LOS HILOS DEL DESTINO

Peter sentía que no era justo, que después de lograr sobrevivir los meses anteriores y aferrarse al vientre de su madre, cómo podía morir su bebé a los pocos días, su hijo merecía vivir, crecer, ser consentido y amado por sus padres y todos los familiares que lo esperaban con ansias de conocerlo, sus suegros ya tenían listo todo para irse a Chile faltando un mes para el parto, para estar con su hija y recibir a su nieto, sus padres llegarían tan pronto naciera, pero ahora debía darles la noticia de que el bebé ya no estaría en su futuro como lo planearon, que debían dejarlo partir y enterrarlo.

Esperaron a que Ariadna se recuperará un poco antes de darle la noticia, ella también esperaba con mucho amor a su hijo, ya tenía hasta el nombre que tendría su hijo, porque un mes antes les habían dicho que era un varoncito, estaba entusiasmada esperando su llegada, más después de haber pasado por todo lo que Anna les hizo.

Peter no tenía la fuerza de darle esta noticia tan dolorosa a Ariadna, le pidió al doctor que fuera él quien lo hiciera, porque él no podía con tal peso. Peter estuvo al lado de Ariadna cuando el médico le dio la noticia, al saberlo lloro amargamente, Peter la abrazo y la dejó llorar, sabía que lo necesitaba, que esa era la mejor manera de sacar parte de ese sentimiento que crecía en su cuerpo, Peter la trataba de consolar, pero no había como traer un poco de consuelo a su adolorida alma, cuando él se sentía igual o peor por ser la persona por la que Anna hizo todo, se sentía morir, pensó que, si lo lograrían, que su hijo podría estar con ellos después de haberse recuperado, pero algo paso y se terminó adelantando el parto.

Después de enterrar a su pequeño, Ariadna se encerró en su cuarto, no quería saber de nada, no quería hablar con nadie, en el fondo lo culpaba por la pérdida de su bebé, sino no hubiera aparecido, sino se hubieran dado esa oportunidad, Anna no hubiera atentado contra el pequeño y ella seguiría con él pequeño dentro de ella. Cuando fue dada de alta igual que en el hospital se negaba a salir de su recámara, apenas hablaba y comía, estaba cayendo en una fuerte depresión, el único que dejaba entrar en algunas ocasiones era a Joss.

Peter se sentía muy culpable, él había provocado la pérdida de su hijo sin saberlo, se arrepintió de haber confiado tanto en su asistente y más de llevarla con ellos a Chile, pero ya no podía cambiar el presente, solo quedaba esperar por ver que pasaría en su futuro, sus suegros no querían verlo en casa de su hija, pero al verla tan mal, pensaban que si era capaz de ayudarla a salir de eso le darían otra oportunidad, la última.

Ariadna no quería comer, no hablaba con Peter, se había aislado del mundo, no quería comunicarse ni con sus padres, era su manera de pasar su luto por perder ese pequeño que le llenaba de felicidad; los dos estaban sufriendo, ella quería gritarle que él era el culpable, pero podía ver cuanto sufría también, él solo se culpaba por lo que estaba pasando, sentado afuera de su puerta, le pedía perdón cada día, por haber permitido que esa mujer los dañara, pero ya no había que más hacer, el bebé se había ido y le había dejado un enorme vació a su corazón y no creía llenarlo con nada.

Así pasaron 2 semanas con ella llorando en su cama, ahogando los gritos en su almohada y Peter sentado en su puerta, colocando su cabeza entre sus rodillas flexionadas, escuchándola gritar mientras quería entrar a abrazarla para dejarla gritar en su pecho, pero ella no lo quería a su lado, quería estar sola. Joss llegaba cada día por la tarde a tratar de ayudarlos, sabía que necesitaban sacar su dolor y que cada persona lo hace de diferente manera, hacia lo que podía por ambos.

Un día, Ariadna se levantó con la frente en alto y decidió no llorar más por su hijo, haría frente a la vida y saldría adelante por su bebé, ya no estaba a su lado, pero sí en su corazón, y ese sentimiento la llevaría a levantarse y seguir su vida, su motor sería pensar como se sentiría su hijo al verla triunfar o fracasar por quedarse llorando, gracias a un sueño que tuvo, donde tuvo la oportunidad de cargar a su bebé y ver escenas de este en diferentes etapas, hasta llegar a la edad adulta, se vio motivada a dejar de llorar, su hijo le pidió no volver a llorar, que fuera fuerte y buscará ser feliz.

Ariadna se dio un baño al despertar, se puso su mejor ropa y salió de esa habitación, pero si antes había un poco de rechazo con Peter, ahora ese, era un poco mayor, por lo que le pidió espacio y tiempo, necesitaba pasar su duelo. Peter no quería alejarse de ella, también estaba sufriendo, pero entendía que ella necesitará estar sola para superar su perdida. Salió de casa de Ariadna con sus maletas, pero decidió no irse lejos, alquilo un departamento cerca de donde ella vivía, así estaría al pendiente de cualquier cosa que ella necesitara, no pensaba dejarla sola, la necesitaba ahora más que nunca y velaría por su bienestar, aunque no estuvieran juntos.

El día que Peter recibió la noticia de que su hijo había muerto, Peter estaba reunido con el investigador que le había llevado el último reporte sobre Ada, acaba de sacarlo y había leído únicamente la primer hoja de la investigación respecto a que había sucedido con ella a partir de su encierro, pero al recibir la llamada de Joss, lo guardo en uno de sus cajones y se fue al hospital para recibir tan terrible noticia, ya que cuando Joss le marco, solo le dijo que era urgente que fuera, que había una complicación, pero no le dio la noticia hasta llegar. Después de todo lo que había pasado se olvidó de esa información, todo su mundo giro alrededor de Ariadna y su bebé.

Cuando Peter salió del departamento de Ariadna, se instaló en un apartamento cerca del de Ariadna, uno que Joss le había conseguido en su edificio, la culpa de Peter ahora era muy grande por la muerte de sus dos hijos (el de Ariadna y el de Ada, ya que al creerla muerta estando embarazada, también le indicaba que su hijo había muerto con ella), estando solo empezó a pensar y analizar su vida durante el último año.

Hola a todos, les mando abrazos.