La Apuesta

En la recepción hay una caja con unos deliciosos chocolates, en la tarjeta solo se leé

-Gracias por tu apoyo y los consejos, vamos por buen camino

Rita abre con cuidado ese regalo y comienza a comerlos, Regina se acerca a ella, por la cara que hace se imagina que lo que come debe estar delicioso

-Vaya que disfrutas comiendo

Le dice Regina a su amiga con burla

-Esto está riquísimo, ¿Quieres probar?

Le dice extendiendo la caja a la doctora para que tome uno, ella al probarlo entiende porque su amiga tenía esa cara de felicidad

-Tienes razón, esto está riquísimo

En ese instante se acerca Stephania y también le ofrece que pruebe de sus chocolates, le encanta presumir que se los han enviado

-Bueno me voy sigue disfrutando tus chocolates

Dice Regina a quien se le empieza a hacer tarde para iniciar su turno

-Yo también me voy, ya quiero descansar

Dice Stephania

Rita solo asiente y de inmediato envía un mensaje a un número anónimo

-Le encantaron, envíale unos también a ella, va a estar feliz

-Entendido, te debo otra

-Ya me las cobraré.

El turno de Regina ha concluido, es hora de ir a descansar, se dispone a salir pero en ese momento entra Esteban a su cubículo, lleva una rosa blanca con una caja de chocolates, son los mismos que hoy le dio la recepcionista a probar

-Que bueno que aún no te vas, pensé que no te alcanzaría otra vez

Le dice el moreno en el momento que la saluda con un beso en la mejilla

-En realidad si ya me voy solo estoy cerrando un expediente

Dice la doctora con una sonrisa en los labios, la presencia de ese doctor le agrada mucho

-Te he traído esto, espero que te gusten los chocolates

Le dice extendiendo la caja en su dirección

-Me encantan, gracias no era necesario que lo hicieras

-Bueno en realidad solo son para obligarte a aceptar mi invitación a cenar, así me agradeces el detalle

-Jajaja, eso es chantaje

Dice Regina riendo

-Sí, pero ¿qué dices?¿ aceptas cenar conmigo está noche?

Junta sus manos a modo de súplica y pone sus ojos de tristeza, siempre le ha funcionado

-Claro que sí, con gusto envíame la dirección del lugar y ahí nos encontramos

-Nada de eso, yo paso por ti, envíame tu dirección

Cómo todo caballero que corteja a la dama que le gusta se ofrece a ir por ella a su departamento

-Esta bien

Le envía un mensaje de texto con su dirección y se despide del moreno doctor

Ya es hora de reunirse con Esteban, este último le envía un mensaje de que ya está esperando por ella en la entrada del edificio

-En un minuto bajo

Es la contestación que le da, se observa una última vez en el espejo y siente que va presentable para la ocasión, lleva un vestido negro ajustado que le llega dos dedos arriba de la rodilla, con un escote muy discreto y manga larga, se ha puesto unas zapatillas color plata de punta que hacen juego con la chaqueta que ha elegido

-Perdon por la demora

Le dice y lo saluda con un beso en la mejilla

-No importa, cada minuto que espere valió la pena al ver qué estás bellísima

La halaga el doctor

-Eres un exagerado

-Para nada, ¿nos vamos?

Coloca su mano en su espalda baja y la guía al auto, es un deportivo último modelo color negro

El restaurante al que la ha llevado es de comida Argentina, a él le gusta la carne y en ese sitio se puede disfrutar de un buen corte y un magnífico vino, se encuentra en un último piso por lo tanto las vistas que ofrece el lugar son magníficas

-Así que vienes de provincia

Menciona el doctor están esperando que llegue lo que ordenaron

-Así es, deje mi ciudad para poder venir a hacer la especialidad acá

Contesta ella, en sus ojos se refleja un poco de tristeza al recordar a su familia, a la que tuvo que dejar por perseguir sus sueños, el resto de la conversación estuvo muy amena, se contaron parte de su infancia y adolescencia, cómo fue que decidieron ser doctores y todo el esfuerzo que han estado haciendo para poder llegar hasta donde hoy se encuentran.

Regina no pudo evitar hacer una comparación entre Esteban y Roberto, se dió cuenta de lo diferentes que son, pero que también tienen cosas muy similares, una de ellas es que la compañía de ambos resulta ser muy agradable. Sacude su cabeza para hacer que esos pensamientos se esfumen, no puede ser que estando frente a Esteban se ponga a pensar en Roberto.

Al regresar a casa ve a una Stephania prácticamente enterrada entre el sillón y los cojines viendo una película de acción y degustando unos deliciosos chocolates

-Por fin te veo

Le dice la morena

-¿Cómo te va?¿Qué me cuentas?

-Calma, me va bien, no hay nada nuevo que contarte y ¿Quién te dió mis chocolates?

-¡No son tus chocolates!, Son míos

Contesta con indignación Stephania

-¿Quién te los envío?

Interroga de manera amenazante

-No lo sé, solo estaban aquí

Dice despreocupada

-Pero debe de traer alguna tarjeta

-Sí, está que dice

”Algo especial para una mujer hermosa como tú E"

-Serás babosa, no es "E" de Estefanía es "E" de e Esteban, el fue quien me dió los chocolates que te estás comiendo

La reprende su amiga, pero Phany no se inmutó y siguió comiendo sin vergüenza alguna

-Eso no es lo importante, aquí lo que más me interesa es que me expliques como es que Roberto vino a comer y yo no estuve presente, ¿Hay algo que quieras explicar?

La mira de manera acusatoria, ya tenía casi dos semanas que sus horarios no coincidían y no han tenido tiempo de platicar de manera tan amplia, además de que lo que quiere es cambiar el tema para que no la siga regañando