Emma jamás imaginó que amar a Andrew significaría estar condenada a huir. En un mundo donde humanos, brujos y cambiaformas coexisten bajo frágiles pactos, Emma, una joven común, se ve arrastrada al corazón de una guerra silenciosa tras enamorarse de Andrew, el heredero de una poderosa manada de licántropos. Su amor es puro, peligroso… y totalmente prohibido. Mientras la manada se tambalea y aliados inesperados caen uno por uno, Emma deberá encontrar la fuerza para sobrevivir, escapar y luchar por lo que ama. Pero no está sola: cada elección que haga resonará en un destino mayor, donde el sacrificio, la magia y la sangre van de la mano. Un amor prohibido. Un secuestro brutal. Una guerra inminente.
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Capitulo 18: Dilemas
Habían sido días extraños y maravillosos al mismo tiempo. Cada momento que pasaba junto a Emma parecía arrancar un poco de la dureza que había construido alrededor de mi corazón. Su risa, la forma en que se movía por la casa como si estuviera comenzando a aceptarme en su espacio, todo eso me llenaba de una calidez que no había conocido antes.
No era solo mi mate, era algo más, algo que todavía no sabía cómo nombrar, pero que me hacía querer protegerla a toda costa.
Cada vez que me miraba sin esa desconfianza inicial, cada vez que me permitía acercarme un poco más, sentía que algo en mí cambiaba. Y aunque sabía que aún tenía mucho por demostrar, me bastaba con esos pequeños pasos.
Dios, los momentos calientes que tuvimos.
No he podido sacar de mi cabeza el rostro de Emma cuando llego a su orgasmo, es lo más hermoso que he visto en mi vida.
Me costó todo el control que tengo para no bajarme los pantalones y hundirme en su calor. Incluso fue difícil no marcarla, mi lobo me pedía a gritos que la mordiera, pero solo desharía todo lo que he logrado hasta ahora.
Pero incluso con esa calma momentánea, el peso de mis responsabilidades no desaparecía. Esa mañana, me encontré con Luke, mi beta, en el límite sur del territorio. Como siempre, la conversación giraba en torno a la manada y los problemas que nunca parecían cesar.
—Los humanos se han estado acercando de nuevo —me dijo Luke mientras observaba los densos árboles que marcaban nuestro territorio. Su rostro estaba tenso, y lo entendía. Era una amenaza constante, un problema que siempre acechaba.
—¿Qué tan cerca esta vez? —pregunté, mi tono más duro de lo que pretendía.
—Lo suficiente como para preocuparnos. Encontramos rastros de ellos cerca del arroyo. No cruzaron, pero no están lejos.
La presencia humana siempre era un tema delicado. La mayoría de ellos no significaban un peligro real, pero había otros que... Bueno, prefería no darles el beneficio de la duda.
Luke tiro frente a mí una mochila de viaje que reconocí enseguida.
El olor de Emma estaba impregnado por toda ella.
Gruñí, pasándome una mano por el cabello mientras intentaba contener mi frustración
Fue entonces cuando un pensamiento me golpeó, como un rayo atravesándome el pecho. Emma. Había estado cerca de los límites el día que aquel lobo la atacó.
Era probable que él la hubiera visto como una intrusa, una amenaza para la manada. Mi mandíbula se tensó mientras el recuerdo del ataque volvía a mi mente.
Ella estaba en peligro por mi culpa.
Luke notó mi cambio de humor.
—¿Qué sucede, Andrew? —preguntó, aunque su tono ya llevaba un toque de preocupación.
—Creo que sé por qué ese lobo atacó a mi mate. Emma estaba demasiado cerca de los límites. Seguramente la vio como una intrusa.
Luke asintió lentamente, procesando mis palabras.
—Eso tendría sentido. Pero, ¿qué planeas hacer al respecto?
Me quedé en silencio por un momento, mirando hacia el horizonte. Sabía exactamente lo que debía hacer, pero era complicado.
