La historia del niño Víctoria, que perdió a sus padres en la guerra, su ira y rencor alimentan su anhelo de destruir El Reino de las espadas benditas, sigue está novela oscura y el ascenso de Víctoria tomando el Reino y el dominio del mundo.
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Reino de sangre 2.11
Aquella chica estaba fascinada por Vex, nunca nadie en su vida había hecho algo por ayudarla.
Las gotas de sangre se deslizan por la espada hasta la punta de esta.
Vex se acercaría a ella hasta estar frente a ella, la chica estaba sentada en el suelo.
La chica se pondría nerviosa al estár frente a Vex.
Vez se quedaría parado mirando fríamente a la chica.
—Eres increíble,...... Realmente eres como mi héroe.
Vex sorprendió por la reacción de la chica, vuelve a guardar su espada, sigue caminando dándole la espalda a la chica.
La chica corre hacia el.
—por favor llévame contigo no tengo a dónde ir.
Vex contestará fríamente.
—No te necesito conmigo.
La chica se quedaría en aquel lugar.
Vex no podía dejar a aquella chica a su suerte.
—Sabes usar una espada.
—No.
—La vida que llevo me hara enfrentarme con ejércitos y personas fuertes, estarás dispuesta a morir
Aquella chica miraría a los ojos con gran admiración.
—si.
—Como te llamas no me has dicho tu nombre.
—Me llamo Sara.....¿Cómo se llama usted?.
—Vex.
Vex y Sara regresarían al pueblo, los guardias reconocerían a Vex y lo dejarían entrar junto con Sara.
Vex regresaría al gremio para terminar el encargo, le pediría a sara que esperara a fuera.
Sora llamaría la atención por su apariencia, sucia y su vestimenta rota.
Los dientes de sangre pasaban por casualidad, verían Sora y se acercaría.
—Oye este lugar no es para estar mendigado.
—Eres muy guapo, que tal si me acompañas a darnos un baño.
Sora está asustada por la situación.
El jefe de los dientes de sangre, intentaría tocarla, pero su mano es destinada por Vex.
Los dientes de sangre asustados por la presencia de Vex, escaparían de vex.
El corazón de Sora está latiendo con rapidez, y su mirada no la puede apartar de Vex, su admiración hacia el
aumentaba.
Vex antes de ir a la posada pasaría por una tienda de ropa.
—¿Que hacemos aquí?.
—¿Necesitas ropa nueva?.
—¿No necesito ropa nueva estoy bien con que me lleves contigo?.
—Si vas a estar conmigo no puedo dejarte con esa vestimenta.
Era la primera vez que Sora entraba en una tienda, miraba curiosamente la tienda, se acercaría a mirar de cerca aquel vestido azul que llamaba su atención.
Vex se daría cuenta que Sora no estába al lado suyo preocupado miraría a todos lados, y encontraría a Sora, miraría como a Sora le gustaba el vestido azul.
—Disculpe, señor nos llevaremos ese vestido en su talla.
—A la orden.
Sora sorprendida por aquel gesto de Vex.
—¿Porque se toman las molestias en gastar dinero en mi, soy una persona que no vale nada?.
— Acaso no entendiste lo que te dije, tomaste la decisión de seguirme aún cuando te dije, el peligro que significaba, serás mi arma en mi venganza?.
Las lágrimas de Sora caerían al suelo dejando un pequeño charco, era la primera vez que una persona le diría que es importante para el.
Después de dejar la tienda, Vex y Sora llegarían a la posada.
—Este es el baño, toma un jabón y una toalla y date un baño, cuando acabes ponte tu vestido nuevo, te esperaré afuera.
"Porque tarda tanto, lleva mas de una hora en el baño, la comprendo seguramente es difícil para ella".
Saldría Sora del baño, Vex quedaría asombrado por lo bien que se veía aquel vestido azul, es como si fuera una mujer de alta sociedad.
Avergonzada Sara diría:
—Como me Veo.
—Te ves hermosa.
Sora bastante avergonzada por aquella respuesta.
—Bueno no te quedes ahí vamos a comer.
Sora seguiría a Vex hasta la mesa y vería un gran banquete.
—Come todo lo que quieras, seguramente fue difícil para ti.
Sora comería como si no hubiera un mañana, lloraría de la felicidad porque al fin comería comida decente y no la comida fría que le daba su madrastra.
Después vex la llevaría a su cuarto, Sora emocionada se acostaría en su cama se hundió como si fuera una nube, ya no tendría que dormir en paja ni mucho menos tenía que despertarse con los gritos de su madrastra, cerro los ojos y rápidamente dormiría.
Vex la observa, parecía una niña pequeña, apaga las velas y cerraría la puerta.