La Princesa Prometida Para El Pirata.

CLARA.

Después de la charla con el rey Patrick fui enviada directamente a mi habitación, Fátima fue encerrada conmigo, creo que para que no huya y busque a mi familia cosa que no haria, ya que sabe de qué va este juego.

-¿Señorita que vamos a hacer?- dice Fátima.

-Esperar hasta la boda- digo sin humor.

-¿Pero por qué nos encierran?

-Creen que vamos a huir. No te preocupes no nos van a lastimar me necesitan viva para sus planes- le digo y asiente.

El día transcurrió tranquilo nadie vino a visitarnos salvo las sirvientas que nos traían comida. Decido darme un baño antes de cenar por lo cual le pedí a una de las sirvientas cuando trajo la comida que me preparara el baño, acepto rápidamente y al rato varias sirvientas entran con cubos de agua. Debí saber que algo no andaba bien cuando acepto tan rápidamente, detrás de ella entró Maria y les ordeno que los derramaran sobre mí, no pude hacer nada más que dejar que me intimide si actuaba por impulso me expondría frente a ellos.

-Maldita sea- grito.

-Calla igualada, ¿quién te crees para dar órdenes a la servidumbre?- me grita.

-La que va a ocupar tu maldito lugar, asi que deberías ser más amable-le replico y no debí, ya que su mano viaja a mi rostro y me abofetea.

-Eres tan débil que una sola amenaza te hace ceder, no mereces llevar nuestra sangre. Voy a disfrutar ver como ese horrendo pirata te desposa y arruina tu vida.

No dije nada más y dejé que se fuera de lo contrario las cosas no terminarían bien.

Los dos días pasaron rápidamente y esa mañana estaba de pie frente al espejo de la habitación con un vestido blanco de mangas larga, pero con un escote pronunciado que dejaba ver mis pechos y eso se debía al corsé de color rojo que se ajustaba a mi cintura y resaltaba mis curvas.

-¿Está segura de esto señorita?- dice Fátima.

-No, pero hay que hacerlo-digo y salgo de la habitación rumbo a la sala de tronos donde el mismo Patrick auspiciara la misa.

FRANK PIERCE.

Me cuesta dejar Edén ahí esta la gente que quiero y protejo, pero mi obstinado padre tiene un plan con este matrimonio y no puedo dar marcha atrás, van a ser 5 largos días hasta llegar a Forces.

El viaje va a ser tranquilo lo que me da tiempo a trazar mi próximo objetivo, supimos que a las afueras del reino Demonio hay varios piratas acechando sus dominios y atacando a criaturas especiales, específicamente a la especie de Nico. Su padre intenta proteger a las sirenas y tritones de esa zona, pero ya hay varias víctimas, algunos mueren otros desaparecen específicamente son las sirenas las que desaparecen.

Me paso casi todo el día trazando planes, revisando la información que le llego a Nico y viendo como vamos a actuar. No me doy cuenta de que ya cayó la noche sino hasta que escucho unos gritos de enojo y eso me hace salir de mi camarote.

Cuando me acerco a la multitud reunida veo a Salva parado frente a alguien con una actitud de enojo total, me abro paso y hablo.

-¿Qué pasa acá?- digo.

-No te va a gustar- dice Salva y se corre dejándome ver porque está tan enojado.

No puedo creer lo que mis ojos ven esas dos pequeñas personas frente a mí, una más pequeña que la otra, son Cloe y Nilo que se colaron en el barco.

-¿Qué diablos significa esto?- grito y Nilo se esconde detrás de Cloe.

-Descubrí que Nilo se coló en el barco y vine a buscarla, pero cuando quisimos bajar ya habían zarpado- dice Cloe.

-¿Y por qué no me informaste para que las bajemos?- replico

-Es que- ella para de hablar y mira a Nilo- ella me rogó para que no la delate, ella te ama demasiado y no quiere estar lejos tuyo.

-Pero vos sos la adulta Cloe- le digo ella se mira las mano con timidez y habla.

-Yo también extraño a mi hermano no quiero estar más tiempo lejos de él-dice tímidamente y yo sacudo la cabeza-

-Nilo- digo y me acerco arrodillándome frente a ella- tenés que comprender que lo que hacemos es súmante peligroso.

-Lo se señor y prometo portarme bien y si hay peligro me esconderé y no molestaré- dice rogándome con sus ojitos hermosos.

-Ya no hay vuelta atrás, si volvemos no cumpliremos con el plazo de llegada. Ahora bien -digo mirando a Cloe- ella será tu responsabilidad, la mantendrás segura y cuidarás de ella.

-Claro que si mi rey- dice Cloe.

-Acá soy capitán o Frank no rey, no lo olviden- digo señalando a las dos y asienten enérgicamente.

Me alejo para ir a mi camarote y algo diminuto toma mi mano, cuando me giro esos hermosos ojos azules me miran con demasiado entusiasmo.

-¿Qué ocurre Nilo?- pregunto.

-Me puedo quedar con vos un ratito, me gusta pasar tiempo con vos.

Sacudo la cabeza y la tomo en brazos para llevarla al timón donde Robert se está haciendo cargo de la navegación. Lo saludo y le digo que me haré cargo por un rato de navegar. Paro a la pequeña Nilo frente a mí en un taburete y la veo sonreír cuando cree que es ella la que está navegando.

-Guau estoy navegando-grita enérgicamente- soy un pirata -vuelve a gritar y yo rio fuertemente con ganas.

Los días pasan rápidamente y llegamos a Forces justo a tiempo para la boda, atracamos y solo vamos hacia el castillo mi padre, Salva, Nico y yo. Juro que quiero salir corriendo desde que puse un pie en el puerto, pero no soy un cobarde y voy a afrontar esta decisión de papá con la frente en alto.

El maldito de mi padre me hizo vestir con la mejor ropa de gala que tengo y dejar mi sombrero de capitán en el barco. Las puertas se abren y somos dirigidos al salón de tronos. Ahí ya nos esperan Patrick con su esposa y frente a ellos de pie una mujer con un cuerpo diminuto, pero deslumbrante que lleva un tul tapando su cabello y rostro.

Caminamos hacia el lugar y Patrick nos saluda e indica que me pare junto a su hija para celebrar la ceremonia, solo somos nosotros, no hay invitados, no hay familia y sé que se debe a que se avergüenza por entregarme a su hija.

La niña ni se mueve, no haba y no me mira. La ceremonia es rápida y cuando su padre dice que debemos besarnos para sellar la unión recién ahí se gira. Cuando quito su tul veo su cara de asombro y la mía no debe ser menos, pero rio socarronamente y me acerco a sus labios para concluir la ceremonia. Desde que pise el palacio jure que iba a ser un beso fugaz, pero al descubrir quien era no me iba a perder la diversión, me acerco y tomo su boca de una manera posesiva y descarada. Ella se niega, pero muerdo su labio inferior para que me dé acceso e invado su boca ignorando sus golpes en mi pecho, cuando ya estoy satisfecho me separo y digo.

-Un gusto desposarte mi pequeña princesa cabaretera.

Sé que en este momento quiere aplastarme, pero se contiene y se aparta de mí para hablar.

-¿Algo más por hacer padre?- dice.

-No la ceremonia esta concluida.

-Perfecto espero cumplas con tu palabra- le advierte- nos vamos- me ordena y empieza a caminar.

Los cuatro nos miramos sorprendidos por la actitud de la niña y la seguimos hasta la salida del palacio.