El poderoso y despiadado CEO Daemon Rivadeneira, obligado por su familia, lanza un concurso para encontrar una esposa.
Muchas jóvenes de todo el país se suman a esta competencia. Quién ganará el corazón de nuestro despiadado CEO?
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Capítulo 19
Al terminar el programa Daemon pasó sus dedos entre el cabello. Era la señal que quería ver esa no he a Nicole a solas. Nicole comenzó a tocar su ceja en señal que había entendido el mensaje de Daemon.
- Chicas, por favor no olviden ir al área de entrevistas. Antes de ir a cenar.- dijo la asistente del productor.
Las mujeres salieron del set, solo algunas se quedaron revoloteando alrededor de Daemon. Quién tenía su cara seria como siempre.
Nicole dió su entrevista. Agradeciendo por haber sido salvada. Y no dió datos acerca de por qué había tenido tantos votos.
Al final se fue a cenar algo ligero. El chef había hecho de cenar comida oriental. Había ramen, sushi, yakimeshi, tepanyaki y kushiagues. Todo se veía delicioso, así que tomó un poquito de todo y se fue a su habitación.
Ya sólo quedaban 12 participantes, era increíble lo rápido que estaba avanzando todo. Como de costumbre, Nicole se volvió a cambiar de ropa y se quitó todo el maquillaje.
Se recostó en su cama esperando que dieran las 10. Aún faltaba mucho. Así que tomó una revista y comenzó a hojearla.
Ahí vió un anuncio de relojes finos y la modelo era ni más ni menos que Naomi Williams. Se veía hermosa, era de la misma clase social que Daemon y contaba con la aprobación de su familia. Por qué Daemon simplemente no la escogía y se casaba con ella? Naomi lo tenía todo.
Pensar en ellos dos juntos hizo que Nicole tuviera una sensación de vacío en el estómago. No entendía por qué se sentía así.
Ya casi eran las 10 y Nicole salió de su habitación para encontrarse con Daemon. A dónde quiera que pasara, sentía las miradas de odio de sus compañeras.
Esa semana a pesar de haber quedado en último lugar en el concurso de preguntas, había salido con Daemon a dos citas y había sido la única mujer en ser salvada en la nominación por él. Todas empezaron a considerar que Nicole era una dura rival, como Naomi. O tal vez más dura que Naomi.
Nicole siguió caminando hacia el muelle. Se aseguró que nadie la seguía. Y ahí lo vió.
Daemon se veía aún elegante, estaba peinado hacía atrás y daba vueltas por el muelle de un lado a otro.
- Buenas noches, llegaste temprano. - dijo Nicole.
Cuando Daemon la vió, se le iluminó el rostro con una sonrisa.
- Si, terminé mis pendientes temprano y vine aquí a pensar. - dijo Daemon.
Nicole se acercó poco a poco a él.
- Y se puede saber en qué pensabas? - preguntó Nicole.
- En nosotros. - Daemon carraspeó - En nuestro plan y los siguientes pasos. Ven, he mandado poner una banca aquí para nosotros.
Daemon condujo a Nicole hacia la banca, tenía una hermosa vista hacia el mar. Ambos se sentaron uno a lado del otro.
- Nicole, yo.... debo preguntarte algo. No es fácil para mí, ya que nunca he estado en esta situación. He tenido muchas mujeres, pero ninguna relación seria. Pero bueno, debo saber si tú has tenido muchos novios antes. - dijo Daemon expectante.
- Ehhh, pues en realidad no. Al principio no tenía interés por nadie de mi escuela. Después conocí a un chico, pero nunca me hizo caso, porque tenía novia. Luego murieron mis padres y no tuve mucho tiempo para el romance. - comenzó a hablar ella honestamente.
- Aún estás interesada en ese hombre? - preguntó Daemon.
- Es un buen amigo. - dijo ella.
- Y has besado a muchos hombres? - preguntó Daemon.
Esa pregunta de inmediato descolocó a Nicole. Empezó a sentirse abochornada. Sobre todo después de la confesión de Daemon de que había tenido muchas mujeres.
- Pueeees en realidad no. Creo que mi única experiencia al respecto ha sido un juego de la botella en 6° de primaria. - dijo tímidamente Nicole, hablando con poco volúmen.
Daemon le dió una sonrisa. Esa mujer estaba removiendo algo muy dentro de él. Era tan tierna la forma en que se sonrojaba.
- No puedo creer que tengas tan poca experiencia. Eres hermosa, seguramente has de haber tenido muchos hombres detrás de tí. - dijo Daemon, de alguna manera se veía contento.
- Como te dije, sólo me ha interesado un hombre y no era recíproco. - dijo Nicole encogiéndose de hombros.
- Tenemos que arreglar está situación de inmediato. - dijo Daemon y acercó sus labios cerca de Nicole. La tensión se sentía en el aire.
En un movimiento audaz, Daemon tomó los labios de Nicole. El corazón de ella empezó a dar tumbos, como si fuera un tambor de una canción de Safri Dúo. Cuando se separaron, a Nicole le costó volver a agarrar el aliento.
- La próxima semana tendremos que besarnos frente a las cámaras. Debemos mostrar que nuestra relación está avanzando. - agregó Daemon.
Nicole sintió una punzada de decepción en el corazón. Así era, Daemon la había besado por el trato que tenían.
- Entiendo. Es parte del show, cierto? - preguntó ella.
- Por supuesto. Aunque claro, deberemos practicar para que se vea natural. En este beso te has puesto muy rígida. - comentó Daemon.
- Me has tomado por sorpresa. No creo que necesitemos más práctica. Soy actiz de cualquier manera o no? - refutó Nicole.
- Te digo, le falta credibilidad a tus besos. Deberían mostrar que estás enamorada de mi, no que me temes. Hace rato parecías una tabla. - contestó Daemon.
- Eso no es así. - dijo ella.
- Claro que si, te lo voy a demostrar. - Daemon volvió a invadir la boca de Nicole de nuevo.
Ella estaba aún muy tensa. Se perdía de la realidad cuando ambos se besaban. No existía nada más que Daemon y ella. Se olvidaba por completo que era actuación y solo quería sentir. De nuevo al separarse le costó agarrar el aliento.
- Ahí está el problema, ves? No se ve natural. - replicó Daemon.
Daemon se acercaba a ella para volverla a besar. Pero ella entró en pánico con todas las nuevas sensaciones que había experimentado que por instinto se puso de pie.
- Creo que es suficiente práctica por hoy. Mañana investigaré más al respecto para que salga bien el día de la cita. Buenas noches - dijo Nicole apresurada.
De inmediato emprendió camino hacia su habitación. Daemon se quedó sentado en la banca, sin saber que pensar acerca de lo que había pasado.