Gustavo Toloza vive completamente sin preocupaciones, las bromas y la diversión son parte de su día a día, sin embargo, su alegría se esfuma cuando se ve envuelto en un escándalo que lo obliga a contraer matrimonio con una desconocida.
¿Podrá el resentimiento convertirse en amor?
Portada hecha por : Zuly Torres.
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Capítulo 21: ¡Tenemos un hijo!
Después de atender la llamada de Rafa, Erika en toda la noche no pudo conciliar el sueño; Tavo había aceptado reunirse con ella y ahora estaba parada frente a la cafetería armándose de valor para cruzar por la puerta. Al final tomó una respiración profunda e ingreso al sitio, un camarero la llevo hasta una mesa y se sentó a esperar que llegara el castaño.
Erika de lo ansiosa que estaba llegó un par de horas antes, cada dos minutos miraba su reloj y luego a la puerta del lugar, pero pareciera que el tiempo no corría y a la mujer ya no le quedaba ni una uña que morderse para disminuir sus nervios.
Cuando volvió a ver su reloj noto que faltaban menos de 3 minutos para la hora acordada, en ese momento el miedo se apodero de ella por completo, y en su mente solo había un único pensamiento “Dios mío ¡Por favor! no dejes que Tavo rechace a mi pequeño”
Gustavo tenía más de 10 minutos de estar en el estacionamiento de la cafetería, el castaño se debatía entre bajarse del auto o pisar el acelerador e irse del lugar, su mente estaba con Amy y se lamentaba no estar con ella en estos momentos, la pelinegra en la mañana perdió el equilibrio y terminó con un esguince de tobillo, por eso motivo no lo pudo acompañar y aunque hubiera preferido quedarse cuidando de ella, su esposa lo obligo a ir, pero ahora no tenía cabeza para tratar con su ex.
Los minutos iban pasando, pero no había rastro del castaño. Erika comprobó la hora en su celular, pensando que tal vez su reloj se averió, pero no, ya eran casi las tres de la tarde y Tavo tenía más de treinta minutos de retraso, la mujer se comenzó a preocupar porque eso no era algo normal en él, una de sus cualidades que tenía el hombre era la puntualidad ¿Acaso se arrepintió? Sacudió la idea de su cabeza, Tavo era alguien que cumplía su palabra, pero ahora una nueva duda la invadió y ¿Si le había pasado algo? angustiada busco en su celular el número de su primo y cuando estaba a punto de marcar, escuchó una voz muy familiar.
- ¿Erika? – La mujer giro su cabeza en la dirección de donde provenía la voz, cuando sus miradas se cruzaron a Erika se le olvido como se respiraba y su cuerpo comenzó a temblar. Mientras la mujer era invadida por un sinfín de emociones, el castaño confirmó las palabras que le dijo a su esposa antes de salir a la cita, “Estoy seguro que cuando la vea, mi corazón no sentirá nada. Así que mi amor no tengas dudas, que lo que siento por ti no lo acaba nadie. Te amo, corrección las amo”
-Ta… Ta… Tavo- Pronunció tartamudeando el apodo que ella usaba con el castaño, en el tiempo en el que fueron pareja.
- ¿Estas bien? – Preguntó Gus cuando se sentó al frente de la mujer y noto que las manos le temblaban. Ese gesto le hizo cuestionarse ¿A dónde fue la mujer fuerte y segura del pasado? La respuesta era sencilla, ellos eran dos personas totalmente distintas a la de hace años, para bien o para mal ambos habían cambiado.
-Sí. Solo que han pasado diez años, es normal que me estremezca al verte después de tanto tiempo- La mujer entrelazo sus manos y trato de controlar las reacciones de su cuerpo, al menos agradecía que la esposa de Gus no hubiera ido, sería más difícil para ella hablar del tema.
Luego de ese comentario, ambos quedaron en un silencio un poco incomodo. La mujer fue quien decidió romper el silencio, el momento de revelar la verdad finalmente había llegado- Tavo tengo algo que decirte-
-Lo sé, por esto estoy aquí. Rafa me comento que fuiste a verlo y pediste reunirte conmigo. -
-Tavo, realmente no sé por dónde empezar, estoy tan nerviosa que hasta me cuesta respirar- La mujer tomó una bocana de aire.
-Erika, debo volver con mi esposa, así que te pido el favor de que no des tantos rodeos y dime de una buena vez ¿Qué es eso tan importante que tienes que contarme? – El castaño deseaba terminar lo más rápido posible y regresar al lado de su esposa.
-Te prometo que no será más de 10 minutos, solo te pido que escuches hasta el final y espero que puedas perdonarme-
-Si te refieres a lo que paso hace diez años, ya todo esta olvidado- La mujer negó.
-No Tavo, hay algo que tú todavía no sabes. Sé que te sorprenderás, pero te pido que te lo tomes con calma. Tavo hace diez años me fui porque descubrí que estaba embarazada. –
- ¿Embarazada? -Repitió el hombre procesando la información.
-Si Tavo, tenemos un hijo. Su nombre es Mikael- Al escuchar cómo se llamaba el pequeño Gus dejó caer el vaso que tenía en la mano, era el nombre que los dos eligieron una tarde mientras hablaban del futuro e imaginaban como seria su hermosa familia.
- ¿Está segura que soy el padre? Sabes bien que existe la posibilidad de que ese niño no sea mío.-Gustavo no quería echarle en cara su error, pero fue inevitable no decir lo que sentía su corazón.
-Tavo, sé que tienes dudas, pero también sé que si lo ves…- La mujer intentó decir, pero el castaño negó con la cabeza con incredulidad .
- ¡Ese niño no es mío! – Gritó llamando la atención de todos los del lugar.
-Tavo, fue una noticia impactante y ahora estas en la etapa de negación-
El castaño soltó una carcajada sin humor mientras golpeaba la mesa y se ponía de pie. – No me trates como si fuera tu maldito paciente, Sí ese niño realmente es mío ¿Por qué me lo dices ahora después de tanto tiempo? Dicen que antes de morir, todo malo por temor quiere confesarse ¿Acaso es eso? ¿Te estas muriendo? Lo dudo hierba mala nunca muere. ¿A qué diablos estas jugando? No creas que caeré otra vez en tus engaño-
-Tavo, Yo…- Erika con los ojos llenos de lágrimas intentó acercarse a él, pero si ella daba un paso el hombre retrocedía dos, su mayor miedo se había hecho realidad, Tavo no aceptaba a su pequeño.
El hombre se dio media vuelta y se disponía a caminar hacia la puerta cuando la mujer con voz entre cortada gritó- Tavo estoy muriendo. Yo tengo un tumor cerebral, en cualquier momento puedo morir y no podré estar para mi pequeño. De verdad lamento haberte ocultado la verdad, pero ¡Por favor! Nuestro hijo es inocente y no tiene la culpa de mi error. Te ruego que no lo dejes solo y cuides de él. Mikael solo te tiene a ti-
excelente historia