Oscura Obsesión.

Lucía sabía que hacer, no era necesario que él tardará tanto en recordar, por eso quería darse a la tarea de volverlo a enamorar.

Si tan solo Charlie hubiera firmado los papeles del juez antes de perder la memoria, quizás, solo quizás hubiera ido a pedir empleo en su buffet.

Flor llega con la canasta y siente mucha vergüenza al ver cómo todos la miran. Llevaba ropa normal, trenzas y está vez no iba maquillada. Si no fuera por la ropa que Lucía le brindo seguiría usando las mismas prendas rotas de siempre.

"¿Qué necesitas?" Pregunta la recepcionista alzando su ceja.

"Vengo a traer un encargo para el abogado Charlie. Me dijeron que se lo diera personalmente." La de recepción se ríe, no puede tomarla en serio, dado que muchas mujeres están detrás de los dueños de la compañía y este puede ser un simple truco.

 Al ver el contenido de la canasta reconoce los chocolates caros dentro de ella. No cree que alguien como está chica tenga los recursos para comprar tantas cajas y muy costosas.

"Puedes dejar la canasta aquí. Cuando lo vea se la daré."

"Lo siento mucho, pero me dieron órdenes específicas de ver qué la reciba el mismo."

"Mira preciosa." Dice con ironía. "No sé cómo fue que el guardia de entrada te dio el pase, pero créeme cuando te digo que alguien así..., cómo tú no puede pisar siquiera el suelo de este lugar. Si quieres dejar la canasta adelante, si no, la puerta está demasiado grande para las de tu tipo."

Flor hace una mueca, podrá ser pobre, pero tiene dignidad para rebajarse a un nivel tan bajo. Tenía tantas ganas de golpear su rostro para desquitar su enojo, así que solo respiro profundo y se mantuvo al margen.

"Es un despacho de abogados, cualquiera puede entrar. Incluso me están dando ganas de levantar una demanda contra cierta recepcionista."

Lucas no dejo desapercibido lo que recién escucho, pero ellas ni siquiera habían notado su presencia por mirarse con enojo y empezar a decirse de cosas.

"¡Por favor! Ni con tu sueldo de todo un año podrías pagar al abogado más barato de este despacho. ¡Solo mírate! Llevas unas trenzas ridículas y tu vestimenta está muy mal combinada. Podría adivinar que alguien te las donó y tú solo te pusiste lo primero que viste." Se mofa y ríe en su cara.

Flor se echa un vistazo para ver cómo se ve, sintiéndose avergonzada.

"¡Ves! Tenía razón. Ni siquiera tienes para comprar ropa. Soy hábil para detectar la pobreza."

"¡Cómo te llamas!" Grita Lucas asustando a la recepcionista.

"¡Jefe! Digo..., lo siento mucho. Esta persona intento."

"No te pedí una excusa. ¡Bastian, ven aquí!" Le habla al de seguridad, mientras Flor se intimida por el estruendo de su voz.

"Dígame señor. ¿Qué sucede?"

"Lleva a la señorita a la salida. ¡Está despedida!" Charlie recién llegaba, pero lo que tenía de frente no llamaba su atención y solo intento pasar de lado.

Flor lo reconoció y se apresuró a entregar la canasta, quería irse de ahí lo más rápido posible.

"¿Qué es esto?" Pregunta confundido.

"¡No era mi intención causar problemas! ¡Tome! Es un envío por parte de la señorita Lucia. Dice que se mejore. ¡Yo me tengo que ir!"

Al darse la media vuelta intenta correr, pero choca en el pecho de Lucas.

"¡Lo siento! Soy algo torpe."

"¿Trabajas para ella? ¿O solo eres una repartidora?" Detrás de ella estaba Charlie y frente a ella Lucas, se sentía acorralada y tenía miedo de responder, ya que ellos trasmitían poder e intimidación.

"No me lo tomé a mal, pero no puedo mencionar nada que tenga que ver con mi jefa."

"¿Así que es tu jefa?" Dice Charlie. Flor se pone roja, no quería decir nada y termino hablando de más.

"¡Necesito irme, adiós!"

"¡Espera!" Charlie la sujeto de la muñeca, intentando detener su caminar. "Tu cara se me hace conocida." Flor intenta cubrir su rostro con la mano, pero Lucas toma su otra mano sin darle oportunidad de marcharse u ocultarse.

"¿Lucía compro todo esto? Pensé que estaba desempleada."

"Cómo dije no puedo decir nada. Si son tan amables, me gustaría que me soltaran, me están asustando." Su expresión lo decía todo y para Charlie fue gracioso.

"Dile a tu jefa que no necesito nada de esto. Mejor que ahorre y que olvide los intentos de cortejo. No la recuerdo y no pienso regresar con ella."

"¿Entonces es verdad? Dude un poco de su palabra. Aquí entre nosotros, ella lo necesita. No sé lo que pasó entre los dos, pero se ve que ella aún lo ama. Le digo todo esto porque sería muy trágico recordar todo en unos días o semanas y que ella se haya dado por vencida con usted. Si la lástima podría lamentarse. Al menos acepte su regalo y dele la oportunidad de conocerla. Me dijo que usted fue la única persona en aceptarla como es, y ahora que trabajo con ella me doy cuenta de lo que intento decirme."

"Hace un momento te defendí y corrí a la recepcionista porque no tolero la injusticia. Si vienes a intentar lavar el cerebro de mi hermano por órdenes de esa casa fortunas, entonces tendré que correrte de la misma manera que hace rato con la otra chica. ¿Te parece?"

Flor se siente apenada, ya fue suficiente por un solo día, pero ahora que sabe que son hermanos lo entiende por completo.

"Me iré, pero se equivoca. Mi señorita no es una casa fortunas. Ella es tan rica que podría comprar este edificio." Molesta se marcha de ahí, dejando a Lucas y a Charlie con una sonrisa y una ligera risa.

"¡Si como no! Si fuera tan rica no estaría trabajando de asistente." Dice Lucas.

"No lo sé, hay cada loco en este mundo, pero la verdad no me interesa investigarla." Dice Charlie, mirando la canasta frente a sus pies.

Sin más remedio la toma y sube con ella a su oficina.