Katherine es una joven que tiene un pasado secreto, decide escapar de Argentina y llega a Italia donde tiene parientes lejanos. consigue trabajo cuidando una abuela, pero el nieto de esta es el mayor mafioso Siciliano de la historia.
Siendo dos personas completamente opuestas, de mundos distintos, pero con un corazón que ha pasado por muchas cosas... ¿Puede haber algo más entre ellos?
¿Podrán encontrar juntos el amor? ¿O ella volverá a escapar?
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17
Amelia había visto todo desde la mesa donde se encontraba sentada en el patio, camino lo más rápido que le dieron las piernas para llegar hasta donde yo estaba, obviamente ya estaba sola.
¿Querida estás bien?- su voz preocupada solo hacía que llorara más, no entendía en qué momento todo se había ido a la mierda con los varones. - por favor Kat necesito que me contestes-
De pronto sentí unos brazos que me alzaban, su colonia era sumamente adictiva, y sin decir una sola palabra me llevó nuevamente a la cocina, me depositó en una de las sillas y me trajo un vaso de agua. Todo bajo la mirada de Amelia quien en parte se veía sorprendida y, por otro lado, echaba fuego por los ojos.
¿que fue lo que paso?- le preguntaba a su nieto -¿por qué sacaste el arma de esa manera?¿ qué fue lo que ocurrió con Mario?.
el la acuso de envenenar a Sofia con lo que ella cocina, y la sujeto fuertemente de las muñecas, debía pararlo y lo sabes- le decía mientras seguía viéndome.
ese bastardo, lo quiero fuera hoy mismo- grito Amelia y en algún momento su voz se paró.
ella se desmayo cayendo justo en los brazos de su nieto quien veía con horror la escena. solamente atine a sacarla de sus brazos y dejarla en el suelo para comenzar a hacerle respiración boca a boca y compresiones en su pecho.
llama de inmediato una ambulancia- le grite sin mirarlo.
solo escuche lo que hablaba por teléfono, gritándole a alguien que ni siquiera sabía quién podría ser. por suerte los médicos llegaron en tan solo 10 minutos, ella tenía un pulso débil, pero llegaron a decir que de no ser por el rápido actuar de las maniobras que le había hecho hubiese muerto de un paro cardíaco.
mientras la subían a la camilla para trasladarla al hospital, Nataly lloraba con sofia en brazos y hasta Isabella había bajado a ver la conmoción. mientras todos se preparaban para seguir a la ambulancia, fui en búsqueda de mi mochila, para poder sacar mi moto del garaje y seguirlos.
¿adónde se supone que vas?- dijo el idiota detrás mío.
voy al hospital a estar con ella, fue mi culpa que se pusiera así y debo estar ahí cuando despierte y pedirle perdon- dije dejando escapar las lágrimas que llevaba contenida.
sabes que esto no fue culpa tuya- su tino de voz había cambiado ahora parecía ¿arrepentido?
si lo fue, me asustaste con el arma, pero no debí haber dejado que ella se pusiera asi- dije sacando la moto de donde estaba guardada y poniendo la llave en el encendido.
te voy a llevar, no deberías manejar en esas condiciones- se puso a mi lado para evitar que me subiera.
no quiero parecer odiosa ni nada por el estilo, pero me gustaría que no te vuelvas a acercar a mi- le dije corriendolo y subiendome al asiento. arranque la moto y lo deje allí parado. la verdad era que no deseaba verlo nunca más, no iba a permitir que me intimidara o me volviese a provocar esos ataques de pánico que hacia demasiado tiempo no sufría.
salí en búsqueda del hospital adonde se habían llevado a Amelia, sabía que era uno de los mejores del lugar, pero como una estúpida no había preguntado la dirección. por suerte no pasó mucho desde que la ambulancia había salido de la casa así que pude encontrarla en el primer lugar donde la busque. estacione la moto e ingrese rápido, necesitaba que me dijeran que estaba bien, que se iba a recuperar.
Narra Fabritzio
verla hecha un ovillo llorando en el piso, me recordó a las veces que sofia solía sentarse a llorar y me partió el corazón, nunca quise asustarla, solamente quería deshacerme del imbecil que la estaba amenazando, pero al parecer me equivoque. la cargue y sentí su piel fría, sus lágrimas se escurrian y podía escuchar la congoja en su corazón.
mi abuela entró a reclamarme por el estado de esta mocosa ¿cómo mierda iba a saber yo que se iba a poner así? la vi pelear contra el viejo borracho como una leona, pero una simple arma la había desarmado de esa manera ¿acaso le había pasado algo que les temía tanto?
de repente mi abuela se descompensa en mis propias narices, llego a agarrarla antes de que se estrelle contra el piso y esta pendeja como si hubiese vuelto su valor, me la saca de mis brazos y comienza las maniobras de RCP, me grita que llame una ambulancia y no se detiene en lo que hace.
los médicos deciden internar a mi abuela y mientras todos se preparan para ir con ella al hospital, veo de reojo que ella también sale a buscar su moto, bueno en sí esa porquería ni siquiera debería considerarse moto. seguramente el hijo de puta de la mensajería quiere que se mate, por que aparte de estar toda rota, se que anda muy mal. intento acercarme a ella, pero otra vez la fiera vuelve y si no se lo voy a admitir a nadie pero así me gusta, se ve tan hermosa cuando es fuerte.
me gustaría que no vuelvas a acercarte a mi- me dice y algo dentro mio se rompe ¿porque me siento enojado y triste al mismo tiempo?
solamente puedo ver como se aleja en el cacharro que tiene por moto. no yo no me voy a alejar de ti, nunca nadie me había rechazado así, nunca nadie se atrevió a hacerme frente y vivió para contarlo. ¿porque una simple mocosa puede desarmarme de tal manera?
iba a salir con dirección al hospital donde se habían llevado a mi abuela, cuando de repente vi a Mario parado en la entrada de mi casa, pude notar una sonrisa burlona en su rostro y fue en ese momento que mi ira se disparo. camine dando zancadas hasta llegar a él, como estaba de espalda ni se percato de mi presencia, lo di contra la pared y de mi cintura saque mi arma.
voy al hospital, vuelvo y no quiero ver tu cara en mi casa, te vas hoy mismo- le grito mientras apuntaba directamente a su cabeza - y te vas solo, si te atreves a llevarte a mi hermana o a mi sobrina, te busco y te mato-
el solo asintió a mi amenaza, le hice seña al de seguridad que se acercó de inmediato.
se va ahora mismo, si se lleva algo que no sea ropa, le vuelas la cabeza- le dije y le entregue mi propia arma, apenas de que todos mis guardias van armados.
me fui a mi auto y salí, por que de no haberlo hecho debería explicarle a mi preciosa Sofia el por qué su papá no iba a estar nunca más en su vida.