Daniel es un alfa que siempre ha tenido éxito en todo lo que ha emprendido, siendo la esperanza de recuperar el estatus de una familia que ha caído en desgracia.
Oliver es un omega proveniente de una poderosa familia, un chico que ha sido educado para formar parte de la élite, no hay espacios para las dudas ni mediocridad.
¿Se puede forzar al destino?
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Capítulo 5
No me detuve a pensar en nada al seguir al chico que habia captado toda mi atención, después de discutir con sus amigos salió rápidamente caminando muy molesto.
Me hacia gracia verlo dando pasos grandes para enfatizar su enojo, parecía abstraido en sus pensamientos y mientras caminaba a una distancia prudente de él iba pensando en la mejor forma de presentarme.
Nunca había sido difícil acercarme a un omega y coquetear, si bien no lo hacía a menudo no es una gran ciencia. Pero esto es distinto, me causa gracia su personalidad expresiva y la verdad no quiero que me deje hablando solo y me ignore.
Rayos, ni lo conozco y ya me tiene pensando en como caerle bien y llamar su atención. Iba concentrado en eso cuando me doy cuenta de que empieza a acelerar el paso, va casi corriendo y apresuro mi paso también, creo que lo he asustado, cuando por fin decido acercarme y saludarlo se tropieza y cae al suelo.
Corrí hacia él para ayudarlo, realmente se cayó muy fuerte y se lastimó. Al verme se queda quieto y toda la personalidad intensa que esperaba de él se transformó en un dulce gatito asustado y casi morí de ternura.
Tras una breve conversación pude saber su nombre, es un nombre tan bonito como él mismo. Lo acompaño a la enfermería y le tratan sus heridas, al salir le invito un café y nos saltamos la última clase, deseo saber más cosas de él.
En un ambiente más relajado podemos conversar y me doy cuenta que es muy expresivo, me gusta escucharlo hablar sobre sus gustos y pensamientos el tiempo juntos pasa volando, siento que nos conocemos hace mucho tiempo no solo desde hace algunas horas.
Intercambiamos números de celular y quedamos de acuerdo en almorzar juntos al día siguiente. Él me sonríe ampliamente y no deja de verme a los ojos y yo no puedo evitar devolverle la sonrisa, sus ojos son tan verdes que siento que me estoy perdiendo en un bosque.
Mientras esperamos un taxi para él, no dejamos de conversar trivialidades y bromas tontas, nos reímos como un par de locos y la gente empieza a mirarnos raro. Por primera vez en mucho tiempo no me importa lo que piensen de mi, no me importa verme como el tipo perfecto, no estoy preocupado por lo que estoy proyectando porque genuinamente estoy siendo feliz.
Oliver roza mi mano con sus dedos, es un gesto tímido y diría que accidental, pero ése ligero toque se siente como electricidad en mi piel. Me quedo observando mi mano por unos segundos y él se disculpa pensando en que me causó incomodidad, fue sin querer me dice sonrojado.
Respiro hondo y sonrío, le pregunto ¿y qué pasa si yo quiero? Veo ponerse su rostro de un color rojo intenso, yo mismo siento mis orejas arder como si fueran la misma entrada al infierno, pero no quiero dar un paso atrás y se siente como si este momento fuera el más importante y decisivo de mi vida.
Rayos, estoy perdiendo la cabeza me repito, siento que ha pasado una eternidad y no me ha dicho nada, tal vez se molestó, tal vez esta pensando en la forma de safar y alejarse, estoy cayendo en un abismo de desesperación, siento que voy a empezar a hiperventilar y es cuando mágicamente él toma mi mano, con suavidad y firmeza entrelaza sus dedos con los míos.
Me mira tranquilo y me dice Que bueno, la verdad me moría de ganas de caminar contigo de la mano, te juro aunque no parezca, no suelo ser tan descarado con alguien que recién conozco, pero contigo me siento muy bien y cómodo. Y de repente así, como si fuera lo más natural del mundo, un alfa y un omega tomados de la mano en una parada de taxis, como si fuéramos los únicos en el mundo y nada más importara.
Siento que pasé de ser el cazador a ser la presa, Oliver Maiston estoy cayendo rendido a tus pies.
