¿Qué harías si un día despertaras en un mundo totalmente desconocido?
Andaira, una joven del siglo XXI, despierta en la majestuosa mansión Valois sin memoria y con más preguntas que respuestas. En un reino de magia y misterio, deberá desenterrar los secretos de su pasado y descubrir su verdadero destino. Rodeada de intrigas y peligros, Andaira se encuentra con Kaiden, un valiente príncipe y poderoso general, quien la ayudará a enfrentar las sombras que amenazan su existencia.
A medida que Andaira explora este mundo mágico, se dará cuenta de que su vida está entrelazada con fuerzas antiguas y poderosas. ¿Podrá encontrar su verdadera identidad y salvar al reino de una oscura amenaza?
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Capitulo 18
Podía sentir su cuerpo presionando el mío, sus latidos agitados y su mirada penetrante.
—Entiende, por favor, esa mujer utilizó sus habilidades para intentar hechizarme. Si no fuera por mi espíritu guardián, ella me tendría completamente dominado —dijo, su voz llena de urgencia.
Sentí una mezcla de incredulidad y confusión al escuchar sus palabras. ¿Podría ser cierto lo que decía? ¿Podría Veridia haber intentado hechizarlo?
—¿Esperas que crea eso? —dije, tratando de mantener la calma—. ¿Cómo puedo saber que no es solo una excusa?
Me miró fijamente a los ojos y se acercó lentamente a mí. Solo podía ver sus hermosos labios acercarse a los míos. Tomó mi barbilla con suavidad, acercando su rostro al mío. Su aliento cálido rozó mi piel, y mi corazón latía con fuerza, luchando contra la mezcla de emociones que me invadían.
—Andaira, por favor, mírame y dime que no sientes lo mismo que yo —susurró, su voz cargada de sinceridad y desesperación.
Sentí que mis defensas comenzaban a desmoronarse, pero no quería ceder tan fácilmente. Había sido herida y traicionada, y no podía dejar de lado esos sentimientos tan rápido.
—Kaiden... —comencé a decir, pero las palabras se atascaban en mi garganta.
—No quiero perderte. No puedo perderte —dijo, sus ojos llenos de una intensidad que me dejaba sin aliento—. Haré lo que sea necesario para demostrarte que eres la única para mí. Solo dame una oportunidad.
Podía sentir la sinceridad en sus palabras, y aunque mi corazón seguía dolido, una parte de mí quería creerle.
—Si sigues dudando de mí, aléjame —dijo Kaiden, acercándose más a mi boca, sus labios a solo centímetros de los míos.
Sentí una oleada de emociones confusas. Sus palabras y su proximidad me hacían querer rendirme, dejarme llevar por lo que sentía por él. Pero el dolor de la traición aún estaba muy presente, recordándome lo que había visto.
—Kaiden... —susurré, mi voz temblorosa.
Él no me dio tiempo para pensar. Sus labios encontraron los míos en un beso suave pero lleno de urgencia. Sentí su desesperación, su necesidad de demostrarme cuánto me amaba. Mi corazón latía con fuerza, y por un momento, olvidé todo el dolor, dejando que el beso me envolviera.
El beso se profundizó, y sus manos se deslizaron suavemente por mi espalda, atrayéndome más cerca de él. Podía sentir el calor de su cuerpo, su respiración agitada mezclándose con la mía. Mis manos, casi por instinto, se aferraron a su camisa, buscando un ancla en medio de la tormenta de emociones.
Cada caricia, cada roce de sus labios, parecía borrar un poco más del dolor que sentía. Sus dedos se entrelazaron en mi cabello, y un suspiro escapó de mis labios mientras me perdía en la intensidad del momento. Era como si el mundo se desvaneciera a nuestro alrededor, dejándonos solo a nosotros dos, conectados por algo más profundo que las palabras.
Kaiden me acercó aún más, su cuerpo presionando el mío contra la pared. Sentí sus manos recorrer mi espalda, sus dedos trazando líneas de fuego en mi piel. Mi corazón latía con fuerza, y cada latido parecía sincronizarse con el suyo. Sus labios se movían con una urgencia que reflejaba la desesperación y el deseo de demostrarme su amor.
Mis manos se deslizaron por su pecho, sintiendo los músculos tensos bajo la tela de su camisa. Cada caricia, cada toque, parecía intensificar la conexión entre nosotros. Sus labios se movieron desde los míos hasta mi cuello, dejando un rastro de besos que me hicieron estremecer.
—Andaira —susurró contra mi piel, su voz cargada de emoción—. No puedo perderte. Eres todo para mí.
Sus palabras resonaron en mi corazón, y por un momento, el dolor y la traición parecieron desvanecerse. Quería creerle, quería dejarme llevar por la intensidad de sus sentimientos. Pero la realidad seguía ahí, recordándome lo que había visto.
Finalmente, me aparté ligeramente, respirando con dificultad.
—No puedes simplemente besarme y esperar que todo se arregle —dije, mirándolo a los ojos, tratando de mantener mi voz firme.
Kaiden me miró, su expresión reflejando dolor por mis palabras.
—Sé que no, Andaira. Pero no sé qué más hacer para demostrarte que eres lo más importante para mí. Dime qué necesitas, lo haré —dijo, su voz cargada de sinceridad.
Sentí las lágrimas amenazando con caer nuevamente. Quería creerle, quería que todo fuera diferente.
—Necesito tiempo, Kaiden. Necesito tiempo para sanar y para entender lo que siento —dije, tratando de mantener la calma.
Él asintió lentamente, su mirada fija en la mía.
—Tómate el tiempo que necesites, Andaira. No me rendiré contigo —respondió con voz firme.
Me tumbé en la cama, tratando de calmar mi mente y mi corazón. Pero cada vez que intentaba relajarme, los recuerdos del beso y las caricias de Kaiden volvían con fuerza, haciéndome sentir una oleada de emociones contradictorias. Todo seguía grabado en mi mente y cuerpo; aún quedaban rastros de su toque ardiente. Cada vez que cerraba los ojos, podía sentir sus manos recorriendo mi piel, sus labios presionando los míos con una intensidad que me dejaba sin aliento. Era como si su presencia aún estuviera conmigo, envolviéndome en una mezcla de deseo y confusión.
Quería creer en sus palabras, en su sinceridad, pero el dolor de la traición seguía ahí, recordándome lo que había visto.
Mientras intentaba encontrar algo de paz, recordé que había olvidado hablar con él del demonio. La urgencia de esa conversación me golpeó como un balde de agua fría. Ahora tendríamos que vernos mañana nuevamente, y no solo para resolver nuestros sentimientos, sino también para enfrentar el peligro que aún acechaba.
Suspiré, sabiendo que el día siguiente sería crucial. Cerré los ojos, tratando de encontrar algo de paz en medio del torbellino de emociones y pensamientos. Sabía que debía ser fuerte y enfrentar todo lo que venía, tanto en mi corazón como en el mundo que nos rodeaba.
no lo sé... tal vez estoy paranoica
es fantástica
porque su madre no la sano???
pero me gusta