Mi Cielo... Mi Infierno

Willow:

Levanté mi mirada hacia la parte del palco principal, rodé los ojos al ver a un hombre demasiado pretencioso que solo estaba ocupando un lugar que no le pertenecía. Me puse de pie, no era justo que él sea quien sea estuviera ocupando un lugar que solo a las participantes individuales le pertenecían esos lugares.

Sentí que me sostuvieron la mano.

Darío: Déjalo.

Me senté demasiado molesta cruzando los brazos, claro que me indignaba al ver que sus guardaespaldas o lo que sean estuvieran todos cubriéndolo.

Willow: No debería estar ese hombre allí.

Madre: hija, ha de ser el padre de alguna de las competidoras, no crees.

Willow: ¿Qué? ¿Ahora ya permiten a MATONES AQUÍ?

Los hombres de seguridad de ese hombre solo miraron hacia donde estaba, les hice señal que no me importaba si me miraban de la manera que lo hacían o no.

Darío: Tranquila, es el padre de alguna de las participantes.

Willow: Eso no le da derecho de ocupar todos los lugares.

Sostuvo mi mano llevando hacia sus labios, sostuvo mi barbilla, dejando un beso en mis labios, cerré mis ojos disfrutando la manera tan particular del beso que me envolvía cada una de sus caricias que me hacía perderme. Se apartó de mis labios mirándome.

Darío: Solo prestemos atención en Wellia.

Asentí con la cabeza reposando mi cabeza en su hombro, era lo que necesitaba para tranquilizarme, levanté mi mano mirando la sortija de compromiso…

Darío: Pronto serás mi esposa.

Willow: Si, ya tenemos todo, solo falta que Wellia, tenga esta plaza y me dedico de lleno a mi trabajo y a todo lo relativo a la boda.

“TERCERA LLAMADA… TERCERA LLAMADA PARA LAS PARTICIPANTES”

Respiré profundamente, me acomodaba en mi asiento, moría por ver el traje que mi madre le había comprado para esta competencia, sé que se vería fenomenal, no había duda que ella se llevaría el premio de la noche además que las miradas de todos formando la seguridad y presencia que ella siempre tenía.

El móvil de Darío empezó a sonar, lo miró apresuradamente, se disculpó levantándose para tomar la llamada. Lo seguí con la mirada, esperaba que no sea del hospital requiriendo de su presencia. Miré hacia mi madre que tenía la mano en su corazón.

Willow: ¿Qué sucede?

Madre: Nada hija, que me siento orgullosa de tu hermanita y por supuesto de ti, que son hijas excelentes, de eso no tengo la menor duda.

Miré hacia el frente intentando ver a Wellia, pensar que este era su sueño y aquí ha estado siempre formándose como toda una profesional.

- Damas y caballeros, esta noche se han reunido muchas naciones, con sus mejores competidoras para la plaza profesional plus para el desarrollo y motivación en la gimnasia artística. Contamos con las 5 competidoras que dejaran todo sobre su espacio todo… POR LA PLAZA MUNDIAL DE LA INDUSTRIA DE LA GIMNASIA.

Empecé aplaudir tan fuerte como podía, no me importaba si los demás familiares se incomodaban, hasta lograba captar la mirada de los demás padres que sonreían, claro que para todos los padres era importante el hecho de saber que sus hijas o mi hermanita podían obtener ese lugar.

- Daremos Inicio… DISFRUTEN DE CADA UNO DE LOS NUMEROS.

Darío se sentó a mi lado, me tomó de la mano haciendo que lo mirara, estaba demasiado serio.

Willow: ¿Qué sucede?

Darío: tengo que ir de urgencia al hospital, otra chica muerte en menos de 24 hrs. Sabes que el director del hospital no está como conceder permiso en pases de salidas.

Willow: Pero el forense.

Darío: Acuérdate que se fue con el director.

Willow: bueno esos tarados en vez que queden, hacen lo que se les venga en gana.

Sonrió negando con la cabeza, a pensar que mi madre quería que fuera enfermera o hasta cirujana, no tuve sensación de ser ni una ni otra cosa, nada que tenga que ver con cortar cuerpos, curar, o ver sangre. Eso no era lo mío.

Darío: Te llamo más tarde. Le deseo a Wellia lo mejor de mis deseos y felicitaciones anticipadas.

Asentí con la cabeza, dejó un beso en mis labios pasando a despedirse de mi madre, los hombres de seguridad se podían al de Darío impidiendo el paso. Él solo se dio la media vuelta, caminando hacia el otro lado. Me puse de pie negando la actitud de estos hombres que se creían saberlo y tenerlo todo para que se rindieran ante ellos.

Willow: Oiga… si usted horrendo ser humano.

El hombre miró hacia mi, tragué saliva al ver la mirada tan penetrante de ese hombre, volvió a mirar hacia el frente, negué con la cabeza, cuando Darío me sostuvo de la mano, se la arrebaté sin importante casi llegando hacia uno de los hombres que sostuvo su arma sin sacarla en público.

