En una tribu donde los demonios dominan y los humanos son vistos como enemigos, Tae, una joven demonio, es rescatada por Aarón, un humano común y corriente. A medida que sus caminos se entrelazan, surge un amor prohibido que desafía las normas de su tribu. Sin embargo, Alma, movida por la envidia y el capricho, hará todo lo posible por destruir su romance. Entre pasiones desbordadas y secretos oscuros, Tae y Aarón deberán luchar no solo contra los prejuicios de su mundo, sino también contra aquellos que desean separarlos. ¿Podrá su amor sobrevivir en un lugar donde lel romance esta prohibido?
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Capitulo 3
Una mujer de una estatura de 1,60 aproximadamente con el ceño fruncido cruzada de brazos con una larga cabellera trenzada de tono azul se acerca a Kim haciendo pucheros con la boca.
—Me mentiste dijiste que no lo harías—. Mientras hace unos pucheros tiernos.
La bella mujer golpea unas pocas veces los pectorales del fornido hombre en señal de desaprobación pero ya no se ve intimidante en lo absoluto.
—Lo siento... No pude contenerme—. Se disculpa él.
—Si haces eso ¿Cómo crecerá nuestra niña?—.
—Lo siento—.
Mia es su nombre, los demonios de esta tribu no llevan apellido solo nombre por lo general es corto como lo son Tae, Mia, Kim.
Ella se rinde al ver que solo se disculpa, no llegará a nada si continúa de esta forma.
Mia puede apreciar que dieron con una buena caza por lo menos, los lobos del laberinto son grandes y jugosos por lo que sus preocupaciones desaparecen.
Da un suspiro y su rostro cambia uno de preocupación al cruzar su mirada con la de un joven a su lado.
—Es... ¿Un humano el que traes? —. Pregunta susurrando.
—Si, ha sido de mucha ayuda—.
Mia con un poco de timidez pero comportándose como una adulta se aproxima a él.
—¿Nos harás daño? —. Le pregunta.
—No entiendo—. Responde casi de inmediato.
Mia tapa con sus dedos su delicada boca por unos segundos y continúa.
—¿Cómo te llamas?—. Pregunta nuevamente.
Pero esta vez el joven hace una sonrisa al entender las palabras de Mia a la perfección.
—Soy Aaron, es un placer conocerla—. De manera formal y con buena educación.
Tae no tarda en asombrarse por las habilidades de comunicación de su madre diciendo "Asombroso, asombroso mamá" mientras que Kim muestra una sonrisa orgullosa que dice "esa es mi esposa".
Mia habla con Aaron de una forma perfecta como si se tratase de su segunda lengua y logra confirmar que no se trata de un mal niño.
Pero el desafío se aproxima, en la entrada de la aldea dos guardias vigilan la única entrada a la tribu.
En su alrededor murallas de madera y huesos se pueden ver como sistema de seguridad contra los monstruos salvajes.
Los cuatro se aproximan a esos guaridas para entrar.
—Bienvenido de nuevo Kim, veo que ha— Un guardia saluda de forma amigable a Kim hasta que nota a Aaron a su lado —No puede ser—. Dice cortando sus palabras.
—Este joven nos salvó y necesita sanar sus heridas, déjenos pasar—. Reclama él.
Aaron mira con confusión a los guardias ya que no logra comprender ese raro lenguaje por lo que acude a Mia quien le responde "No te preocupes mi esposo lo arreglará y comeremos una buena comida" con una sonrisa confiada lo cual contagia a Aaron que también tiene esa misma sonrisa.
"Muero de hambre" piensa Aaron mientras ve a los guardias.
—No, está prohibido—. Dice firmemente el segundo guardia.
—¿Piensas dejar a este chico en el bosque? Felt eres un desgraciado—. Responde con una voz intimidante junto a un rostro amenazador.
El cuerpo de este segundo guardia tiembla un poco y su compañero acude a su rescate.
—No no señor Kim nada de eso, solo es por seguridad—. Se interpone entre ellos. —Felt ve por el jefe—.
Felt deja su guardia y todos esperan unos pocos minutos hasta que por fin un hombre parecido a Kim aparece.
Si dijeran jefe de la tribu pensaría en un hombre de edad avanzada pero él no aparentaba nada de eso.
Casi del mismo aspecto solo que el vestía una túnica larga azul.
—De verdad es un humano, lo siento Kim no podemos dejarlos pasar sabes las reglas—. Dice algo amargado.
Pero Kim le devuelve una mirada de odio al mismo jefe.
—No pienso dejarlo fuera, esta herido, sucio y con hambre—. Responde enfadado.
—Los humanos son enemigos de nosotros los demonios, no podemos hacer algo así—.
—Es solo un niño Als déjalo pasar—. Responde una vez mas intimidante.
Als el jefe de la tribu lo piensa unos segundos pero finalmente cede por que no hay nadie mas fuerte que Kim en esta tribu y aunque sea peligroso él tomaría toda responsabilidad.
—De acuerdo Kim, solo esta vez por favor no abuses—. Le pide amablemente.
Y es que Kim se ha ganado el respeto de muchos quienes lo admiraban.
Con una orden del jefe los guardias permiten su entrada.
Además Kim ordena que una enorme cantidad de lobos se encuentran a su disposición en el bosque, se necesitan mas personas para recolectarlos.
Las casas eran de piedras, ramas y partes de animales como hueso y cuero.
Eran lindas chozas o pequeñas casas algunas adornadas y otras simples, pero lo que mas llamaba la atención era que todos y cada uno de ellos compartían el mismo color de ojos y pelo.
Azul. Puro azul.
Cada uno observaba atónitos a ese ser humano caminando junto a Tae tan cerca y al jefe frente a él.
Pronto Mia comenzó a incomodarse por las miradas al igual que Tae, Aaron se veía asombrado por la vista mientras que Kim ni se inmutaba.
"Es un humano", "¿En la aldea?" Y otros comentarios se hacían presente en idioma demonio por lo que Aaron no entendía.
Finalmente llegan a una choza espaciosa y el jefe es el primero en relajarse.
Suspira con fuerza seguido de las palabras "Las cosas que me haces hacer hermano Kim, seguro ya tengo el odio de la tribu".
—Lo compensaré—. Responde.
—Mas te vale, mira que traer a un humano a este territorio sagrado siendo los humanos nuestros enemigos a muerte—. Mientras se despeina de la locura.
Aaron y Tae se sientan en la mesa mientras los demás ayudan a despellejar al lobo (los hombres) y Mia comienza a preparar para hacer la comida.
—Hola Aaron—. Dice Tae con una sonrisa.
—Hola—. Responde él un tanto incómodo.
Tae comienza a intentar platicar con el con dificultades e incómodo Aaron intenta comunicarse con ella lo máximo posible.
La niña no parece incómods, todo lo contrario se le veía con una sonrisa.