juro que no descansare hasta irme de tu lado, y no está vez no regresaré jamás.
Una vez más, Jeff se quedó en silencio. La espera se hizo interminable. Y cuando finalmente habló, su voz cambió. Ya no era esa risa arrogante que solía utilizar. Ahora, sonaba calculador, como si estuviera maquinando algo en su mente. Algo que no me gustaba.
—De acuerdo, Alexandra. Si eso es lo que necesitas oír para que hagas lo que tienes que hacer… te lo concedo.Haré lo que sea necesario para que Anneliese se quede con David. Pero no creas que esto se acaba aquí. Esto acaba de comenzar, y me aseguraré de que lo entiendas de una vez por todas. No es solo el caso de la custodia. Es mucho más que eso. Es el principio de tu regreso. No te engañes pensando que podrás irte de mi vida tan fácilmente.
—Prometemelo y me tendrás a tu merced—Mis dedos apretaron el teléfono con fuerza, pero no dijo nada.Y yo no quería darle el gusto de escuchar mi desesperación. Estaba al borde del abismo, pero no podía dar marcha atrás. Todo lo que había logrado hasta ahora estaba en juego , todo lo que había hecho por mantener mi vida lejos de él, ahora se desmoronaba.
—Tienes mi palabra, Alexandra. La custodia de Anneliese estará resuelta antes de lo que crees. Y cuando eso pase… veremos qué más tienes para ofrecerme. Porque la verdad es que no me importa lo que creas,Eres mía, Alexandra, y siempre lo serás. ¿Crees que puedes hacerle frente a lo que soy capaz de hacer? ¿Crees que tienes lo que se necesita para destruirme?!
—De acuerdo. Pero quiero que quede claro. Lo que estoy haciendo ahora es solo por tus malditas amenazas,nada más,pero nunca volverás a tenerme por voluntad propia,volveré a tu lado,SI pero solo encontraras un cascarón vacío,acabas de destruir el último gramo de la Alexandra que creistes conocer.
Colgué el teléfono antes de que él pudiera responder, el sonido del click resonando en mis oídos. No quería escuchar más. No quería escuchar cómo pensaba manipularme nuevamente. Sabía que él no dejaría las cosas tan fáciles. Sabía que, incluso si resolvía el problema de Anneliese, tendría que enfrentarme a una guerra mucho mayor.
Pero ahora no podía volver atrás. Lo había hecho por Anneliese, por David, por Laura. Tenía que protegerlos,Solo por ellos.
Dejé el teléfono sobre la mesa y me tomé un momento para respirar profundamente, intentando calmar el caos que se había desatado en mi mente. Estaba tomando una decisión peligrosa, pero no podía permitir que Jeff destruyera todo lo que había construido, ni las vidas de los que amaba.
No lo iba a permitir.