HISTORIA PRECUELA DE LA COLECCIÓN HURMAYA (Primera historia corta):
Krasa, hija del conde de Sharaf del reino de Urtesi, ha terminado su compromiso con el príncipe Carpio de Susumira, ante el "irresponsable" comportamiento es enviada por su padre a una escuela de señoritas al reino de Fontana; sin embargo, por un error de la correspondencia termina en la escuela equivocada y se reencontrará con el príncipe Georgeus, que alguna vez le salvó la vida. ¿Descubrirá con él lo que es el verdadero amor?
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20. Cuando el amor florece
Son seis meses en que Krasa y Georgeus viven en Reviere, aunque algunas veces han viajado a la ciudad capital, la mayor parte del tiempo la han pasado en ese mágico lugar, donde la magia se siente en el ambiente, las montañas de colores alegran el corazón y la laguna que te muestra el nivel de magia, también sirve para recargar la energía y sanar algunas enfermedades; sin embargo, han tenido que regresar al palacio de Fontana para ayudar a los reyes.
La princesa Krasa, duquesa de Reviere está revisando la ayuda a la población, puesto que las cosechas sufrieron daños por las inundaciones, siempre se asegura de que todos reciban lo que necesitan para no pasar penurias, además de traducir los documentos de negocios a diferentes idiomas; Georgeus ha tenido que lidiar con los problemas en la infraestructura que ocasionaron las citadas inundaciones, afortunadamente se han organizado los trabajos de manera planificada que todo está llevándose a cabo rápidamente.
La princesa Krasa estaba subiendo las escaleras, cuando vio que un grupo de oficiales venían montando a toda velocidad, parecían llevar a alguien herido, y detrás de ellos estaba el caballo del príncipe heredero que venía jalado por otro oficial. Bajó rápidamente por la escalera y fue corriendo a verificar lo que estaba sucediendo; las damas que la acompañaban salieron corriendo detrás de ella gritando "princesa tenga cuidado".
Krasa toca su pecho de alivio al descubrir que no era el príncipe Georgeus, y que las heridas de los oficiales no eran muy graves.
- "Su Alteza, el príncipe heredero decidió quedarse más tiempo con los damnificados y nos mandó que trajéramos a los heridos, las herraduras del caballo de Su Alteza Real han sufrido algunos daños, debemos cambiarlas", dijo el oficial principal.
- "Entiendo, denle agua y cambien la herradura, lleven a los heridos, (dirigiéndose a las damas de la corte) asegúrense de que atiendan bien a los heridos, (dirigiéndose al oficial principal) los que están muy cansados que descansen adecuadamente, pediré que se aseguren de darle sus alimentos. Lo importante es que no hay vidas que lamentar", dijo la princesa Krasa.
- "Sí, Su Alteza", respondió el oficial principal.
Krasa se aseguró que todos hicieran el trabajo adecuado, como varias de las enfermeras habían ido al campo a ayudar, ella misma ayudó a curar heridas y poner vendajes. Cuando ella ingresó a la familia real, algunos tuvieron cierto recelo porque venía de una familia extranjera, pero conforme la vieron preocuparse por cada habitante de Fontana, sin importar su condición, todos empezaron a quererla y admirarlo, entiendo las razones por las cuales el príncipe Georgeus la había escogido como su esposa.
Cuando Georgeus llegó aquella noche, lo único que quería era darse un baño, un beso de su esposa y descansar; estaba subiendo las escaleras cuando se encontró con Krasa.
- "Tus padres mandaron una carta, van a tardar todavía una semana más en regresar de Boron. Ya preparé tu baño amor, ven conmigo", dijo Krasa, para luego darle un beso tierno y tomarlo de la mano.
- "Lo siento, estás con mucho trabajo en el palacio, y todavía te esfuerzas en atenderme", expresó Georgeus siguiéndola.
- "Realmente no es un esfuerzo, lo hago para aprovecharme de ti", comentó Krasa mientras le sacaba la camisa y lo miraba con cierta seducción.
- "Eres una traviesa", le dijo Georgeus después de meterse a la bañera.
