Love You, Lies

La mañana siguiente llega con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas. Elizabeth está acostada en la cama, aún temblando y con los ojos hinchados de tanto llorar. Su cuerpo está cubierto de moretones y marcas de mordidas, y su ropa interior está manchada de sangre seca.

Ella se siente adolorida y vacía por dentro. Cada respiración le recuerda la brutalidad de la noche anterior, y el miedo y la vergüenza siguen presentes en su mente. Su mente está llena de pensamientos oscuros y desesperanza mientras yace en silencio, preguntándose cómo podrá seguir viviendo así.

Elizabeth lleva su mano temblorosa a su vientre, sintiendo el pequeño bulto que indica que está embarazada. Su toque es suave y cuidadoso, casi como si tuviera miedo de lastimar al bebé dentro de ella. Sus ojos se llenan de lágrimas mientras procesa esta nueva realidad, una mezcla de miedo y esperanza en su corazón.

Ella sabe que este embarazo es un secreto que no puede compartir con nadie, especialmente con Thony. Él nunca la dejaría ir si supiera que está esperando un hijo de él. Pero al mismo tiempo, el bebé es lo único que le da un propósito en medio de toda esta oscuridad.

Ella acaricia su vientre con ternura, susurrando palabras de amor y protección a su bebé aún no nacido.

Elizabeth permanece acostada en la cama durante horas, acariciando su vientre y pensando en su futuro incierto. Cada vez que toca su estómago, siente una pequeña chispa de esperanza en medio del dolor. Ella sabe que debe encontrar una manera de proteger a su bebé, incluso si eso significa enfrentarse a Thony.

Finalmente, ella se obliga a levantarse con dificultad, apoyándose contra la pared para mantenerse en pie. Su cuerpo protesta cada movimiento, pero ella no puede quedarse en la cama todo el día. Necesita comer algo y planear su próximo paso.

Ella se tambalea hacia el baño, donde se lava la cara y se mira en el espejo. Sus ojos están rojos y hundidos, su piel pálida y marcada por las heridas de la noche anterior. Pero hay una determinación en su mirada que no estaba ahí antes.

Elizabeth se da cuenta de que necesita un plan. No puede quedarse en la casa de Thony para siempre, especialmente ahora que está embarazada. Necesita encontrar un lugar seguro donde pueda esconderse y proteger a su bebé de él. Mientras se lava la cara, comienza a pensar en las opciones que tiene.

Ella sabe que no puede confiar en nadie cercano a Thony. Él tiene demasiados amigos y contactos que podrían delatarla si se acerca a ellos. Tampoco puede ir a su familia, ya que él los mantiene vigilados para asegurarse de que ella no pueda escapar.

Una idea comienza a formarse en su mente: huir al extranjero. Si puede conseguir dinero y documentos falsos, podría escapar del país y comenzar una nueva vida lejos de Thony. Pero eso requerirá mucho más que solo su determinación.

Elizabeth seca su cara y se apoya en el lavabo, sintiéndose agotada y asustada. Huir al extranjero parece una idea arriesgada, pero es la única que tiene. Necesita dinero para comprar pasajes y documentos, y necesita saber cómo pasar desapercibida una vez que llegue a su destino.

Ella comienza a pensar en cómo conseguir el dinero. No tiene acceso a ningún ahorro propio, y pedirle dinero a Thony está fuera de discusión. Él podría sospechar si ella de repente pide más de lo normal.

Entonces, un pensamiento la golpea. Thony tiene un pequeño cofre fuerte en su oficina donde guarda su dinero. Ella ha visto cómo él cambia la combinación cada pocos meses, pero siempre ha sido descuidado con su seguridad.

Elizabeth sabe que podría intentar abrir el cofre y tomar algo de dinero de él. Es arriesgado, pero podría ser su única oportunidad.

Elizabeth respira hondo, tratando de calmarse mientras considera el riesgo de robarle a Thony. Ella sabe que si él se da cuenta de que faltan dinero, la buscará sin descanso. Pero no tiene otra opción. No puede quedarse aquí y esperar a que él descubra su embarazo y la obligue a abortar.

Ella se dirige sigilosamente hacia la oficina de Thony, asegurándose de que él no esté cerca. Su corazón late con fuerza mientras abre la puerta y entra en la habitación oscura y llena de libros. Sus ojos se dirigen inmediatamente al pequeño cofre fuerte en la esquina de la habitación.

Elizabeth se acerca al cofre con pasos ligeros, tratando de no hacer ruido. Se arrodilla frente a él y examina la cerradura. Está segura de que el código es un número personal para Thony, algo que él guarda cerca de él todo el tiempo.

Ella comienza a buscar en los cajones del escritorio, esperando encontrar alguna pista. Sus manos tiemblan mientras revisa papeles y libros, pero no encuentra nada obvio. Después de unos minutos de búsqueda frenética, su mirada se posa en un pequeño cuaderno negro con la inscripción "Notas personales" en la portada.

Ella lo abre con cuidado, hojeando las páginas hasta que encuentra algo que llama su atención: una serie de números y letras garabateados en una esquina. Podría ser el código del cofre.

Elizabeth siente una oleada de esperanza al ver los números. Toma una foto rápida con su teléfono, asegurándose de capturar todos los detalles posibles. Luego, se acerca nuevamente al cofre y comienza a girar la combinación según los números del cuaderno.

Sus dedos están sudorosos y temblorosos mientras gira el dial, pero se obliga a mantener la calma. Finalmente, escucha un pequeño clic y la puerta del cofre se abre ligeramente.

Ella contiene la respiración y abre el cofre con cuidado, revelando el interior lleno de billetes y joyas. Su corazón se acelera aún más al ver la cantidad de dinero que hay dentro. Esto podría ser suficiente para comenzar una nueva vida.

Elizabeth rápidamente toma algunos billetes y joyas, metiéndolos en su bolso con manos rápidas y nerviosas. Cada segundo que pasa la hace sentir más vulnerable, y el miedo de ser descubierta se intensifica. Mientras guarda el botín, nota algo más en el cofre: una pequeña caja de terciopelo negro.

Su curiosidad la lleva a abrir la caja, y dentro encuentra un anillo de compromiso muy valioso. Es un anillo de oro blanco con un diamante central rodeado de pequeños zafiros azules. La joya brilla con una elegancia sobria y costosa.

Elizabeth se queda sin aliento al verlo. Este anillo es obviamente muy valioso, y si lo vende, podría obtener una cantidad considerable de dinero adicional. Pero algo en su corazón le dice que debe quedarse con él. Después de todo, es un símbolo de su pasado con Thony, y también podría ser una forma de asegurar su libertad.

Ella lo saca cuidadosamente de la caja y lo guarda en su bolsillo, asegurándose de que esté seguro. Luego cierra el cofre y lo vuelve a poner en su lugar, asegurándose de que parezca que nadie lo ha tocado.