Presentarla a la manada era una opción, pero no sería fácil.
No todos aceptarían a una humana como mi luna sin resistencia.
La otra opción era más sencilla en teoría: dejar mi olor sobre ella, marcarla de alguna forma. Eso enviaría un mensaje claro a cualquier lobo que se atreviera a acercarse a ella.
Pero también sabía que esa decisión no era solo mía. Emma era fuerte, independiente, y aunque mi instinto me empujaba a protegerla a toda costa, tenía que encontrar una forma de hacerlo que no la hiciera sentir controlada.
—Voy a tener que presentarla a la manada —dije finalmente, aunque mi voz llevaba un peso que no podía ignorar.
—¿Estás seguro de que estás listo para eso? —preguntó Luke, su mirada fija en mí.
—No. Pero no puedo permitir que algo como esto vuelva a suceder. Y si no es posible ahora... —Hice una pausa, mi voz bajando a un gruñido bajo—. Entonces tendré que marcarla.
Luke no dijo nada por un momento, pero asintió lentamente, aceptando mis palabras.
—Será difícil. Pero si alguien puede lograrlo, eres tú.
Sus palabras me dieron algo de consuelo, pero sabía que lo difícil aún estaba por venir. Presentar a Emma a la manada o marcarla sería un desafío, no solo para mí, sino para nosotros como pareja. Pero por ella, estaba dispuesto a enfrentar cualquier cosa.
Luke me observaba con esa mezcla de curiosidad y preocupación que siempre lograba irritarme un poco.
—¿Ya le hablaste de la Luna Roja? —preguntó finalmente, directo como siempre.
Sentí cómo mi cuerpo se tensaba al escuchar esas palabras.
La Luna Roja. Ese evento anual que había formado parte de nuestras vidas desde siempre. La noche en la que los instintos de cada hombre lobo se desataban sin control, cuando la conexión con nuestras mates se volvía tan intensa que nuestras mentes racionales desaparecían por completo.
Negué con la cabeza, dejando escapar un suspiro pesado.
—No le he dicho nada, Luke. A duras penas entiende lo que soy. —Me apoyé contra un árbol, cruzando los brazos mientras intentaba organizar mis pensamientos—. Lo único que sabe es lo que ha visto, y eso ya fue demasiado para ella. ¿Crees que va a aceptar algo como la Luna Roja?
Luke bufó, cruzando los brazos sobre su pecho.
—Andrew, esto no es opcional. Tienes que decirle. La Luna Roja no es algo que puedas ignorar, y mucho menos ahora que has encontrado a tu mate. Sobre todo si es una humana. Si no sabe lo que viene, ¿cómo crees que va a reaccionar cuando pase?
Sabía que tenía razón, pero eso no hacía que la conversación fuera más fácil. La Luna Roja no era algo que pudiera explicarse con palabras simples. Durante esa noche, cada fibra de nuestro ser se rendía al instinto.
No había racionalidad, no había contención.
Solo el vínculo, el deseo y una necesidad abrasadora de reclamar a nuestra mate.
—Luke, ¿cómo le explico algo así? —pregunté, mi tono más brusco de lo que pretendía. Mi frustración estaba comenzando a aflorar—. ¿Cómo le digo que hay una noche al año en la que no voy a poder controlarme? Que voy a ser más lobo que hombre, y que lo único que voy a querer es...
No terminé la frase. No necesitaba hacerlo. Luke sabía exactamente a qué me refería.
—Se lo dices con la misma honestidad con la que le dirías cualquier otra cosa importante. —Su tono era firme, pero no había juicio en su mirada—. Emma no es como nosotros, pero tampoco es una persona débil. Tiene carácter, Andrew. Dale el crédito que se merece.
Ya veo venir el giro que tomara la trama
Digo, no es normal que ella como humana pueda sentir el aroma de Andrew, se supone que es entre especies.
Es eso o tiene muy buen olfato mi chica Emma 😂😂😅
Necesito mi dosis diaria de Andrew