El Diario De Supervivencia

Brian

No logramos hacer nada, solo nos quedamos a una cierta distancia de aquel lugar discutiendo con Charlott. Ella insistía en ir a buscar a Ashleigh, pero le reprochaba que era imposible hacer eso por mucho que yo también quisiera ir por ella a ayudarla, ni siquiera logramos romper el vidrio para entrar, ¿Cómo lo aremos?, ¿Cómo entramos si ese es el problema?.

—¡¿Y qué quieres?! ¡¿Qué la dejemos allí y que muera?!—me gritaba entre lágrimas. Yo me pasaba las manos por la cara estando bastante frustrado.

—¡Ya te dije que no Charlott!, ¡Yo quiero que Ashleigh siga viva al igual que Randy, Lisa, Victoria y Dom!, ¡Pero la puta puerta está cerrada!—le contestaba con poca paciencia, sentía que iba a volverme loco con esta discusión.

—¡Pero ella no está muerta!.

No aguante más, solo me aleje de Charlott quedando en la calle de pavimento. Esta discusión me estaba volviendo loco, ya no sabía qué hacer, si quedarme y estar seguro, o seguir intentando entrar a aquel lugar de pesadillas para salvar a Ashleigh como lo está haciendo Charlott ahora mismo. Le di un momento la espalda a Charlott para reflexionar lo que quería hacer y lo que no, o si valía la pena, ya que sabemos que ese maldito loco mata a sus víctimas, ¿Ya abra matado a Ashleigh?, pasaron varios minutos, hasta diría que lo sucedido con Ashleigh paso hace más de una hora. Mire el cielo, estaba anocheciendo, el sol se iba escondiendo dando un color naranja, ese teñir en el cielo nos indicaba que no nos podíamos quedar por mucho tiempo.

—Brian...—me llamó Charlott desde su lugar. Voltee mi rostro para saber que mierda quería ahora, pero en lugar de mirarla a ella, mi vista estaba dirigida a ese hotel.

Mis ojos se volvieron platos al visualizar una figura acercándose a la puerta principal, su corrida era rápida y con desespero por llegar, lo peor de esto, es que sus manos sostenían el cuerpo de Ashleigh, donde deberían de estar sus ojos, estaban unos brazos cocidos en esa misma parte. ¿Qué quiere decir todo esto?, ¿Acaso él solo está jugando con nosotros al traerla de esa forma?, lo dudo, sus ojos mostraban terror, al igual que su cara, ¿Qué mierda le sucede?, ¿Se olvidó que él fue quien mato a todos nuestros amigos?.

—¡Ashleigh!—grito Charlott entre el medio de su corrida para acercarse al hotel.

Estaba por ir a por Ashleigh también, pero un paso, tan solo un paso fue el que di antes de que mi cuerpo salga disparado por los aires y rodando en el pavimento de la calle. Sentía bastante dolor, pero al mismo tiempo no podía reaccionar al mismo, mis oídos zumban tanto que me daban a pensar que me quedé sordo por aquel golpe. Intente levantar un poco mi cuerpo con mis brazos a pesar del dolor, mire al frente viendo como la mayoría del hotel estaba en llamas y con sus partes esparcidas en el suelo a causa de la explosión. Solté unos cuantos jadeos al ver eso. Pude haber muerto, no cabía duda, pero no era eso lo que me importaba, lo que me importaba ahora, es el dónde está Charlott. Mire mis alrededores con cansancio en mis ojos, hasta que luego los abrí en par en par al encontrarla. Solo podía ver sus piernas, la otra mitad de su cuerpo, estaba siendo aplastada por el auto que le pertenecía a Victoria, un charco de sangre salía por debajo del ya arruinado vehículo y Charlott no parecía ni moverse.

—¡Charlott!—le grité para saber si aún estaba con vida, si aun tenía alguna posibilidad de no estar solo en esto—¡Charlott!—volví a gritar esta vez entre un llanto que no podía aguantar por todo lo sucedido. Intente acercarme a ella con mis brazos en movimiento y arrastrando mi cuerpo, pero termine completamente en el suelo de nuevo y con mis ojos cerrándose, sin poder hacer más nada que esperar a morir también en aquella calle de pavimento que recuerdo que todos nosotros pasamos entre algunas que otras risas o discusiones, quisiera volver a eso, si muero, me gustaría que ese momento sea revivido.

(...)

—¿Seguro que eso es todo Brian?—le pregunto un hombre azabache al otro lado de la mesa a un chico de ojos marrones y con su cabello de igual color—sabes que puedes ser honesto conmigo.

