Marcus ha reencarnado en Amanda, la emperatriz cuya vida termino en una muerte miserable, pero ahora, cambiara todo, sobrevivirá y se vengara de quienes le arruinaron la vida.
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capítulo 3
Al siguiente día Marcus se levantó algo cansado y molestó con sigo mismo, sentía que había perdido horas de sueño por entretenerse
Se dio una ducha se puso su ropa de entrenamiento y bajo a desayunar con su familia, ya que los sábados y domingos aprovechaban para compartir, cuando Marcus bajo al comedor ya estaban todos esperando, incluyendo a su amiga que por alguna razón los fines de semana prefería estar en casa de Marcus que en la suya y siempre llegaba muy temprano, Marcus saludo muy cordial a todos y se sentó a desayunar, ya cuando terminaron de desayunar antes que todos se vayan, Alberto el padre de Marcus habló
Alberto: bueno ya que estamos todos reunidos quiero comentarles que vamos a unir nuestra empresa Roosevelt Hoteles con Camil's Hoteles (Marcus y Elena se miraron para luego volver a mirar Alberto, este continuo hablando,) lo hablamos con David mi gran amigo y padre de la señorita Britany y llegamos a la conclusión de arreglar una boda entre ustedes para que todo quede en familia
Los dos chicos se quedaron paralizados por la noticia, sus planes se estaban yendo a la basura Marcus enseguida se puso a pensar que hacer, ya que iba a estar ligado a alguien a quien no quería además que no iba a hacer capas ni de tocarla
Catalina miró a su hijo con ojos de tristeza y le afirmó con la cabeza para que hablara, Marcus respiró profundo, miró a su padre A los ojos para luego decir--- lo siento padre, pero no me puedo casar con aquella chica
Alberto: no tienes opción es por tu bien y el de la familia
Catalina: no puedes obligar a nuestro hijo hacer algo que él no quiere (lo dijo muy molesta)
Alberto: claro que puedo soy su padre y su deber es obedecer
Al escuchar esas palabras Marcus enfureció se levantó de la mesa golpeándola fuerte con las palmas de sus manos levantando la voz
Marcus: basta ya padre, no me puedes obligar y no lo voy a hacer, es mi vida y no tienes derecho a meterte en ella
Alberto: no me levantes la voz jovencito, a mí me respetas (lo dijo también levantando voz)
Elena y Catalina solo permanecían en silencio mirando la escena, Marcus no pudo reprimirse más, así que hablo
Marcus: padre soy gay me gustan los hombres entiendes?
Cuando Alberto escucho esas palabras cayó sentado sujetando su pecho con sus ojos y su boca bien abiertos, Catalina miró a su hijo con una sonrisa de complicidad asintió con la cabeza para luego ir a ayudar a su esposo que estaba blanco como un papel de la impresión
Alberto: entonces ya no tengo hijo, (lo dijo con la cabeza baja reflejando tristeza)
Al escucharlo todos quedaron impactados,
Marcus: bien, en ese caso yo tampoco tengo padre,
Tomó las llaves de su auto le dio un beso en la mejilla a su madre que estaba llorando desconsolada por la situación y salió de allí con los ojos aguados, Elena corrió tras el cuándo el chico le quito el seguro a su auto Elena subió por la puerta del copiloto mientras Marcus prendía el auto y empezó a conducir a toda velocidad, no comprendía en que momento se puso todo tan feo, Elena iba en silencio buscando las palabras de consuelo para su amigo, pero no encontraba las indicadas
Los ojos de Marcus iban destilando lágrimas que hacían su vista borrosa sumándole que su auto iba a 150 km por hora no vio la señal de tránsito que indicaba una curva cerrada y sin mucho espacio a maniobra se fue al precipicio
cuando quiso frenar ya era tarde, solo miró a su amiga que llevaba una cara de pánico sujeta del asidero del techo del auto y le dijo < lo siento > con una voz triste Elena que iba mirando al frente voltio a mirar a su amigo le regalo una sonrisa tierna y en ese momento sintió el impacto
En sus oídos había un sonido ensordecedor como el pitido de las máquinas de los hospitales cuando hay un deceso y todo estaba obscuro la vacuidad rea se apoderó de él