- "Como si a ti no te gustara", respondió Krasa mojando la esponja.
- "Yo no protesto, a mí me fascina", comentó Georgeus para luego besarla con intensidad.
Aunque los días fueran cansados y extenuantes, los jóvenes esposos no parecían cansados para expresar su amor. Aunque Georgeus no comenta nada, y parece disfrutar el matrimonio, Krasa se siente preocupada, los comentarios de que el heredero parece no vendrá pronto ya llegaron a sus oídos; la continúa exposición a los peligros en las que ha tenido que participar el príncipe Georgeus, abrió el debate de la desventaja de no tener un heredero, y la responsabilidad como siempre recaía en la mujer, aunque la misma reina de Fontana le había dicho que no se preocupara tanto, los bebes vienen cuando tienen que venir, siente que tal vez algo no está bien en ella, estos casi dos meses estaba perdiendo peso.
Krasa se estaba mirando en el espejo, cuando Georgeus la abraza por atrás, y empieza a besar sus hombros y un poco la espalda a la vez que la acaricia por delante; ella empieza a disfrutar las caricias dejando escapar un gemido temprano.
- "Después que me provocas en la bañera, te quieres escapar, no te voy a dejar, te voy a convencer de continuar", expresa Georgeus, mientras la voltea para besarla profundamente.
Cuando se separan, ella parece perder el equilibrio, él la sostiene fuerte.
- "¿Qué pasó?", preguntó preocupado Georgeus.
- "No lo sé, sentí que todo daba vueltas", respondió Krasa.
Georgeus la tomó en sus brazos, la recostó en la cama, sirvió un poco de agua de la jarra que había en la mesa, y se la dio para que bebiera.
- "Creo que estás haciendo demasiado, has perdido hasta peso, ya no te esfuerces y descansa, ¿has comido bien hoy día?, olvide preguntar cómo fue tu día, lo siento", expresó Georgeus acariciando el rostro de Krasa.
- "Si comí, solo me asusté cuando llegaron los heridos y tu caballo sin ti, tal vez solo fue la impresión. No pensé que te habías dado cuenta que bajé de peso", dijo Krasa.
- "¿Cómo no podría darme cuenta?, vivimos juntos, dormimos juntos, siempre te alimentas bien, no quería que lo tomarás a mal si te lo comentaba. Me gustas de cualquier forma", comentó Georgeus.
- "No tengas miedo de decirme las cosas, no soy tan frágil, pero sí hoy me siento bastante cansada", expresó Krasa.
- "Entonces mejor es hora de dormir, mañana nos pondremos al día", dijo Georgeus.
El principe heredero de Fontana acomodó a su esposa en la cama, se recostó a su costado y la cubrió con la frazada, se la quedó mirando hasta que ella durmiera, igual pensaba que mañana sería bueno que la viera el médico.
La mañana siguiente, después del desayuno, Krasa se quedó parada de repente en medio de la sala principal, una de las damas se le acercó para ayudarla a sentarse, mientras otra iba a buscar al príncipe Georgeus.
Cuando el príncipe llegó, se preocupó de verla pálida, la volvió a subirla a la habitación, y ordenó que trajeran al médico de inmediato; cuando llegó el médico se sorprendieron al ver a Lady Karoly con él, al parecer su nuevo interés estaba relacionado al cuidado de la salud, la joven amiga de la pareja se apresuró en sacar al príncipe de la habitación.
Cuando las puertas se abrieron, Georgeus se sorprendió al ver la cara de felicidad de Krasa, había estado tan preocupado de que fuera algo grave, que no esperó encontrar aquel rostro sonriendo, más angelical que nunca.
- "Felicidades, Su Alteza Real. Pronto será padre, la princesa está embarazada", dijo el médico real.
- "Ah", fue lo único que pudo decir el príncipe Georgeus, estaba sorprendido y feliz.
Cuando tomó conciencia de los acontecimientos, fue a abrazar a su esposa y llenarla de besos, ambos rebosaban felicidad. Los príncipes esperan su primer hijo, el próximo heredero a la corona llegará en unos meses.