Reencarné Como Dios Demonio

Punto de vista de Primera.

Luego de seguir las instrucciones de aquel ser, utilizo parte parte de tela para tapar mi cuerno, es algo largo, incluso cubierto se ve extraño.

— Señorita primera ¿Qué hacemos ahora?—. Me pregunta ella.

— Mika, debemos viajar al norte, un viaje largo seguramente ¿Estás lista?—.

— Si—. Responde con una sonrisa.

Me gustaría saber que planes tiene.

Al mirar hacia atrás mientras abandonamos la zona de comerciantes me hace pensar que ya no hay vuelta atrás.

No soy una humana, ahora pertenezco a otro mundo.

Ahora soy Primera, sirvienta de un nuevo señor, no un rey, un Dios.

Debería sentirme bendecida de este resultado, si...

Me duele la traición del rey, me duele no poder culparlo, en su posición haría lo mismo, me duele saber en carne lo que hacen con nuestra raza.

Pase varios días escuchando gritos, súplicas, llantos, sonidos de como algunas eran ultrajadas, algunos de ellos morían, ellas eran llevadas.

Los varones no tenían posibilidad de sobrevivir, las mujeres... La alternativa no es mejor.

¿Por qué esperó tanto tiempo? Si llegaba días antes pudo salvar a muchos otros.

No.

Debe tener una razón.

Que su apariencia no te engañe, alguien de su calibre a esa edad no existe.

La forma de combatir no es inferior de un experto, un maestro en combate.

Algo que sería imposible conseguir sin mucho entrenamiento.

Debe tener sus motivos de mostrar esa apariencia.

— ¿Estás triste?—.

— No, nada de eso, solo estaba pensando ¿Estás cansada?—.

— No, no estoy cansada—.

— Eres una niña muy fuerte—.

Ahora estamos en los campos, algunas casas y animales como las liebres saltando en las zonas verdes.

Por una ventana, un niño me observa fijamente, me parece familiar.

Ojos claros, su pelo tapa una parte de su frente.

Creo que lo ví en algún lado.

Imposible, alguien del campo...

Debo estar confundida.

...

Finalmente llegamos a un río, cerca del lugar una cueva.

— Deberíamos entrar—.

— Una cueva, que genial—.

Al ingresar, una figura más grande que nosotros nos impide el paso.

— Un oso... Lo entiendo—.

— Cuidado, tiene garras—.

— Probaré mi fuerza con esta bestia, haz un paso atrás Mika—.

— Ten mucho cuidado Primera—.

— Si, tengo confianza, no pasará nada—.

Una raza nueva, un cuerpo nuevo, una fuerza nueva.

A pesar de su amenaza, sus gruñidos y mostrar su altura, no cedo ni un milímetro.

Intenta golpearme con uno de sus brazos.

Evito sus garras y con un brazo me cubro de su golpe.

— Primera—.

El oso quita rápidamente su brazo, al revisar mi cuerpo, no veo ni siento heridas.

— Es mejor de lo que pensé—.

—¡Woow!—.

— Si, siento lo mismo—. Correspondo a su asombro.

Basta un par de golpes para tumbar a la bestia frente a mí.

Esto es, posiblemente preparado por Dios para probar mis nuevas habilidades.

— Bien hecho Primera, como se esperaba de ti—.

Al oír esa voz, doy media vuelta y al verificar quién era, me arrodilló ante él.

— Le agradezco su amabilidad, completé sus exigencias ¿Hay algo más en lo que pueda ayudar?—.

— Tengo un plan, quiero crear una nueva ciudad, una de demonios, invadiremos a los humanos con la excusa de hostilidad y le echaremosla culpa a los elfos y razas que estén parasitando el pueblo—.

— Mi... Mi Dios, crear una ciudad yo sola será algo complicado, incluso con mi fuerza es...—.

— ¿No te crees capaz? ¿Qué necesitas?—.

— Materiales, personal, mano de obra y también tiempo —.

— De acuerdo, te ayudaré con el personal, traeré a nuevos demonios infernales, tienes tiempo de por lo menos unos años, pero también hay cosas que quiero—.

— ¿Podría usted decirme que cosas son?—.

Al mirar a mi costado Mika también está arrodillada, bien hecho, aprende rápido.

No me había dado cuenta.

— Lo que quiero son dos cosas, la primera que tengan agua, comida y cobijo—.

Tenemos el río, ahora tenemos un oso y deberíamos cazar para comer, también podríamos criar ganado, pero necesitamos una estructura para ello, cobijo... Podríamos utilizar la cueva temporalmente.

— Y la otra es un horno—.

— ¿Un horno?—.

— Si, aún no puedo decir para qué—.

— Lo entiendo, cumpliré sus exigencias con profesionalidad—.

¿Para qué un horno?

Espadas, herramientas... Basta con ir al pueblo y comprarlas.

No es eso, no sé me ocurre que puede ser.

— ¿Cuál es tu nombre?—. Pregunta apuntando a Mika.

— Soy Mika, no tengo apellido, un gusto conocerlo—.

— El gusto es mío pequeña, por el momento te necesito como humana ¿Estás de acuerdo con eso?—.

— Quiero ser un demonio como Primera—.

— M-Mika no...—. Intento llamar su atención por su respuesta.

— Te prometo que te volverás uno, pero debes ganarlo ¿De acuerdo?—.

— ¡Sii! ¿Que tengo que hacer?—. Exclama saltando de alegría.

— Mika, modales—. Le susurro.

Su actitud cambia a una más recta.

— Pronto te daré una misión... ¿Y aquel niño?—. Señala al joven golpeado.

— Aún no despierta, parece estar dormido, su vida no está en peligro, se recuperará pronto—.

Dije algo tonto, seguro él ya lo sabe.

— Él también tendrá una misión, esperen instrucciones, Primera—.

— ¡Si!—.

— Te deseo suerte—.

— Me honra sus palabras—.

...

Punto de vista de Ciel.

Sabía que pasarían por esa calle, creí que me reconocerían por la ventana y me puse algo nervioso.

Necesito un horno para experimentar con mis cuernos, un material tan duro, si pudiese obtener un arma de esto sería perfecto.

No sé sabe cuándo enfrentaré a un enemigo complicado.

Necesito un lugar a donde escapar, aquí no es seguro.

Necesito ayuda, solo no podría enfrentarme a tantas razas.

Necesito que crean que soy un Dios, la religión es el apio del pueblo.

Una herramienta política.

Estudie mucho sobre esto, basta con decir "Dios aprueba esta guerra" para que cualquier pecado cometido sea perdonado y tolerado.

Primera es una buena aliada mientras que lo crea.

Un Dios existe si alguien cree en el, los humanos los crean.

Si algo me enseñó Kung fu panda y el rollo del dragón es que "Para que algo sea especial, debes creer que es especial".

El entretenimiento también es fuente de valioso saber.