Ella una mujer mayor que no parece de su edad, el menor que ella y se enamora desde el momento que la mira.
Alejandra Acosta una mujer de 53 años, tiene 3 hijas, es muy hermosa con muy buen cuerpo, después de su divorcio decide ir de vacaciones a New York, con la intención de divertirse y encontrarse con ella misma, nunca pensó en conocer a ese hombre guapo y rico.
Robert Brown, un empresario soltero, exitoso, millonario, demasiado guapo, posecivo.
cuando la ve queda totalmente impresionado con la belleza de Alejandra, el problema es que el tiene 35 años al descubrir que solo estará un tiempo en New York, le hace una propuesta, no le importa la edad pero despues la quiere solo para el, ¿aceptara ella la propuesta? ¿y hasta dónde llegará su relacion?
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capítulo 20
Robert
Salimos de la ducha y se acostó, se quedó tan dormida que no la quise levantar, después de unas horas pedí comida al cuarto, la desperté a besos, la moví y nomás no la podía despertar.
Hermosa levántate, necesitas comer, ya dormiste bastante, arriba.
Como puede dormir tanto y tan relajada, no la puedo despertar, - reí
Después de un buen rato por fin despertó.
Hola hermosa buenas noches, de verdad que tienes el sueño pesado. – le dije
Mmmm si, tengo mi conciencia limpia por eso duermo tan profundo y con toda la actividad que hemos tenido más, -suelta una carcajada.
Ya está la comida aquí- la ayudé a levantarse y comimos platicando de lo que haríamos al siguiente dia.
Hoy descansamos y para mañana iremos a pasear.
Ok, gracias,- dijo
Gracias porque?- pregunté
Por todo, por hacerme pasar este tiempo contigo, mimarme, hacer lo que nadie hace por mi, me haces sentir bien. – me lo dice con una sonrisa tan única como ella.
Y lo que falta preciosa.- la abrazo de la cintura.
Alejandra
En eso me acuerdo de mi celular, no lo he visto en todo el día, voy por mi bolsa y lo saco, veo que esta apagado, no recuerdo haberlo apagado a lo mejor se descargó, lo prendo y veo que tiene 80 % de pila, me imagino quien lo apago pero no le diré nada, si me molesta pero no haré un problema.
Cuando lo prendo veo que tengo cientos de mensajes y la mayoría de Fernando los abro y son puros mensajes de ¿que estoy haciendo? ¿con quien estoy? ¿donde estoy? que fácil encontré a otro, bueno puros reclamos.
Robert me ve fruncir el seño.
Pasa algo?
Nada importante
No lo parece, te ves molesta – dijo
Es Fernando, reclamándome mil cosas que se supone ya no deben importarle, quiere que lo llame que me quiere decir algo de Sandra.
Ya eran en París las 8 de la noche, seria de día en México.
Creo que le marcare -le dije no muy convencida.
Como tu quieras, ¿te puedo pedir que lo pongas en alta voz?- me pregunta
Quieres escuchar mi conversación? – le pregunté algo extrañada.
Si, no es por chismoso sino porque no quiero que te haga sentir mal, no se lo permitiré.
Lo pienso y le contesto.
-Esta bien.
Marco y me contesta muy serio.
Bueno
Hola como estas? – pregunto
Bien y tu? – contestó
Bien también.
Me lo imagino, -dice medio burlón .
Que es lo que me tienes que decir de Sandra? – fui directo al asunto de la llamada.
Pues que quiere ir a pasar unos días a mi casa.
Y cual es el problema? – digo seria.
Pues que ahí esta Laura, - dijo esperando mi reacción.
Y Laura no la quiere ahí? O ¿cual es el problema? Se que Sandra no quería convivir con ella pero si a cambiado de opinión yo no tengo nada que decir es decisión de Sandra ya es mayor de edad.
Sandra quiere que Laura se salga de la casa para pasar una semana conmigo en mi casa. – dijo molesto.
Creo que no puedo hacer nada, eso es algo que tendrás que arreglar tu, no puedo obligar a Sandra a convivir con Laura, y creo que necesitas pasar más tiempo con tu hija y más si te lo está pidiendo.
Es que estaba pensando que si me podía quedar con Sandra en tu casa.
Claro que no, - me levanto muy molesta, Robert me volteó a ver sorprendido.
No te quiero en mi casa, busca la manera de arreglar esto sin involucrarme a mi ni a mi casa. – eso ya lo dije casi gritando.
De seguro es porque ya tienes a otro que no me quieres en tu casa, pero también se cansará de ti, eres tan fría en la cama que no aguantará estar contigo por mucho tiempo. – me lo dijo gritando.
No es por eso, es porque no te quiero en mi vida, ni en mi casa, ni cerca de mi, ya tienes tu vida y yo la mía. Lo único que nos une son nuestras hijas.
De seguro es un viejo con el que estás y a de tener dinero no creo que estés ahí por sexo.
En eso me quita el teléfono Robert.
Hola soy Robert, quiero que sea la última ves que le hablas así a mi mujer.
Pues te voy hacer un favor, déjala antes de que te aburras y tengas que buscar a alguien más.
