La Princesa Villana

En el Oeste también una bella mujer descansa con su pequeño hijo.

-Ya se por qué Samira se fue sin su hija, cariño si seguimos parando, llegaremos en un mes.

-Pero mamá, quería quedarme con mi hermano.

-Kael, tiene un entrenamiento más avanzado tu eres más pequeño.

-Yo puedo mami, seré la mano derecha de mi hermano, yo me encargaré de comandar a sus caballeros, eso dice mi padre.

-Asi será, mientras por favor, ya no más paradas, tu abuelo no espera y ahí podrás practicar todo lo que quieras.

-Si madre.

-Dios!! Por favor, la próxima vez te dejare.

Ella sube nuevamente al carruaje, después de unos días más, por fin ve el palacio de su padre, el gran ducado Strong.

Un hombre alto y fuerte, no aparenta su edad, gracias a su entrenamiento, encargado de resguardar la frontera, leal a la corona, siempre se negó a las órdenes del antiguo Rey, pero no tenía más remedio que obedecer, tenía la esperanza que con él principe heredero datos cambiara, ahora no sabe que pasará.

-Padre!

-Por fin llegas, ya empezaba a preocuparme.

-Fue mi culpa abuelo -Acto seguido corre hacia un lado para vomitar-

-Lo siento padre, no está acostumbrado a viajar.

-Pasen, atiendan a mi nieto, llamen al doctor.

-Debiste dejarlo.

-me arrepentí muy tarde.

-Vamos al despacho.

-Padre, has tenido noticias de mi hermana la Reina.

-Si, pero sus cartas son leídas antes, la tienen vigilada, temo por su vida y la de su hijo.

-No se atreverá?

-Si sigue viva es por mí, le dejé claro al Rey que si algo le pasa no cuente conmigo, mucho menos para una guerra.

-Padre, puede acusarte de traición.

-Que se atreva, mis caballeros superan a las tropas del Rey, si es rey es por nosotros sus duques y por los nobles.

-Los príncipes están muertos, Samira fue al sur para averiguar algo.

-Dime, Alexander te trata bien, no hace distinción, las trata por igual.

-Claro padre, cada una tiene su palacio, sus propios caballeros y personal.

-Cumplí con darle un hijo, eso es suficiente.

-Mi niña, pero el amor?

-Padre, él me ama, nos ama, somos una familia, yo haría cualquier cosa por él, por los niños, jure protegerlos sobre mi vida

-Bueno, bueno está bien, si tú estás bien yo lo estoy.

-Quiero que le digas que yo nunca estaré de acuerdo en una guerra, he tratado con Dunkan y es poderoso, su ejército es mucho mayor al de nosotros, nunca ganaríamos.

-Lo se padre.

Ahora en el norte saben que nobles son aliados, por lo menos una guerra no será tan fácil, es por eso que el Rey planeo otra estrategia, para eso, una pequeña niña es la indicada.

En las fronteras de Terán un carruaje con el ministro y la princesa viajan a Thaslis, él va amenazado pues su familia no tiene permitido viajar con él.

-No llore mi señora, estará bien.

-Ministro, si hago lo que dice mi padre, podré ver a mi mamá?

-Quizás mi señora.

El ministro solo la ve con tristeza, no sabe que decirle, su viaje es largo, al llegar no son bien recibidos, aun así la emperatriz le asigna un palacio a Diana, ella está sola la mayor parte del día, en las noches llora y en el día no sale.

-Diana, que haces aquí?

-Vine a ver las estrellas, perdón.

-Ven, vamos dame la mano.

-Sí.

-Mi mamá me dijo que te enseñe el jardín, puedes salir del palacio no eres prisionera, solo no salgas a la ciudad sola, te asignaron guardias, hay vigilancia en todo el palacio.

-Gracias, príncipe.

Diana no sabe que decir solo camina al lado de Luciel que va a verla de vez en cuando.

Ella tiene maestro que la emperatriz le ha asignado, una doncella que la baña y la viste, los dias en el palacio son mas amenas.

-Majestad estás son las clases que debe llevar.

-Todas estás?

-Sí, hay algún problema?

-Bueno lo que pasa es que no entiendo algunas cosas, solo sé lo básico de su idioma y no sé escribirlo

-Como dice? No lo sabía, entonces partiremos de ahí, le enseñaré la escritura.

-No es tan complicado como pensé.

-No lo es majestad, en poco tiempo podrá escribir en ambos idiomas.

-Si, gracias.

Luciel la observa desde lejos, él no sabe si ella puede ser una opción.

-Bu...

-Madre! Me has asustado.

-Que vez con tanta atención?

-A Diana ha comenzado con sus clases.

-Sí, debe llevar una educación de una princesa de una...

-De una emperatriz, madre mi padre no está de acuerdo.

-Lo sé cariño, aun así no puedo dejar que ella no la reciba, sea o no tu esposa tengo el deber de darle educación, si no es emperatriz aquí puede serlo en otro reino, incluso en el de ella, solo tiene otro hermano y es pequeño, tienen la edad de tus hermanos.

Tu más que nadie sabe que el destino puede cambiar, ahora solo sean amigos, ella está sola, su madre no está con ella.

-Amigos?

-Si cariño son niños, tiene la misma edad, solo jueguen aún falta para que vayas a la academia, disfruta ser niño.

-Si madre.

Luciel hace lo que su madre le dice, así que el es amigo de Diana.

-Debes pronunciar mejor, pero ya se te entiende mejor.

-Enserio, gracias, tus hermanos ya me entienden mejor Pero no están fueron al sur.

-Si ellos van ahí cada vez que pueden, Lisa tiene una nueva maestra, su maestra anterior tiene un bebé y no puede estar con ella.

-Vaya, con razón viajan al sur, yo quiero ir algún día.

-Si, iremos.

-Gracias.

-Ten ya terminé es un dibujo.

En unas semanas Diana ya estaba acostumbrada al ritmo del palacio, solo no le gustaban las comidas en dónde estaba el Emperador, es de mirada fría y muy alto, mágia es sorprendente.

-No puedo comer cuando el emperador está presente.

-Diana que haces, vamos ven, iremos a montar con mis hermanos.

-Heee! pero yo no sé montar.

-Iras con un caballero.

-Majestad tenga cuidado, no se asuste o el caballo lo sentirá.

-Es que nunca he montado

Diana por primera vez subía a un caballo, los paisajes eran hermosos, poco a poco se le olvida que está sola, entre los príncipes ya no se siente sola.