Soy El Pago De Una Deuda

Carolina se quedó escogiendo un biquini sé los tres que le había comprado Betty y tomo uno rojo, entre las cosas que compro Betty había un bolso de playa azul donde ella metió un sujetador que ya le cambió sus cosas a los bolsillos, puso un bóxer para Sebastián y bragas para ella, escogió el vestido que se pondría y tomo una toalla grande y la puso en su bolso también.

Se metió en la ducha, y se comenzó a bañar, pero pensaba para ella misma.

"Carolina no puedes sentir que te falta el aire si él no está, tienes que ser valiente, ni pareces Arequipeña, como salió sola adelante la señora Celeste con un bebé y tu sólita no puedes, si estuvieras siendo perseguida te acepto que te pongas así, pero aquí estás tranquila, respira tranquila que Sebastián ya va a venir mínimo que te encuentre ya bañada".

Así se daba ánimos sola, terminó de bañarse y salió se puso el biquini de dos piezas que le quedaba muy bonito, tomo el vestido se lo puso y un par de sandalias para la playa, en ese momento regresaba Sebastián.

Sebastián: "Mi amor que hermosa estas, sabes nos vamos de paseo hoy y en la noche estamos viajando de regreso, ya está listo nuestro lugar seguro y sé que te va a encantar, además mi papá me dijo que el Capo Ruso pidió perdón por la ofensa y que le abran paso a los negocios otra vez, igual no me confío y nos iremos a un lugar muy seguro".

Sebastián se bañaba mientras Carolina le escogía un traje de baño una bermuda y una camisa, tomo una maleta que allí había y ordenaba la ropa para que al regresar fuese mas fácil, solo dejo ropa para ella un Jens un top y una casaquita de Jeans también que había entre la ropa que le compraron, para el escogió lo mismo saco un bóxer y unas bragas dejando la maleta echa solo para poner la ropa que usarían hoy.

Bajaron a desayunar y todos hablaban del regreso y que era su último dia en la playa, desayunaron y salieron en el Jeep Sebastián y Carolina.

El la llevaba a la grieta marina al llegar ella no veía nada, pero el la tomo de la mano y la entro quedo maravillada como en una cueva casi podía haber tanta luz y entrar agua del mar por debajo de las piedras.

Sebastián: "Esta es la grieta marina, aquí si podemos bañarnos y no nos vera nadie".

Carolina se quitaba el bestido y para sorpresa de el traia biquini y le quedaba hermoso.

Sebastián: "Me harás dar un infarto, por dios que hermosa te ves mi vida, dejame que me quede en ropa de baño, mejor me quedo sin nada".

Carolina se metía sin miedo al agua pues era cristalina con ese fondo turquesa y se veía poco profunda, Sebastián la alcanzó y se bañaban juntos abrazados muy cariñosos, el la volvió a tomar en brazos y ella se sujeto de su cintura con sus piernas el solo aparto a un costado su biquini de ella y la tomo allí fuertemente la hizo suya, ella pudo gemir sin miedo en respuesta a lo que sentía en cada embestida del que era su esposo, moviendo las caderas al ritmo de el haciendo mas profundo cada movimiento y mas placentero.

Carolina: "Jamas habia sentido que alguien me tocara hasta que lo hiciste tu y solo quiero ser tocada por ti, me gusta esto que me haces sentir".

Sebastián: "Se que soy el unico que te a tocado mi amor y me encanta hacerlo, asi me gusta estar dentro tuyo y solo así quiero vivir, tuyo para complacerte así como ahora mi amor".

El placer fue mucho y los gano llegando a la cima del placer, pero el la saco cargada y se puso sobre ella a la orilla del mar sin salir de ella presionando ese centro de su esposa cada vez mas fuerte haciendo que ella gritara de placer y pidiera que no parará hasta que ambos llegaron a la cima otra vez.

La tomo en brazos y la llevo a enjuagarle la arena al mar Carolina estaba algo avergonzada y el lo noto.

Sebastián: "Que pasa mi amor por que tienes esa carita, te hice doler mucho, no te gusto".

Carolina: "Sebastián no se que me pasa, me gusta que me duela cuando lo haces muy fuerte como hoy lo hiciste, senti algo especial muy bonito y no se si sea normal que a alguien le guste el dolor asi".

Sebastián: "Solo te gusta el dolor que te causa cuando lo hago fuerte o que otro dolor te gusta".

Carolina: "Solo el dolor cuando tenemos intimidad, el que me causas cuando me haces tuya".

Sebastián: "Mi amor eso es normal y hoy lo hice mas fuerte por que ya estas un poquito mas relajada, si lo hubiera hecho asi desde el principio te me espantas y te lastimaba, si te gusta lo que hacemos soy feliz mi amor mas bien salgamos de aqui que quiero que veas la cascada y si seguimos ahí te lo haré una y otra vez mira como me traes mi amor".

Carolina solo veía la masculinidad dura de su esposo mientras el se cambiaba y reía mientras se ponía solo el vestido, salieron de la hermosa grieta y manejo hasta el camino que llevaba a la cascada, estacionó la camioneta carolina bajo su bolso en el pasto puso la toalla y se quitó el vestido para que seque se mojo un poco con su ropa.

Carolina: "Sé siente aquí un aura especial, da paz estar aqui viendo esta hermosa cascada".

Sebastián: "Mi tia siempre dice que el alma de su esposo esta aquí, la verdad creo que ni familia somos pero mi padre me llevo a su casa a que me pongan a salvo y vivi con ellos un tiempo, todos son muy buenos, sabes le dieron el antidoto a mi tia y esta mucho mejor en su casa me lo dijo Miguel".

Carolina: "Puedo dormir en tu pecho un rato mi amor me dio sueño derrepente".

Carolina dormía plácidamente en el pecho de Sebastián mientras el la abrazaba.

Carolina dormía y comenzó a soñar se veía caminando por la cascada con un joven rubio, que le decía "Yo soy Miguel, mi esposa es Celeste y tú eres su hija esto lo sabrás pronto, sé que pasate cosas feas tu alma se siente dolida, pero recuerda que no existe mejor cura que el amor de una madre, le dices que aún no es su tiempo tiene que gozar de su hija y sus futuros nietos, para mi serás una hija más una Grosvenor".

Carolina despertó asustada sé veía tan real su sueño.