Y que hacer si un día llega un pequeño ser a tu vida y te cambia todos tus planes... Ahora que harás José Luis
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Capítulo 18: La desaparición de Lucrecia
José Luis...
Días después...
Hace más de una semana que no se nada de mi hija, mi abogado ha intentado averiguar algo sobre la niña, pero solo le dicen que está bien, no me dejan verla, no sé cómo la está pasando en ese lugar.
Katherine ha estado conmigo todo este tiempo, ella ha estado triste por todo lo que ha pasado, pero se muestra fuerte ante mí para que no decaiga y no deje de luchar por mi hija.
De esa mujer que dice ser la tía de la niña no se sabe nada, el único que habla con ella es su abogado, no sé por qué se me ha metido en la cabeza que todo esto es una trampa y es algo que quiero averiguar.
Rodrigo está trabajando fuertemente en el caso, solicito al juez que se practicará una prueba de ADN a la niña y a mí para confirmar el parentesco, al igual que a la que dice ser su tía.
Rosario será una de mis testigos dentro del caso, ella mejor que nadie conoció a Mariana y afirma que no tenía hermanas.
Cada día sin mi hija es una preocupación constante, no saber si está bien, si ha comido o si la están cuidando como debe ser me tiene muy intranquilo.
En otro lugar...
-Todo se está complicando señor montero, el juez acaba de informarme que me tengo que presentar a una clínica a hacerme una prueba de ADN, y que los abogados tienen que estar presentes- dice Lucrecia muy preocupada.
-No puede ser, porque esto tiene que ser tan difícil, es mejor que desaparezcas ya buscaré la manera de sacar a esa niña del camino- dice muy molesto abandonando el lugar.
José Luis...
Esta espera cada vez es más difícil, Rodrigo me comenta que el juez ya dio la orden para las pruebas de ADN, creo que ha llegado la hora de que la verdad salga a la luz.
Mientras pienso en lo que sigue mi teléfono empieza a sonar...
📱
-Señor Montero, soy la trabajadora social, lamento informarle que tuvimos que llevar a Sofía a un hospital, la niña tiene mucha fiebre y no ha comido bien-
-Puedo ver a mi hija- digo muy preocupado.
-Si es lo mejor, la niña solo llama a su papá y a Katherine, vengan con ella, por favor- dice la trabajadora social.
Katherine y yo salimos inmediatamente para el hospital, yo sabía en el fondo de mi corazón que mi hija no estaba bien y no me equivoque, necesito que el juicio sea pronto, no quiero estar un día más alejado de mi pequeña.
En el hospital...
-Señor Montero, lamento mucho esta situación, la niña no ha querido comer y ha tenido mucha fiebre, solo llora, esto ha sido muy difícil para ella- dice la trabajadora social al vernos llegar.
-Podemos ver a la niña- pregunta Katherine.
-Si, por favor pasen a la habitación- responde la trabajadora social.
Al entrar veo a mi pequeña dormida, algo pálida y con los ojos hinchados de tanto llorar, Katherine y yo nos acercamos a ella, yo acaricio su pequeño rostro mientras Katherine se acerca a darle un beso en la mejilla.
Poco a poco la niña va despertando, al abrir sus ojos una pequeña sonrisa sale de sus labios.
-Papito, Katherine vinieron por mi- dice Sofía con una voz débil
-Te prometí que nunca te iba a dejar sola, lo recuerdas- le respondí con lágrimas en el rostro.
-Gracias papá, gracias Katherine, estaba muy triste sin ustedes- dice Sofía- No llores papá ya nadie nos va a volver a separar- dice con una sonrisa.
Días después...
Los médicos nos decían que la niña estaba evolucionando muy bien, que solo era la tristeza por estar separada de nosotros, igual la quisieron tener en observación para asegurarse de que todo estaba bien.
Sofía y yo nos hicimos la prueba de ADN, salió positiva como ya lo sabíamos, lo extraño es que la tal Lucrecia nunca apareció a hacerse la prueba.
Katherine y yo estuvimos todo el tiempo en el hospital con Sofía, la niña recuperó nuevamente su sonrisa, aunque extrañaba mucho a su amigo David, a su maestra y a su abuelita.
Después de que salió mi niña del hospital la llevaron nuevamente a la casa hogar a esperar el juicio, le pedí que intentará compartir con los otros niños, además la trabajadora social nos dejaba ver a la niña todos los días para que no se sintiera mal.
El día del juicio había llegado Katherine y yo llegamos a la hora acordada al igual que mi amigo Rodrigo, lo extraño es que ni Lucrecia ni su abogado aparecieron, por lo que el juez fallo a nuestro favor y me dieron definitivamente la patria y custodia de mi hija como tenía que ser.
Esperamos la sentencia y había llegado el momento de ir por la niña ahora si para no separarnos nunca.
-Gracias Rodrigo, te agradezco mucho todo lo que hiciste por nosotros- dice Katherine muy sonriente.
-No me agradezcas Katherine, Sofía es una hermosa niña y aunque me sorprendí cuando José Luis me dijo que tenía una hija, lo ayude sin pensarlo, él es mi mejor amigo- responde Rodrigo.
-Gracias, amigo, espero que ya no te desaparezcas tanto- digo dándole un abrazo.
-No te preocupes tengo motivos para visitarlos más seguido, ahora vamos a la casa hogar por la niña-
Queridos Lectores...
Una disculpa no había podido seguir actualizando capítulos de esta hermosa novela por problemas personales, pero ya estoy de regreso.
Disfruten de esta hermosa historia, escrita con mucho cariño para ustedes.