Aún Te Recuerdo

Rafaela regresó a la empresa, donde se reuniría con Ava, quien la estaba esperando tomando un poco de café. El evento para el Grupo Vasques Tech era importante, y Ava quería estar al tanto de todo.

Empezaron a conversar, extendiendo sobre la mesa los bocetos del evento, pero el foco de la conversación estaba lejos del trabajo. Ava miró a Rafaela, entrecerrando los ojos como si tratara de descifrar algo.

_ ¿Qué pasa? Preguntó Rafaela, notando la mirada curiosa de su amiga.

_ Nada. Solo te encuentro… diferente. Ava sonrió, apoyando la barbilla en la mano. _ Pareces más ligera, más feliz.

Rafaela sonrió, pero desvió la mirada, jugueteando con un bolígrafo sobre la mesa.

_ No sé de qué estás hablando.

_ ¡Ah, sí sabes! insistió Ava, inclinándose hacia delante. _ Vamos, Rafa. Te conozco desde hace años. Hay algo diferente en ti después de la reunión barra almuerzo con Nick. .

Rafaela suspiró, y una sonrisa se formó en sus labios.

_ Tal vez sea porque… tuvimos una conversación interesante en el almuerzo...

_ ¿Interesante cómo? Ava seguía curiosa.

Rafaela dudó un momento, pero acabó cediendo a la mirada insistente de su amiga.

_ Durante el almuerzo con Nick, la conversación acabó yendo por otro lado.

_ ¿Hablasteis del pasado? Ava casi deja caer la taza de café que sostenía. _ ¿Y solo me lo cuentas ahora?

_ Tranquila, Ava, no fue nada del otro mundo, y no hablamos exactamente de nuestro pasado...

_ Ah, claro. Nada del otro mundo. Solo almorzaste con el chico que te hacía perder el sueño en la adolescencia. ¡Cuéntamelo todo, vamos!

Rafaela suspiró, sabiendo que Ava no iba a rendirse.

_ Me preguntó por mi vida, cómo llegué aquí, por la empresa... y después yo le pregunté por él. Y me contó que siguió el camino que su padre había planeado, se convirtió en CEO de uno de los grupos más importantes del país, pero que tuvo que dejar muchas cosas de lado para conseguirlo.

Ava seguía interesada.

_ ¿Y cómo te sentiste al escuchar eso?

_ Fue extraño, pero al mismo tiempo… fue bueno. Parecía sincero, ¿sabes? Incluso comentó que algo en su vida está a punto de cambiar. Rafaela se cruzó de brazos, pensativa. _ Pero no sé exactamente a qué se refería.

_ Humm… Ava sonrió con picardía. _ Eso explica por qué estás tan… diferente. Te aseguro que ese cambio te incluye a ti.

Rafaela negó con la cabeza, riendo.

_ No lo sé, Ava... Solo fue un almuerzo.

_ Claro, solo fue un almuerzo, y yo soy una rica heredera que trabaja por afición, no. Dijo Ava con humor. _ Mira, Rafa, no voy a juzgarte. Si todavía sientes algo por él, está bien. Lo importante es que seas feliz.

Rafaela miró a su amiga, absorbiendo sus palabras.

— No lo sé, Ava… Después de lo que pasó, de lo que dijo aquella noche... pero no puedo negar que parece… más maduro. Pero al mismo tiempo sigue siendo ese Nicolas, o mejor dicho Nick, que me hace querer darle unas bofetadas y luego abrazarlo.

Ava soltó una carcajada.

_ Mira, si ha venido para sumar y no para molestar, tal vez valga la pena darle una oportunidad.

Rafaela sonrió, sintiendo el corazón más ligero.

_ Por ahora, quiero mantener los pies en el suelo. Ya me entregué a él por impulso en el pasado… no voy a actuar de la misma manera ahora, ya no soy una adolescente con las hormonas revolucionadas.

_ Tiene sentido. Pero tampoco te cierres completamente, ¿vale? Mereces ser feliz, Rafa. Y si eso incluye a Nicolas…

Rafaela estaba más tranquila. Tal vez Ava tenía razón. Tal vez era hora de enfrentarse a lo que sentía, incluso si eso significaba revisar el pasado.

De vuelta en su despacho, Rafaela intentó concentrarse en unos informes, pero su mente divagaba. La sonrisa de Nicolas, el brillo en sus ojos mientras hablaba, la ligereza con la que la provocaba… Todo ello le hacía revivir momentos de otra época. Recordó lo joven que era, cómo su corazón se aceleraba cuando él se acercaba en el instituto. Nicolas era el centro de atención, el chico que parecía inalcanzable, pero que, de alguna manera, se acercaba a ella y jugueteaba con sus sentimientos.

Rafaela se pasó una mano por el pelo, suspirando. En aquella época, nunca tuvo el valor de admitirle lo que sentía. Las indirectas, las miradas robadas, la forma en que él parecía entender lo que ella no decía con palabras... todo aquello dejó huella. Ahora, tantos años después, esas sensaciones volvían con una fuerza inesperada.

“Es una locura..” pensó. Pero, por mucho que intentara alejar los pensamientos, estos volvían. Ese Nicolas del presente, más maduro e intenso, parecía aún más irresistible que el chico del pasado. Y eso la inquietaba.

Por la noche, Nicolas llegó a casa y fue directo a su habitación a hacer las maletas. Tenía un viaje de trabajo que no podía aplazar. Intentaba concentrarse en organizarse, pero su mente insistía en volver a Rafaela. Su sonrisa, su forma de expresarse, el brillo de sus ojos al hablar de sus logros… Era imposible no pensar en ella.

Suspiró, cogió una camisa y la dobló cuidadosamente. Recordó el momento en que ella se tocó el pelo, el perfume que parecía combinar a la perfección con su personalidad. El deseo de estar cerca, de volver a sentir ese olor, de pasar los dedos por su pelo, lo consumía.

El viaje sería largo, y volvería la víspera del evento anual del Grupo Velasques Tech. Pero, hasta entonces, tendría que lidiar con la ansiedad de la espera. Nicolas cerró la maleta, decidido. Sabía que algo entre ellos estaba por venir, y estaba dispuesto a descubrir qué era, porque siempre supo lo que sentía por ella.

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Fiesta a la vista en los próximos capítulos.