Chispa: El Fuego De Una Pasión

A la mañana siguiente, Dereck se dirigió al hospital y se encontró en el pasillo con el enfermero, quien fue amable al preguntarle si estaba bien. El médico lo confirmó, pero terminó compartiendo la pésima experiencia que tuvo, arrancando algunas sonrisas de ambos. Algunas personas que trabajaban allí pasaban mirando a los dos y, a veces, incluso comenzaban a cuchichear. Dereck pensó que era mejor alejarse.

—No quiero causarte ningún problema; pueden comenzar a inventar cosas sobre ti si te ven conmigo —se justificó Dereck.

—No me importan esos chismes; me parece ridículo lo que están haciendo. Como te dije, mi hermano es gay, y no voy a actuar como si fuera algo contagioso —respondió el enfermero, demostrando comprensión y solidaridad.

Dereck sonrió y agradeció, pero realmente necesitaba irse. Antes de llegar a su sala, fue informado de que lo necesitaban en el quirófano, se trataba de un caso de emergencia. Guardó rápidamente sus pertenencias y se dirigió a la sala de cirugía.

El paciente era un hombre joven con un cuadro de apendicitis, ya recibiendo los primeros procedimientos cuando Dereck entró. Al acercarse al paciente, uno de los asistentes le tocó con el hombro, haciendo una señal con los ojos. Dereck no estaba entendiendo lo que quería decir y preguntó.

—No estoy entendiendo lo que quieres decir —expresó Dereck su confusión.

—El paciente, debe ser el tipo que te gusta. Esa es una de las ventajas de ser médico, ver y tocar el cuerpo del paciente, sin ninguna restricción —el asistente hizo un comentario inadecuado, provocando una reacción instantánea de Dereck.

Dereck apretó la mandíbula bajo la máscara, pero no iba a quedarse callado ante tal absurdo.

—El motivo de volverme médico es para salvar vidas. Si tú o alguien en esta sala piensa diferente, o está aquí por otro motivo, les pido que salgan. Aquí no es lugar para bromas y chistes innecesarios. Cada segundo puede definir la vida y la muerte de un paciente, así que concéntrense y hagan su trabajo. En cuanto a tocar hombres en el hospital, no necesito eso. Si no lo saben, existen varios allá afuera dispuestos a eso, algunos incluso se hacen los heteros, pero adoran gemir cuando están abajo.

Dereck dio esa respuesta y se giró en dirección al paciente, pidiendo el bisturí. El hombre se sintió avergonzado ante lo que él dijo y volvió también su atención a lo que necesitaba hacer. Dereck no escuchó ninguna palabra de nadie más, y todos parecían concentrados, proporcionando tranquilidad para que él trabajara.

Terminó la cirugía y pidió que otra persona continuara, cerrando y finalizando, ya que el paciente estaba bien y con los signos vitales buenos. Tan pronto como salió de la sala, Dereck pareció respirar aliviado, no por la presión de la operación, sino por salir de ese ambiente cargado.

Después de pasar por aquello, Dereck tuvo aún más certeza de su decisión y se dirigió a la sala del director. Tan pronto como entró, saludó al señor frente a él y fue directo al grano, sin rodeos.

—Sobre el hospital que mencionó que podría proporcionarme una transferencia, ¿cuál sería?

Antes de responder a la pregunta de Dereck, el director hizo otra pregunta.

—Ya que me estás preguntando sobre esto, debo presumir que tomaste la decisión de no presentar una demanda y salir del hospital?

—Pensé bien durante mi día libre, y los comentarios innecesarios y ofensivos que estoy escuchando no solo me dejan molesto, sino que creo que pasar por esto a largo plazo va a obstaculizar mi trabajo, que aprecio mucho.

El hombre se reclinó en la silla y habló con sinceridad y formalidad.

—Es una pena que todo esto haya sucedido. Sé que el hospital va a perder mucho con tu salida. Por otro lado, te entiendo, y mi consejo no es solo como director de este hospital, sino como amigo. Creo que lo mejor es comenzar en otro lugar; tal vez allí sea diferente de lo que fue aquí. Otro consejo es que no escondas quién eres. La curiosidad imprudente de muchos resultó en todo esto. Si crees que no hay nada de qué avergonzarse, simplemente déjalo claro desde el comienzo.

Dereck escuchó el consejo del director, pero hizo una pregunta.

—¿Y si soy tratado de la misma forma allá? Incluso si allí no hay un video circulando, aún pueden tratarme diferente, con las mismas bromas —Dereck se sentía inseguro.

—Puedes reportar a la dirección del hospital. Hoy en día, este tipo de cosas no debe afectar el trabajo de nadie. Dereck, si no hubiera un video tuyo y una acusación de acoso, ten la seguridad de que te apoyaría para seguir adelante. Solo estoy preocupado por cómo esto puede perjudicarte si este asunto va más lejos de lo que ya ha ido.

Él aún explicó que, incluso probando que nada de aquello sucedió, su nombre aún cargaría ese bagaje, lo que podría obstaculizar que él consiguiera un empleo en un buen hospital.

—En cuanto a lo que me preguntaste, el hospital queda en el lado sur de la ciudad. Mi recomendación sería para el UChicago Medicine; creo que conoces el lugar.

Realmente, Dereck sabía dónde era, pero ya estaba pensando que tendría que buscar otro apartamento, pues gastaría mucho tiempo con el trayecto. Aún sabiendo que aquello daría trabajo, aún tomó de vez aquella decisión y avisó al director.

—Puede proporcionar la transferencia; cuanto antes, mejor.

Dereck estaba decidido a salir de aquel hospital. Creía que era la mejor opción para él, principalmente después del episodio en la cirugía. Él no quería pasar por aquella situación nuevamente, además de no parecerle justo; aún sentía que aquello solo iba a perjudicarlo.

—Voy a hablar con el director de aquel hospital, y así que tenga una posición de él, te aviso. Pero puedo adelantar que, si yo te recomiendo, él va a aceptar.

Dereck agradeció una vez más, estrechó la mano del director y, enseguida, salió de la sala. Diferente de lo que imaginó que iba a sentir, acabó experimentando un cierto alivio por saber que iba a salir de aquel lugar. Si fuera necesario todo aquel cambio para que él tuviera paz, estaba dispuesto. Solo esperaba que el futuro reservara algo mejor para el lugar donde estaba a punto de ir.