¡La Abogada Y El Ceo!

Pero esa mañana, al abrir los ojos, en lo primero que pensó fue en la madre de Víctor. No quería que esa señora le dijera la verdad a su hijo.

No tenía ni cinco minutos que había llegado al bufete, cuando la secretaria le informó de una visita. Escuchó el nombre de quien la solicitaba y no dudó en atenderla.

— Buen día, Lic.

— Buen día, señora, siéntese, por favor.

— Gracias, mi nombre es, Alba, sabes por qué estoy aquí, ¿verdad?

— Supongo que sí.

— Quiero saber todo acerca de tu relación con mi hijo.

— Entre su hijo y yo no hay nada, ni habrá nada. Simplemente, coincidimos en un mismo lugar.

— Soy madre de dos hombres de caracteres fuertes, posesivos y uno sin número de cualidades que los definen. No creo que Víctor esté sufriendo solo por coincidencia. Algo grande pasó entre ustedes y quiero saber de qué se trata.

— Discúlpeme, señora.— fue interrumpida.

— Eres abogada, no trate de disfrazar la verdad.

— Señora, pienso que no está preparada para escuchar lo que quieres saber.

— Patricia, conozco a mi hijo, sé perfectamente que es capaz de todo, por eso no me sorprende nada. Habla con la verdad.

Patricia miraba detalladamente a la señora, notaba en ella la misma mirada de Víctor, y parecía una mujer muy astuta. Aunque no le dijera la verdad, ella iba a terminar descubriéndola.

— Ok, ¿Quieres café o té?

— Café, por favor.

Ella le pidió a la secretaria que le llevara dos cafés.

Comenzó a contarle todo desde el principio, sin obviar ningún detalle. La señora se mostraba ausente, como si su mente estuviera en otra parte. No imaginaba que su hijo fuera capaz de hacerle daño a una mujer.

— Señora, ¿ahora qué opinas de su hijo?

— Necesito digerir todo lo que me acabas de decir. Sin embargo, supongo que yo tengo parte de culpa en todo esto.

— ¿Por qué lo dices?—preguntó la abogada.

— Cuando pasó el asunto del caso, pase días sin hablar con mis hijos, me negaba a verlos, y Víctor fue el más afectado por mi rechazo. Tal vez eso lo llevó a tomar esa terrible decisión. — explicó la señora.

— Eso no la hace culpable.

— Él no es mala persona, tiene un carácter de los mil demonios, pero tiene buenos sentimientos.

— ¿Le vas a decir que estoy esperando un hijo de él?

— Como madre, debería decirle la verdad a mi hijo, pero como mujer, voy a dejar que tú lo hagas.

— No, no quiero que se entere de mi embarazo — negó la abogada.

— Eres una mujer inteligente, no quiera tapar el sol con un dedo, tarde o temprano se va a enterar. ¿Qué tanto lo amas?

— Señora, amo a Víctor con todas mis fuerzas, él despertó en mí un sentimiento que daba por muerto, pero no puedo olvidar lo que me hizo.

— Entiendo tu postura, no te puedo cuestionar.

— Muchas gracias.

— En cuanto al embarazo, espero que no demores en hablar con él, mi hijo anhela ser padre.

Terminaron de hablar, la señora Alba es una persona agradable.

Era mediodía, y Patricia estaba almorzando con Gloria en un restaurante. En el lugar había una periodista, quien, al ver a la abogada, se acercó para que le regalara una entrevista, a lo que ella se negó rotundamente.

La periodista insistió varias veces, la abogada estaba perdiendo la paciencia.

— No doy entrevista, ¿nos puedes dejar tranquilas, por favor? —dijo molesta.

— Lic. Silva, por favor, solo serán unas preguntas.— dijo la periodista.

— Maldita sea. Gloria, vámonos.

— Este es mi primer trabajo, soy madre soltera, de esto depende que puedas seguir trabajando para sostener a mi hija —siguió la reportera.

— Dale la entrevista, para que nos dejes conversar tranquilas. — inquirió Gloria.

— Caray, está bien, pero no quiero que me hagas pregunta sobre romance. — aclaró la abogada.

— Muchas gracias. Lic. Patricia Silva, es usted una de las abogadas más prestigiosas e influyentes del país, ¿A qué crees usted que se debe su éxito?, independientemente del legado de su familia.

— A mi esfuerzo y dedicación, para mí cada caso tiene gran importancia.

— Todos sus casos son de asesinatos, tráficos, violaciones, robos, y todos los has ganado. ¿Tiene usted una preferencia por esos casos, o es una simple coincidencia?—preguntó la periodista.

— Ciertamente, me inclino más por esos tipos de casos, porque son los más difíciles.

— Usted le ha ganado a todos esos delincuentes, ¿qué piensas de esas personas?

— Solo hago que se cumplan las leyes, si son culpables deben pasar por su delito.

— ¿Qué opinión personal tienes sobre esas personas?

— Claramente, lo dicen los ciudadanos, esas personas son escorias, basuras para la sociedad. — explicó la abogada.

— Me extraña mucho escuchar esas palabras… Tengo entendido que usted tiene un romance con, Víctor Torres, a quien le ganó un caso por tráfico de joyas. ¿Él no forma parte de esas escorias, de esas basuras? —preguntó con astucia.

— Nunca he tenido nada sentimental con esa persona. Eso es todo gracias.

Patricia se puso roja de la rabia, de todos sus romances, porque la tuvo que involucrar con Víctor. Lo que ella no imaginaba, era que esa entrevista fue pagada por Carla; fue su plan para que dijera algunas preguntas ofensivas y manipular la información.

Las horas pasaron, la entrevista estaba en todos los noticieros y en las redes sociales, el título de la noticia era, "Abogada habla de las escorias de la sociedad". En cuestión de minutos, Patricia estaba en primera plana en todo el país.

Ella maldecía una y otra vez, habían distorsionado todo lo que dijo, jamás se refirió a Víctor con esas palabras. Estaba en el bufete, encerrada en su despacho, por su mente lo único que pasaba era la imagen de él, sentía la necesidad de verlo y fue a buscarlo.

Dejándose llevar por su corazón, se presentó en la agencia Torres, pero eso fue una mala idea, al parecer ya todos habían visto la noticia.