Lo Que Nos Une

Después del tenso intercambio con Enzo y Angelo, la fiesta de cumpleaños de las gemelas Luna y Selena continuó, aunque el ambiente se había cargado con una mezcla de tensión y alivio. Las niñas, en sus deslumbrantes vestidos temáticos del universo, reflejaban estrellas y galaxias en sus telas. Sus cabellos rubios, adornados con lazos brillantes, resplandecían bajo el sol, realzando sus ojos que recordaban un atardecer fascinante.

Mientras los invitados disfrutaban de las actividades, Lucas, aún con las estrellas pintadas en su rostro, se mostraba más reservado. La presencia de su padre y su tío Angelo lo había afectado visiblemente. No obstante, las gemelas, con su carácter fuerte y protector, se mantuvieron a su lado, asegurándose de que se sintiera incluido.

-Lucas, ¿quieres ayudarnos a encontrar el 'Tesoro del Cosmos'?- preguntó Luna, ofreciéndole una sonrisa reconfortante.

-Claro, ¿cómo jugamos?- respondió Lucas, su voz mostrando un atisbo de entusiasmo.

La búsqueda del tesoro llevó a los niños por todo el jardín, resolviendo acertijos y encontrando pistas que los llevaban a la siguiente estación. Observaba desde lejos, impresionada por la manera en que las gemelas lograban mantener un ambiente alegre y cómo Lucas gradualmente dejaba atrás su timidez.

Mientras los niños estaban ocupados, aproveché para conversar con los otros padres, manteniendo un ojo en la seguridad del evento. La presencia de Enzo y Angelo había sido un recordatorio de la constante vigilancia que debía mantener.

A medida que el día avanzaba, la fiesta alcanzó su punto culminante con una piñata en forma de cohete espacial. Los niños, turnándose, intentaban romperla mientras otros cantaban y animaban. Lucas, alentado por las gemelas, tomó el palo y con unos golpes firmes, liberó una lluvia de dulces y pequeños juguetes. La alegría en su rostro era genuina, un raro momento de despreocupación en su joven vida.

Después de la piñata, llegó el momento del pastel, un impresionante diseño que representaba un paisaje galáctico. Las gemelas, emocionadas, soplaron las velas mientras todos aplaudían.

-¡Gracias a todos por venir!- exclamaron juntas, irradiando felicidad.

Lucas se acercó a mí cuando la mayoría de los invitados se habían ido.

-Gracias por invitarme-, dijo con una sonrisa tímida. -Me divertí mucho hoy - hizo una pausa y volvió a mirarme - y por dejar que las gemelas me defendieron

-Me alegro de que lo hayas pasado bien, Lucas. Siempre eres bienvenido aquí, y obviamente las iba a dejar, y si no te defendia lo haria yo... conozco a tu padre ya que hemos echo negocios juntos, asi que no le tengo miedo... vueve cuándo quieras y nusras purtas estaran abiertos - le respondí, devolviéndole la sonrisa.

Luego de un rato las camionetas negras volvieron 6 lucas se fue antes de que alguien bajara de ellas, las niñas se despidieron con las manos y luego corrieron a abrir sus regalos con ayuda de los guardaespaldas

Una vez que la fiesta terminó y todos los invitados se fueron, me quedé pensando en los acontecimientos del día.

Había sido un cumpleaños memorable, no solo por la celebración en sí, sino por los momentos de valentía y carácter mostrados por las gemelas y Lucas.

A pesar de las dificultades y los desafíos, el día terminó con una nota de esperanza y alegría, recordándome la resiliencia y la fuerza del espíritu humano, incluso en los más jóvenes.

pero también el peligro inminente que afrontamos las niñas y yo cada ves que alguien me ve en persona ...