—Te estoy diciendo todo lo que paso, sé que suena muy subreal por lo de los espíritus y eso, pero me da igual Jein, me da igual que no me creas, seguiré aquí quiera o no, seguiré en este asqueroso sitio injustamente, porque no fui yo quien mato a mis amigos y las estúpidas enfermedades mentales que supuestamente tengo no están, solo mienten diciendo eso para tener a un acusado—contesto Brian con una mirada sin interés, más bien, miraba la nada, ni siquiera mirada al chico a la hora de contestar, estaba cansado y demacrado, le sucedieron tantas cosas e intento superarlas ¿Para qué?, tal parece que no le sirvió de nada, ya que ahora estaba rodeado de personas mentalmente no estables y con problemas psicológicos. Brian solo fue juzgado de mala manera y teniendo la culpa de la muerte de sus amigos, ni siquiera un juicio justo pudo tener, porque las personas querían a un culpable a toda costa, pero ese culpable murió y por más que Brian haya dicho eso, los policías simplemente lo ignoraron por tal explicación fantasiosa que dio sobre los hecho.

—Bien, perdón, ya sabes que soy nuevo en esto—se disculpó el chico con una leve sonrisa.

—Tranquilo, sé que lo eres y no me molesta, me caes muy bien, pero me irrita que nadie me crea, no sabes lo horrible que es, imagínate que te culpan por la muerte de tus propios padres y termines encerrado aquí sin ninguna razón, ¿Cómo te sentirías?.

—Mal, terrible, porque debería lidiar con su muerte y luego con estar aquí encerrado—contesto con sinceridad—m... ¿Quieres comer algo?, me enteré de que no has comido desde que llegaste aquí—cambio de tema al recordar eso, y era verdad, Brian no comió durante dos días, mismos días que él llegó a ese lugar—creo que hicieron albóndigas, much-

—No, gracias, perdí el apetito cuando mencionaste eso—contesto Brian y se le escapó una sonrisa por accidente, al menos quería recordar ese evento traumático con algo de diversión.

—¿Por qué sonríes? Creo que no te vi hacerlo, ¿Te da risa hablar de comida? En ese caso, ¿Sabías que el cincuenta por cierto de la salchicha está compuesta por sal? Y-

—Y el otro cincuenta de chicha—le interrumpió Brian negando con la cabeza—no era eso, solo recordé algo, pero no me tomes importancia.

La charla se reanudó. Brian no mentía con que aquel novato le caía bien, odiaba admitir que solo le caía bien porque le recordaba a su amigo Randy, no se podían comparar, ya que Jein es mucho más tranquilo de lo que fue Randy, Randy siempre era de hacer chistes más subido de todos, jodiendo siempre con cualquier mínima cosa que decías, Jein no, él solo hacía su trabajo.

A la hora de dormir, Brian caminaba a pasos cansados a su cuarto, mientras escuchaba a las demás personas inestables gritando o siendo llevados a la fuerza. Aprendió a ignorar eso y solo seguir su rumbo. Su mente estaba con un pensamiento que le daba vueltas, era aquella chica de cabellos largos y rubios que entraba a la habitación que estaba enfrente a la de él, era ella la que no dejaba de pensar. No porque estuviera enamorado, o le intrigaba algo de ella de aquel modo, solo estaba curioso por su enfermedad.

—Si, ella tiene personalidad múltiple, así que intenta no hablar mucho con ella, ya que la mayoría de sus personalidades no son de lo mejor.

—¿Personalidad múltiple?.

Brian recordaba el estar confundido al recordar el nombre de ese trastorno. Jein le explicó un poco de qué consistía y enseguida se le vino una imagen de Kefor, pero al tener en su mente aquel al que asesino a sus amigos, meneó la cabeza para intentar olvidar aquella imagen que le daría pesadillas por un tiempo. Solo entro a su habitación, cerrando la puerta y solo esperando que el día de mañana olvide todo.

El hotel, sus amigos muertos, Kefor, los relatos, los fantasmas, el diario, todo lo que sea malos recuerdos que su cabeza, quería borrarlos por completo y solo dormir, si era posible, en todo el tiempo que se le sea posible para olvidar que él es el único el que sobrevivió y que quizás, esa era su tortura, el estar vivo, solo y viviendo recordando todo. Si otro de sus amigos habría sobrevivido ¿Pasarían por lo mismo que él?, era lo más probable a esas alturas, es fácil el pensar que nadie terminó sin su tortura no merecida, estando muerto o estando vivo.

Fin