Dos caras, dos vidas ,un sufrimiento y dolor sin reparó. sin un ayer no hay un mañana y un mañana es el dolor del ayer, sin sacrificio no hay recompensa pero parece que está no es muy buena.
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CAPITULO 20
ISMAR estaba en su cuarto cuando sintió una voz. Ella no se asustó, pero le preguntó:
- ¿Por qué no me salvaste?
Persona misteriosa: (respondió molesto) No alcancé a llegar. Y tú, ¿cómo permitiste dar tu vida por ese hombre? Te juro que si lo tengo de cerca, lo voy a matar.
ISMAR solo dio la espalda mientras esa persona se fue.
Persona misteriosa: (susurro) Me voy.
Al otro día, ISMAR se levantó con más energía y salió a caminar. Aunque no conocía el lugar, Jacob la acompañó mientras hablaban.
Jacob: (sorprendido) Espera, nunca nos presentamos. Yo no sé tu nombre y tú no sabes el mío.
ISMAR: (con una fría expresión) ¿Y eso es importante?
Jacob: (asintiendo con la cabeza) Sí, es importante. Y empiezo yo: mi nombre es Jacob, y tú...?
ISMAR: (alzando las cejas) hay, tú hablas demasiado ¿Qué te importa quién te dijo que puedes saber mi nombre? (Mirando hacia arriba, susurró) Él tardó mucho tiempo en saber mi nombre.
Jacob: (sonriendo) Las cosas no funcionan así. Tú también tienes que decir tu nombre para hablar más.
ISMAR: (suspiró) Soy ISMAR.
Jacob: (sonriendo) Bonito nombre.
ISMAR: (con sarcasmo) Ya lo sabía. Pero el tuyo es muy básico. (Mirando a Jacob con desdén) Tus padres no te quisieron.
Jacob: (sonriendo) Señorita, no le gustaría ir al pueblo.
ISMAR: (pensando) Es verdad que no puedo quedarme mucho tiempo aquí, o los ratones harán fiesta.
Jacob: ¿Señorita está bien?
ISMAR: (con una fría expresión) Sí.
ISMAR fue al pueblo y, al llegar, se dirigió a hacer una llamada al espía que estuvo con ella.
ISMAR: (la llamada) Hola, Erick.
Erick era el espía que la ayudó en la misión de Italia, pero aún no se sabía su nombre.
Erick: Hola, ¿con quién hablo?
ISMAR: (molesta) ¿Qué insolencia la tuya? No puedes reconocer la voz de tu jefe.
Erick: (sorprendido) Señora, está viva. ¡Qué alegría!
ISMAR: No puedo hablar mucho, pero nos encontramos en una semana en la ciudad de L***a, pero aquí en su pueblito.
Erick: (con determinación) Sí, señora. Como usted ordene.
Jacob: (sonriendo) ¿Ya terminó?
ISMAR: (molesta) Oye, sabes lo molesta que es tu sonrisa. ¿Ya terminé?
Cuando regrese, te pagaré todo.
Jacob: (suspira) Por fin alguien lo nota. Si usted pudiera pagarme, sería demasiado, así que decidí dejarlo así.
ISMAR: (alzando sus cejas) ¿Crees que no tengo dinero? Mil millones está bien para ti. ¿Por qué no me gusta deber favores?
Jacob: (sorprendido) Señorita, no crees que es mucho dinero. Además, ¿cómo podrás tener tal cantidad?
ISMAR pensó que era inútil explicarle todo a Jacob, así que decidió guardar silencio y caminar de vuelta.
Con FERNANDO.
FERNANDO estaba decidido a encontrar rastro de esa persona misteriosa. Por mucho que buscó en las cosas de ISMAR, no encontró rastro, así que decidió preguntar más a Erick. Así que se dirigió a la casa de Erick.
FERNANDO tocó la puerta.
Erick: Hola (molesto). ¿Qué hace aquí?
FERNANDO: (fría expresión) Vengo porque quiero saber sobre el acompañante de ISMAR.
