El matrimonio de muchas personas se ve afectado por un problema y la traición es lo que pone el clavo en el ataúd, podrá perdonar la traición la persona que más sufre?, quien es en realidad el que más sufre?.
NovelToon tiene autorización de Adriánex Avila para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cap. 19 ¿Qué ves tanto…?
Esos días se fueron acomodando, Irina es pretendida por varios hombres de la ciudad, la dieron en un banquete empresarial y los regalos no dejan de llegar, Irina está más distraída con el trabajo y no le importa mucho la situación ella está enfocada en el trabajo y las noticias que le llega del celular de Olga. Realmente son muy descarados y hay cosas que ha averiguado su investigador que la ha dejado sin palabras definitivamente.
Sin embargo, Malcolm es el más insistente en sus galanteos, aprovecha muy bien la relación laboral que tiene con ella; sin embargo, después de un par de meses, decidió ser más claro con sus intenciones.
Ese día, fue a propósito a mediodía, era con su intención de hablar de la cooperación empresarial e invitarla a almorzar.
Mientras ellos hablaban, de repente unos golpes en la puerta distrajo a Malcolm de su invitación que estaba por hacer. De repente, un guapo castaño entró al lugar con unas viandas.
Aníbal, desde hace una semana, se hacía cargo de cocinar para Irina; ella trabajaba mucho y debía alimentarse bien. Además, Aníbal ya se sentía ocioso mientras ve a Irina trabajar demasiado y él solo está mantenido.
—Buenas tardes, traje el almuerzo —dijo el guapo Aníbal, quien ha mejorado muchísimo, se ve radiante y es que tiene apoyo y contención de su primo, e Irina.
—Aníbal, qué bueno que llegas, me moría de hambre —dijo Irina, contenta, saltando prácticamente sobre las viandas.
—¿Está rico? —pregunta Irina.
—Está muy rico —responde Aníbal mientras le sirve la comida solo a ella, ignorando a Malcolm oficialmente.
—¿Está sabroso?
—Está sabrosísimo
—¿Está delicioso?
—Está superdelicioso —dejó Aníbal haciendo que Irina de una carcajada para comenzar a comer—. Era un ritual que hacían cuando hablaban de algo que les importaba y la comida era una de esas cosas.
Irina estaba impresionada de que Aníbal sepa cocinar tan bien. Era realmente vergonzoso para ella, quien sabía cocinar, pero estaba lejos del exquisito sazón de su cuñado.
Malcolm miraba la situación irritada, parecía que Irina tenía una conexión con ese joven, y lo que más le molestaba es que Irina se olvidaba del mundo cuando lo veía. No era la primera vez, ya Aníbal había ido a la empresa de Irina llevando algún documento que había olvidado.
—Ejem, señorita Irina, la visitaré en otro momento, no quiero interrumpir su almuerzo —dijo Malcolm, frustrado mientras asesina a Naval con la mirada.
—Oh, claro, señor Malcolm, no hay problema, lamento la interrupción, pero me moría de hambre —dijo tranquila.
Aníbal lo miró con una sonrisa alegre, mientras que el hombre estaba indignado de que ese niñato siempre le arruine los planes con Irina.
Cuando Malcolm salió, Irina rodó los ojos, pero se molestó más con el comentario de Aníbal.
—Tu pretendiente no se rinde —dijo divertido mientras que Irina lo fulmina con la mirada.
—Cuidado, Aníbal, ese tipo no me agrada. Lo trato bien por los negocios, pero no me agrada definitivamente —dijo ella mientras Aníbal asiente. A él tampoco le agrada, tiene una energía extraña.
Mientras ella comía, veía que Aníbal revisaba su celular todo el tiempo, es que estaba buscando trabajo, no podía quedarse como un parásito de su joven cuñada para siempre.
—¿Qué ves tanto…?, alguna novia —dijo juguetona mientras Aníbal rueda los ojos.
—Claro que no, sabes que estoy inmune a eso, no lo vuelvo a hacer —dijo con el ceño fruncido, le molesta su propio comentario y no entiende la razón.
—Oh, bueno, pero no te enojes, que ves tanto…, cuenta, cuenta —dijo curiosa queriendo ver la pantalla.
Aníbal guardó su celular y decidió aclarar las cosas; era también una de las razones de la visita.
— Criatura, estoy buscando trabajo, no puedo estar pegado a ti como una sanguijuela, debo producir, ganar mi dinero, pagarte un alquiler, una despensa, algo —dijo un poco incómodo—, sabe que ella no está de acuerdo con eso; sin embargo, la respuesta lo sorprendió.
—Es verdad, debes trabajar, yo no mantengo hombres —dijo Irina, tomando su vaso de jugo y moviéndolo suavemente como una mujer fatal que tiene una elegante copa de vino en la mano.
Aníbal levantó una ceja y se sentó elegante y masculino en el asiento para declarar la guerra.
—Bien, ya que no me vas a mantener ni requerir mis excelentes servicios en el hogar, debo trabajar, pero no te quejes de tu comida, ni que tus cosas estén en su lugar, ni sueñes que traeré un solo papel para ti, me estás perdiendo —dijo con una mirada fría mientras Irina hace un puchero…
—No es justo, la que sale perdiendo, soy yo, así no deberían ser las cosas —dijo cruzándose de brazos mientras Aníbal sonríe arrogante.
Ellos rieron un rato hasta que Irina lanzó la bomba.
—Cuñado, sabes de administración de empresa y es muy bueno, te ofrezco un puesto de trabajo, pero necesito que sea algo secreto —dijo con misterio mientras Aníbal se acerca para escuchar la misteriosa propuesta.
Irina se acercó y propuso sin pena.
—Cuñado, quiero que seas mi asesor personal, pero no aquí en la oficina, necesito que me ayudes con varios proyectos, hay gente que parece estar sacando dineros a costa de mi marca, aunque sé mucho de este rubro hay temas que aún me confunden, trabajarás desde casa, yo te enviaría la documentación para que la revises, podemos hacer contacto mediante Zoom, así me tienes al tanto, y cuando vengas podemos ver algunos temas más delicados —dijo Irina expectante mientras que Aníbal parece un poco indeciso.
—Criatura, esos serían estar tomando leche de la misma vaca, el asunto es no ser un gasto más para ti —dijo contrariado, mientras que Irina hizo un lindo puchero para hablar como una niña mimada.
—Pero yo te necesito, solo puedo confiar en tus conocimientos y en ti, Pamela está saturada, Carla solo falta ponerse un plumero en el trasero y limpiar mientras camina, si haces esto, te lo voy a agradecer y pagar muy bien —dijo Irina dejando a Aníbal indefenso, no entendía cómo es que, desde hace unas semanas no le puede negar nada a Irina.