Willow: Todos aquí tenemos derecho de pasar por todos los pasillos, mueva a sus mastodontes.

Darío: Willow.

Willow: No… me va a escuchar.

Miré hacia el hombre, para él que demostraba ser un egocéntrico, soberbio, malo ni se tomaba el tiempo de mirarme.

Willow: Púdraseee, me oyeeee.

Rodé los ojos al ver al hombre que se puso enfrente de mi, Darío se interpuso levantando las manos.

Darío: Lo siento señor.

Me jaló con fuerza hacia mi lugar, mi madre solo miraba mi actitud y a la de Darío. Negué con la cabeza arrebatando mi mano.

Darío: Willow, basta, estas personas no son de juegos.

Willow: Tampoco yo. ¿Pues que se cree?

Darío: Me voy, tengo que irme entiendes. ¿Qué harás después del evento?

Willow: Salir un rato con Minelia.

Darío: Te llamo cuando termine.

Asentí con la cabeza, levanté mi mano en forma de despido, no me quedaba de otra más que dejar que se fuera a cumplir con su labor de forense.

Madre: Darío te ama mucho hija, debes ser un poco comprensiva.

Willow: Lo soy, me hubiera encantado que se quedara pero en el hospital llegó otra jovencita.

Madre: Dios la tenga en su gloria, ya no es muy seguro dejar a las jovencitas solas.

Miré hacia el frente viendo a cada una de las competidoras que ya estaban entrando en la esplanada, cada una se posicionando donde le correspondía. Mi madre entreabrió los labios dejando ver su tristeza al ver que Wellia no estaba usando el leotardo que con mucho esfuerzo se le había comprado. Negué con la cabeza sosteniendo la mano de mi madre, sabía lo que para ella significa ese leotardo, muchas noches de doblar turno juntando el dinero.

Si a mi madre le debería estar doliendo, igual que a mi. No entendía de donde pudo sacar Wellia ese hermoso leotardo, no lo iba a negar se veía hermosa pero no era lo que nos esperamos.

Willow: Mamá.

Madre: No hija, Wellia se ve hermosa y es lo importante.

- DAREMOS EL INICIO DE ESTA ASOMBROSA COMPETENCIA, SUERTE A CADA UNA DE LAS COMPETIDORAS, RECORDANDO QUE EL PREMIO MAYOR PARA EL PRIMER LUGAR SERÁ DE UNA PLAZA PARA EL CENTRO DE GIMNASIA, UN CHEQUE DE 2 MILLONES DE EUROS Y POR SUPUESTO SU INSTANCIA EN EL MEJOR CENTRO DE ENTRENAMIENTO.

Mi madre y yo aplaudíamos demostrando todo el apoyo que le brindaba a Wellia, ella levantó su mirada levantando la mano en señal de saludo, levanté la mía, pero parecía que no era a nosotras a quien saludaba, trataba de buscar a quien estaba saludando presté mucha atención, me quedé un poco helada al ver que se estaba dirigiendo a ese hombre que levantó su vaso con su bebida en señal de brindis, negué con la cabeza, esto no era posible.

Me puse de pie pero mi madre me sostuvo de la mano, no iba a permitir eso, Wellia se dio cuenta quedando completamente seria, para lo que me importaba el bienestar de ese hombre. Wellia es menor de edad y ese hombre pintaba unos 40 años o mas… Eso sí que Jamás lo iba a permitir.

Madre: Willow, es la competencia de tu hermana.

Willow: ¡¡Eso que!!

Los presentes me miraban un poco extrañados en mi forma de levantar la voz, pasé mi mirada hacia ese hombre que solo me advirtió levantando una ceja, se acercó uno de sus hombres hacia él donde estaban murmurando, tuve que tomar asiento nuevamente, pero claro que me escucharía Wellia.

Trataba de buscar a Francis su entrenador, pero no lograba dar con donde estaría.

Madre: Cariño, tranquilízate.

Willow: Ese hombre que esta allí, saludó a Wellia.

Madre: Hija ha de ser el padre de alguna de las competidoras, quizá viste mal.

Rodé los ojos negando con la cabeza, esperaba que mi madre estuviera en lo cierto, por que si Wellia conocía a ese hombre que se veía adinerado, entonces podría entender por que estaba con un leotardo muy hermoso y hasta cierto punto caro.

Todo el lugar apagaron las luces, ya iba empezar este gran momento. Un momento que por muchos años junto a Wellia hemos esperado al igual que muchos padres.

- Con ustedes tendremos la presentación de la representante de la ciudad de Florencia. Kety Pasi.

La pequeña salió con una gran sonrisa, tenía su listón a juego con su traje, se veía linda, pero no se comparaba a Wellia, la chica empezó su rutina, la música iba con cada movimiento que la chica hacía, lo hacía muy cada movimiento era limpio, muy agradable en ver. Su rutina había terminado se veía de lo mejor… con una gran sonrisa había terminado su rutina. Los familiares se pusieron de pie cuando todo el recinto empezamos aplaudir.

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Willow Zanetti

Darío Berti