¿Es posible volver a amar después de una ruptura? Cinco años después de romper su compromiso, Gus y Félix vuelven a cruzar miradas. El pasado regresa como una herida abierta, trayendo consigo el amor que nunca murió… y la falta de valor que amenaza con destruirlos. Esta vez, no solo se juegan el corazón: también su última oportunidad de salvarse el uno al otro para poder terminar juntos.
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Y ESO
Sentados en el pasto, ocultos detrás de unos arbustos de flores blancas, el cielo está estrellado y la música a lo lejos; he tomado la decisión de ser más franco con lo que quiero. ¿Y qué es lo que quiero? ¿De qué tengo ganas en este momento? Sí el otro no tuvo valor, quiero aprovechar que este sí tiene valor.
—Sí nos seguimos besando está noche, ¿eso en que nos convierte? —No tengo pena en preguntarle.
Lo estoy mirando directamente a los ojos, tengo una sonrisa en los labios y sé que él sabe a lo que me estoy refiriendo.
—Gus.
—¿Sí?
—¿Puedo ser tu novio?
¡Increíble! Este hombre no le teme al éxito y yo tampoco. ¿O sí? Bueno, el alcohol me ha hecho olvidarme del miedo. ¿Estoy muy ebrio?
—¡Sí! ¿Yo puedo ser tu novio?
—¡Seamos novios!
Al instante, me abalanzó sobre él. Lo abrazó con mucha emoción y hago que mi mejilla derecha se recueste en su hombro. ¡Me siento muy emocionado! ¿Esto es dejar que las cosas fluyan?
Siento su respiración sobre mi oído, mi corazón late con fuerza, nada me importa en ese momento a excepción de nosotros dos.
—¿Puedes destapar la botella de vino? —Le pido.
—Claro.
Cuando trato de componer mi compostura, me doy cuenta de que estoy sentado sobre él, mis rodillas le rozan la cadera, pongo mis manos en sus hombros y entonces...
—No te muevas, quédate así. ¡Tus ojos brillan mucho desde mi ángulo!
Sonrío. Alán no batalla para destapar la botella de vino. Mueve sus cejas de forma coqueta, me ofrece la botella y soy el primero en darle un trago.
—Es tu turno —le doy la botella.
Sus ojos bajan y miran la botella de vino. Una de sus manos se apodera de mi espalda baja, siento su tacto sobre la tela de mi saco. ¡Es hermoso! Sus labios sobre la botella, ingiriendo vino y tocándome al mismo tiempo.
Aparta la botella de su boca y la descansa sobre el suelo. Sube su mano a mi mejilla, la desliza por mi oreja y sus dedos están en mi nuca. Me atrae hasta su rostro, inclino un poco, nuestras respiraciones se funden, cierro los ojos y me uno a él. ¡Besarnos con vino! Tomo su rostro entre mis manos, sus vellos prenden un fuego en mi corazón, siento su tacto por debajo de mi camisa, el vino está en nuestras bocas, él reservo un poco en su boca para dármelo a mí con su lengua. ¡Me fascina! Su sabor es muy delicioso.
¿Cómo es posible que nuestras bocas encajen tan bien? Su lengua es muy hábil, comienza a danzar con mi lengua y el sonido de nuestras bocas es placer a mis oídos. Nuestros movimientos están coordinados, hago que mis manos se deslicen a su cabello, él muerde mi labio inferior y yo siento rico.
—¿Te gustan los besos que saben a vino? —Pregunto sobre su boca.
—¡Me encantan los besos que saben a vino! —Responde.
—¿Quieres más vino?
—Sí.
Antes de alejarme de sus labios, hago que mi lengua le acaricie la boca.
—Gus.
—¿Sí?
—Me gusta el vino, pero me gustas más tú.
❤️❤️❤️
Cuando abro los ojos, siento una pesadez enorme en mis párpados. ¡Me siento cansado!
El techo de mi habitación es blanco, me retuerzo sobre la cama, bostezo con ganas y me siento. Percibo que mi celular está vibrando, no es una llamada.
¡Buenos días! ¿Descansaste bien? Tu padre me invito a comer, iré a tu casa más tarde.
¿Invitarlo a comer? ¡La torna fiesta!
Voy corriendo al baño, me deshago de los restos de la noche y tomo una ducha para despertar completamente. ¿Qué debo ponerme? ¿Elegante, casual o soft?
—¡¿Ya despertaste?! —Es la voz de Janet.
—Sí. Me acabo de bañar.
—¡Genial! Papá pregunta por ti. Dice que ya casi son las tres de la tarde y tú aún no sales tú habitación.
—Ya me estoy cambiando. Bajo en diez minutos.
Y en realidad me hice veinticinco minutos para poder terminar de alistarme. Me vestí con un pantalón de mezclilla desgastado, una playera blanca con un estampado pequeño de un cactus. Me coloqué unos anteojos redondos de armazón metálico y use perfume de vainilla.
Al llegar al comedor, me sorprende ver que la mesa está llena.
—¡Buenas tardes! —Se me ocurre saludar.
—¡Al fin bajas! Alán preguntaba por ti, él ya se estaba impacientando —dice mi padre.
—¿Me estabas esperando? —Hago contacto visual con el hombre hermoso y le sonrío con amplitud.
—Claro. Me da gusto ver a mi novio —dice a pleno público.
Un aúllo se escucha por parte de todos y eso me hace sonrojar.
❤️❤️❤️
—Así que ya son novios —Laura inicia la conversación.
—Sí. Ayer floreció nuestro romance —le digo.
—¡Me da gusto por ti! —Janet me da una palmadita en la espalda.
—¡Gracias!
—¡Hacen bonita pareja! Desde el día que te subiste al teleférico con él, yo supe que algo más iba a surgir entre ustedes —Laura se veía muy conmovida—. Que bueno que me dijiste que no presionara las cosas entre Félix y tú. Mira, ahora estás de novio con este muchacho. ¡Te lo mereces Gus! Estamos muy contentas por ti.
—Que las cosas fluyan es mejor que forzarlas a que surjan de forma obligada. Ayer me deje fluir y mira, amanecí enamorado.
Alán estaba jugando baraja con papá, James y otros amigos de la familia. ¡Él se veía tan concentrado y divertido! ¿De dónde salió este hombre? ¿Por qué la vida me hizo conocerlo? ¡Estar aquí es una bendición!
—Ya no me molesta que Félix se quede con Luisa, después de todo, él ha sido un cobarde —dice Laura.
—¿Y cómo está Luisa? —Quiero saber.
—Despertó a la mañana siguiente que te fuiste y ahora ya está en casa de mis suegros. ¡Ay no! Todo eso le pasa por andar de loquita coqueta.
—¡No digas eso! Yo ayer anduve de loquito coqueto y mira como terminé.
Janet se ríe de lo que dije.
—Tienes razón, pero bueno, Luisa puede ser feliz con Félix y tú ahora eres el novio de Alán.
¿Realmente así deben ser las cosas? Al menos, mi mente ya no piensa en Félix y él está lejos de mí.
—¿Te casarás con él? —Janet me pregunta.