"No soy un vampiro común cariño, porque yo, escuchalo bien, NO me enamoro"
-Claus Collins.
***
Claus Collins es misterioso, calculador, frío, controlador, tremendamente sexy pero sobre todo arrogante y en ninguno de sus planes estaba enamorarse.
Tenía una misión y no era la primera misión que le encomendaban, confiaban en él y podía conseguirlo todo con solo chasquear sus dedos.
¿Podrás entender el porque nunca enamorarse? eso solo lo sabrás si miras un poco dentro de esos ojos color zafiro capaz de embelesar pero también de matar.
Por el contrario Marianna Grey curiosa de aquel chico extraño que decidió hablarle en aquella fiesta, se propone averiguar por qué aquellos ojos color zafiro gritaban peligro.
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Capítulo 20
El beso era salvaje, como si me hubiese necesitado todo el tiempo, me dio suaves empujos y pude sentir en mis muslos el borde de la cama, se separo de mi, me tomo por los hombros y me guió hasta el centro de la cama, el quedo encima de mi, me miro con atención, con detenimiento, gruño y me volvió a besar.
El beso era lento, sin prisa, sin apuros, mis manos se dirigieron a su cabello y lo hale, gruño y me apretó los muslos, no dejaba de besarme, se separo para besar mi cuello, mi mandíbula, sus manos recorrían mi cuerpo por debajo de la camisa, se sentía realmente bien, no quería parar y sabia que él tampoco.
Se separo de mi y me quedo mirando sus ojos estaban negros y no supe por qué, siguió mirándome y se separo de mi.
—¿Has estado con alguien?— me pregunto muy serio.
—No— dije en un susurro, sentí mis mejillas ruborizarse, el sonrió de lado y se separo de mi por completo.
—Hoy no — dijo sin más, se acostó y me dio la espalda.
No lo podía creer, esto se sentía realmente bochornoso, me había dejado jadiando y el se acuesta a dormir, suspiro y también le doy la espalda, estaba enojada muy enojada, no lo iba a besar más, si iba a pasar esto, no iba a ser humillada de nuevo, no por él.
*****
Despierto por el frió que cala mis huesos, parpadeo confusa buscando ubicarme, las imágenes de la noche anterior llegan a mi mente, Claus no esta en la habitación, se siente demasiado fría, pude notar que se había ido hace mucho tiempo, me levanto de la cama y tomo la ropa que guarde en la mochila, voy al baño y hago lo necesario para asearme, me cambio y salgo, veo la ropa de ayer a un lado de la cama, la tomo y la guardo en la mochila, salgo de la habitación y bajo las escaleras.
Llego a la cocina y me encuentro a los tres hermanos, juntos se sienten imponentes.
—Hola Mar — me saluda Jeremy, realmente es muy agradable.
—Me tengo que ir con Claus, quédate con Jeremy hasta cuando regresemos, después te llevamos a tu casa, estudia un poco el grimorio, ya se acerca el momento —me dice Nolan muy serio, tan serio que asusta, yo asiento y miro a Jeremy, me sonríe con todos los dientes y le devuelvo una también, los dos hermanos salen de la casa directo al Jeep, Claus ni me dirigió la mirada, suspire, me senté en la mesa y Jeremy me trajo un plato de cereales con leche, se lo agradecí y comencé a devorarlo.
—Como te trato Claus en el entrenamiento — me pregunta Jeremy curioso.
—Me dejo atada a una silla por horas — le dije en tono enojado, Jeremy en cambio rió, no le encontraba la gracia, lo mire fulminante.
—Debimos avisarte, Claus siempre comienza con eso, a ver cuanta fuerza tenemos — me dice con una sonrisa, su mirada se dirige a mis muñecas y frunce el ceño.
—Que te paso — camina preocupado hacia mi, me toma por los brazos para mirar más de cerca, quita la venda que me había puesto Claus ayer.
—Las sogas me maltrataron un poco al querer liberarme — le digo restandole importancia, el me mira y niega con la cabeza, se dirige a las escaleras y se pierde por ellas, a los segundos aparece con un botiquín, saca para desinfectar y más vendas, me desinfecta con mucho cuidado y me envuelve después con las vendas con la mayor delicadeza posible, realmente es súper tierno.
—Ya esta, debes aprender a curar — me dijo mirándome seriamente, se me ocurrió una idea.
—Ya se, si me dejas practicar contigo, puedo aprender a curar hoy — le dije muy emocionada.
—Esta bien, después que no me mates, todo bien — me dijo igual de emocionado.
—Jeremy puedo preguntarte algo — le pregunte un poco nerviosa.
—Si claro — me dice y se sienta en la silla con toda la disposición a escucharme.
—Como te convertiste —pregunte curiosamente, el sonrió de lado.
—Mi historia no es tan sangrienta como la de Nolan o la de Claus — dice en un tono divertido.
—Eso paso en 1880, la época era totalmente distinta a esta, era un caballero de la reina de ese entonces, vivía en Inglaterra, salimos a una misión encomendada por la mismisima reina, nos encontramos a dos personas en esa misión, parecían muy extraños, los trate con respeto pero mis compañeros no, me interpuse entre ellos y mis compañeros, para que no armaran un lió, los deje escapar, a esas dos personas, mis compañeros no lo concedieron, cuando íbamos de vuelta al castillo, uno de ellos, empuño su espada y me atravesó justo en el corazón, me dejaron a morir a un lado del camino, me quitaron mis cosas con la excusa de decirle a la reina que morí por manos de esas personas, no tenia familia, vivía por y para la reina, de repente llegaron esas mismas dos personas, unas de ellas se arrodillo y me mordió, el dolor que sentí no es comparado con nada en el mundo, fue como si te estuviesen arrancando tu alma con fuerza, cuando desperté estaba en una cama, la herida del corazón había sanado impresionantemente, las personas que salve y me salvaron se presentaron como Cristal y Marcus, realmente, les debía mi vida y me uní a ellos sin pensar, no cobre venganza, porque yo no soy así, años después supe que habían muerto esos caballeros a mano de lobos, así de chiquito es el mundo — me dijo, se le notaba que admiraba a Cristal y a Marcus, realmente era muy noble.
—Realmente fuiste muy valiente, eres todo un guerrero — le digo tomándolo de las manos, el me miro con cierto cariño, realmente este era el hermano más cariñoso.
—Lo se, vamos seré tu conejillo de indias hoy — me dijo burlonamente, me reí, nos encaminamos a las escaleras y entramos a dos cuartos después del de Claus, estábamos en la habitación de Jeremy y si que era muy distinta que la de sus hermanos, tome el grimorio y comenzamos con el show de magia.