Zaria renace después de pasar una vida cruel con un final desastroso, ella decide vengarse, pero descubre un gran complot detrás de todo y el maldito Emperador es...
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Cap. 3 Aun no quiero levantarme
Las concubinas se sintieron muy ofendidas, la emperatriz no les tenía el más mínimo respeto y ni siquiera le brindó un saludo, Camelia se acercó al emperador tratando de empeorar las cosas y acusar a Zaria.
* Majestad, solo fuimos a presentarnos y saludarla, pero ella fue un poco descortés, creo que no le agradamos _ dijo la mujer mientras que Priano veía a la hermosa Zaria sentada en su lugar como si viera un gran teatro.
* Entiendo _ dijo el hombre con su voz gruesa y profunda, parecía que la joven emperatriz quiere hacer lo que le da la gana.
Después de la fiesta, Zaria se despidió de su amado padre y su madre quienes se retiraron, su hija ya no era su hija, era la madre del imperio ahora.
Lara guió a la emperatriz a su habitación y se retiró, pero Zaria ni bien entró ella trabó la puerta y empujó un gran mueble para trancarla, sabe que él emperador no irá a buscarla, solo no quiere que la despierten con un baldazo de agua fría como en su vida anterior, Camelia la había despertado de esa manera y lo hacia seguido, así que esta vez ella haría que se moderen.
Durmió como un lirón durante toda la noche, en la mañana se escuchaban los fuertes golpes en la puerta y la voz sonora de Priano gritando su nombre.
* Zaria, abre la puerta maldita sea, es casi medio día, sal de una buena vez _ dijo mientras la niña sonrió divertida, parecía que las ladinas no pudieron molestarla y se fueron a quejar con el idiota del emperador.
* Aun no quiero levantarme, vuelvan después, bajaré cuando tenga hambre _ dijo ella entre risas mientras el silencio afuera se hizo sentir.
* Baja para almorzar, tienes media hora _ dijo iracundo y se escuchaban sus pasos para alejarse.
Zaria se rio en la cama y fue cuando la voz de Lara se escuchó del otro lado.
* Majestad, soy Lara, ¿quiere que le ayude? _ dijo la doncella mientras que Zaria solo suspiró, Lara tarde o temprano la traicionaría por congraciarse con el gran amor del emperador que aun no llega, solo faltan 3 años para eso, así que tampoco la quiere cerca, no quiere tener a una persona que se vende por dinero, fue así como compraron su lealtad, después de la caída de su casa, Lara tenía un título, se había casado con un noble, esa era su lealtad.
* No gracias, puedo sola _ dijo Zaria mientras se arregla sola, había practicado para valerse por sí sola, ahora sabe que no puede confiar ni en su sombra.
Media hora después, Zaria llegó al comedor con un vestido hermoso pero sencillo, solo tenía una tiara que demostraba su posición, un collar sencillo pero elegante, en comparación de las concubinas que se veían embarradas de maquillaje y vestidos pomposos con joyas exuberantes, ella se veía hermosa y delicada, como un ángel caído del cielo.
Se sentó con elegancia al otro lado de la mesa ya que a su lado estaba Camelia y al otro Beatriz la otra concubina, así que ella no tenía lugar en ese comedor.
* Saludos al emperador, señor del imperio _ dijo ella asintiendo con la cabeza a forma de saludo.
Camelia no se resistió y la regañó de inmediato.
* La emperatriz está siendo descortés con el emperador, debe hacerle una reverencia _ dijo con voz quejumbrosa.
* Las concubinas debieron hacer lo mismo cuando entré y no lo hicieron, eso quiere decir que puedo hacer lo que me dé la gana, yo soy la emperatriz, ustedes solo son sus amantes, sus putas cama adentro y con un jugoso sueldo, así que su opinión sobre protocolo y etiqueta me importa un comino _ dijo Zaria mientras empieza a cortar su carne.
Todas se taparon la boca sorprendida por las palabras de la joven y miraron al emperador que la observaba con furia, Zaria no era para nada como la habían descrito, hablaban que era dulce e ingenua, pero esa no era la mujer que tenía enfrente.
* Cuide sus palabras emperatriz, puedo castigarla, aunque tenga ese rango _ dijo apretando los dientes mientras que ella se limpió la boca con gracia dejando a todos atónitos, no se veía para nada asustada.
* El emperador puede castigarme cuando quiera y como quiera, pero no se sorprenda si alguna de sus concubinas sufre un accidente repentino, o pueden morir misteriosamente, el destino es cruel muchas veces, no crea que me gusta sufrir sola, me encanta compartir, en especial cuando es el dolor _ dijo mirando a Camelia mientras Priano se paró molesto.
* He perdido el apetito _ dijo Priano y se retiró del lugar a grandes pasos, él es alto así que no le costó mucho retirarse, mientras tanto, Zaria no se inmutó y siguió comiendo, a ella no le importa esto, no le interesa, solo debe buscar una doncella en quién confiar para tener su comida a salvo.
Camelia estaba tan molesta, no podía creer que Zaria sea tan arrogante, ellas eran las concubinas del príncipe heredero desde hace un año, ella que era la recién llegada hacia lo que le daba la gana.
* La emperatriz debería respetar a las concubinas, debería respetar al emperador, sin embargo, se cree la gran cosa, tu solo eres un matrimonio por conveniencia, él nunca te eligió, en cambio, cada una de nosotras fue elegida por su majestad el emperador y una niña mimada ridícula como tu no va a cambiar eso _ dijo Camelia acercándose a Zaria, pero antes de llegar, Zaria se paró de repente y le dio una bofetada tumbándola al piso como un saco de papas.