No Debo Amar Al CEO

Roselin paso una tarde agradable con Santiago y Sebastián, el pequeño estaba feliz por pasar el día con ella, ella también lo estaba. Fueron a un parque de diversiones y después a cenar, pasaron la mayor parte del tiempo riendo y hablando, Roselin olvidó todo su estrés y malos ratos.

Sebastián insistió en que durmiera con ellos, pero ella bien sabía lo que pasaría si iba con ellos, era inevitable, por más que pudiera límites, probablemente las cosas terminarían igual que siempre, por esto, Sebastián decidió dejarla en su casa.

—Ya llegamos, pero todavía puedes arrepentirte y venir con nosotros.

—No gracias, estoy segura de que ya estoy muy cansada, no te preocupes, de todos modos ya estoy aquí.

—Es que tengo un presentimiento extraño.

—Me sorprende tu inseguridad, pero no te preocupes.

Roselin bajo y Sebastián no se fue hasta que Roselin entró a su casa y cerró, Roselin estaba muy cansada, por suerte no tenía nada que hacer. Preparo su almuerzo para el día siguiente y al terminar fue a tomar un baño con agua tibia.

Su cabeza dolía un poco, al verse al espejo notó que tenía ojeras notables, era extraño en ella, pero a veces no podía dormir bien por las noches, la sensación de sueño volvió a invadir su cuerpo.

Roselin fue a su habitación, pero repentinamente sintió el sonido de un pequeño golpe, era realmente extraño, sin pensarlo mucho se puso su pijama y fue a su sala, el sonido pareció venir de ese lugar, pero no había nada fuera de lugar y mucho menos había alguien, Roselin suspiro y volvió a su habitación.

Roselin se sentía observada, pero tal vez era su imaginación dando vueltas, ya que era imposible que estuviera acompañada, nadie vivía con ella y realmente no conocía a sus vecinos.

Roselin observó el cuadro junto a su cama, era ella sonriendo intensamente a la cámara, era un cuadro grande, ya que era del día de su graduación, en la pequeña mesa a su otro lado, había un montón de cosas más, pero lo que más resaltaba era un trofeo de primer lugar que ganó en un concurso de literatura.

Roselin se acostó, no podía dormirse fácilmente lo que causó que tuviera mal humor, estaba muy cansada y ella misma no estaba colaborando para poder descansar de una vez. De la nada Roselin comenzó a escuchar pasos, estos eran suaves, por un momento creyó que estaba enloqueciendo, de la nada estos pararon, tal vez estaba escuchando cosas a causa del sueño, bueno, era su culpa por no dormir bien.

Minutos después al fin pudo empezar a conciliar el sueño, al cerrar sus párpados sintió como su cuerpo y mente se relajaban, en momentos así, Roselin era sumamente feliz al dormir.

Roselin sintió un peso sobre su pecho, no supo la razón, pero este peso la hizo despertar exaltada, cuando sus ojos se abrieron, un fuerte olor a alcohol golpeó sus fosas nasales también vio a Tiago sobre su pecho.

—¿Qué hacer aquí? ¿Estoy soñando?

—Claro que no, estoy cansado de que me evites, ¿Por qué estabas con ese hombre y su hijo?

Roselin sabía que Tiago estaba ebrio, su aliento y torpe forma de hablar lo confirmaba, no sabía como, pero este logró entrar a su casa.

—¿Cómo entraste aquí?

—Saque una copia de la llave, estoy tan feliz de estar contigo… esas otras mujeres no se igualan a ti, eres el amor de mi vida, lamento haber hecho mal las cosas, estoy seguro de que podemos volver a ser como antes, no quiero volver a estar legos de ti.

—Estás loco, jamás volveré a estar contigo, ni puedo volver a lo mismo, quiero una vida tranquila, también quería vivir contigo eternamente, pero todo eso cambió.

El rostro de Tiago cambió totalmente, pasó de ser una amable, a uno frío y sombrío, Roselin comenzó a sentir cada vez más y más miedo, pero sentía que no podía moverse y en realidad no podía, Tiago estaba justo sobre ella impidiéndole cualquier tipo de movimiento.

—¿¡ES POR ESE MALDITO HOMBRE!? ¿¡VERDAD!?. ERES MEJOR QUE ESTO, SOMOS EL UNO PARA EL OTRO ROSELIN.

—No es cierto, tú dañaste eso, ya no estamos juntos, ¡DÉJAME EN PAZ! ESTOY HARTA DE ESTO ¿DE QUÉ HOMBRE Hablas?… No te entiendo.

El tono de voz de Roselin paso de ser uno fuerte y enojado a uno lleno de miedo, confusión y tristeza, incluso su expresión cambió totalmente a una dolida.

—¿Por qué no lo entiendes? Me hiciste sentir miserable, estoy muy dolida, por tu culpa odio la idea de enamorarme, le tengo miedo al amor… ¿Por qué eres así conmigo? Ya… ya no puedo amarte.

—Todo cambiará, lo prometo, solo debes amarme, nos vamos a casar, estaremos bien, no volveré a tocar a otra mujer, lo juró, intente estar con otra mujer hace semanas y solo podía pensar en ti.

Roselin noto algo sumamente obvio, Tiago no estaba bien de la cabeza, no solo entró a su casa con una copia de su llave que sacó sin su permiso, sino también por las cosas que decía y la forma en que lo hacía, además de que su rostro mostraba poca cordura, sus expresiones era indescriptiblemente extrañas.

—Deja de decir esas cosas, vete, llamaré a la policía si no lo haces, entiende, ya no estamos juntos y nunca vamos volveremos a estarlo, tú mismo dijiste que yo no era la gran cosa, cumple tu palabra y vete.

—¿Crees que me rendiré y ya?, no es tan fácil.

Tiago comenzó a presionar su cuerpo sobre el de Roselin, esta intento quitarlo, pero fue en vano, este golpeó su rostro con fuerza y comenzó a quitarle bruscamente la pijama.

Roselin estaba asustada, Tiago estaba dispuesto a abusar de ella, las lágrimas comenzaron a recorrer su rostro.

—No llores, cariño, pronto todo será como antes, nadie volverá a separarnos, si nos damos una oportunidad jamás volveremos a separarnos.

Las lágrimas y sollozos de Roselin se hicieron más notorios, esta movía su cuerpo con desesperación en medio de un fuerte forcejeo, no podía contra Tiago, era más fuerte y grande que ella.

—Déjame… no lo hagas… ¡Por favor!

Tiago le dio una bofetada a Roselin, esta sostuvo su mejilla su rostro dolía y su cara ardía demasiado.

—¡CIERRA LA BOCA! NO HAGAS LAS COSAS MÁS DIFÍCILES.

Roselin ya no tenía fuerza, Tiago comenzó a repartir besos en su cuerpo, esta sentía mucho asco, no soportaba más la situación.

Cuando Roselin estaba perdiendo todas sus esperanzas, llegó a su campo de visión aquel trofeo que ganó hace años, tal vez era su única oportunidad y la aprovecho.

Roselin tomó el trofeo lo más rápido que pudo y golpeó la cabeza de Tiago, este soltó un fuerte grito de dolor, cuando iba a reaccionar para golpear a Roselin, esta volvió a alzar el trofeo y lo golpeó una y otra vez.