Erick, cuando escuchó eso, se puso nervioso y trató de cerrar la puerta, pero Fernando lo detuvo.
FERNANDO: Podemos hablar.
Erick: No sé nada y no vuelva a buscarme (molesto).
FERNANDO le pareció sospechoso el comportamiento de Erick, así que decidió vigilarlo día y noche.
Mientras tanto, ISMAR y Jacob continuaron su caminata hacia el río.
ISMAR: (tranquila) Oye, quiero ir al río.
Jacob: (la mira) Está bien, pero podríamos desayunar primero.
ISMAR: (sorprendida) Desayunar.
Jacob: (sorprendido) Sí, desayunar. ¿Acaso usted no desayuna?
Inmediatamente, Jacob pensó que ISMAR era tan pobre que no podría permitirse un desayuno.
ISMAR: (suspiró) Es que, en general, no estoy acostumbrada a desayunar.
Jacob: Tranquila, le prepararé el mejor desayuno y después iremos al río.
Después de desayunar, se dirigieron al río. El sol brillaba y el agua corría suavemente. ISMAR se sintió relajada por primera vez en mucho tiempo.
Jacob: (sonriendo) ¿Se siente bien?
ISMAR: (asintiendo) Sí, gracias.
ISMAR: (tensando) Jacob, creo que debo quedarme más tiempo aquí.
Jacob: (preocupado) ¿segura?
ISMAR: (rápidamente) Nada, solo tengo que descansar. Gracias por el desayuno y la acompañarme.
ISMAR sonrió al ver a Jacob llegar con un pescado fresco en la mano.
Jacob: (sonriendo) ¡Lo atrapé! Pensé que podríamos azarlo para comer.
ISMAR: (fría expresión) Gracias, Jacob. Eres muy molesto.
Mientras Jacob preparaba el pescado para azar, ISMAR no pudo evitar pensar en Fernando. Su mente estaba llena de imágenes de él, pero rápidamente las reprimió.
"No", se dijo a sí misma. "Él es un enemigo. No puedo confiar en él".
Pero la verdad era que ISMAR sentía una conexión profunda con Fernando, una conexión que no podía explicar. Y aunque se forzaba a pensar en él como un enemigo, su corazón no lo creía.
Jacob: (notando su distracción) ¿Estás bien, ISMAR? Pareces preocupada.
ISMAR: (forzando una sonrisa) Sí, estoy bien. Solo pensando en cosas.
Jacob: (sonriendo) Bueno, si necesitas hablar, estoy aquí.
ISMAR agradeció la oferta de Jacob, pero sabía que no podía confiar en nadie con sus secretos. Al menos, no todavía.
Jacob se quedó pensando en ISMAR mientras la observaba desde lejos. Su personalidad era un enigma, pero algo en ella lo atraía.
"Es como si la conociera de antes", pensó Jacob, "pero no puedo recordar dónde la vi. Su temperamento es fuerte, pero hay algo en ella que me hace sentir que es buena persona".
Jacob se acercó a ISMAR, que estaba sentada en la orilla del río, mirando el agua.
"ISMAR", dijo Jacob suavemente, "¿estás bien?"
ISMAR se volvió hacia él, su expresión seria.
"Sí, estoy bien", respondió.
Jacob se sentó junto a ella.
"Me preocupa que estés en peligro", dijo. "No sé qué pasa contigo, pero siento que hay algo que no me estás diciendo".
ISMAR : ¡Qué te importa!
ISMAR lo miró, su mirada intensa.
"No hay nada que decir", respondió.
Jacob la creyó, pero sabía que había algo más.
"ISMAR", dijo, "puedo ayudarte. Si necesitas algo, no dudes en pedirme".
ISMAR lo miró, su expresión suavizándose ligeramente.
"Gracias, Jacob", respondió. "Significa mucho para mí".
ahora que lo pienso ella no tiene nada pero ofrece su ayuda, (sonríe) que incoherente.