- "el cristal es frágil, tu corazón también lo es, eso quiere decir que sos frágil como el cristal"-
Alma Baez, dueña y chef pastelera , de una de las confiterías más exclusivas de la ciudad, por decisión de ella, y debido a un desafortunado incidente, que la llevó a no creer más en el amor, se habia vuelto una intriga, nadie la conocía personalmente.
Federico Alcaraz, millonario y arrogante, debía casarse en un año, para ser el dueño de las acciones de la empresa familiar, nunca se habia enamorado.
Podrá enamorarse de una mujer que lo rechaza?
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capítulo 8
Al día siguiente, Federico, decidió pasar por la confitería, Ana por supuesto lo recibe con su mejor cara...,- otra vez sopa, acá lo tenemos de nuevo-.
- buenos días.
- buenos días, aquí llego nuestro cliente estrella. Ya le asigno a una de las chicas para que lo atiendan.
- muchas gracias, espero con gusto.
- buen día, señor, soy Gala, en que lo puedo ayudar.
- Gala, me encantaría probar otra cosa, ya comí muchas galletas, algo, más exótico, intrigante, algo parecido a la creadora de estos sabores exquisitos.
- este budín es lo último, es de vainilla, flores de lavanda y un ingrediente secreto que solo Alma lo sabe.
- secreto como Alma Báez, me gusta, probar este budín, sería como probarla a ella?
- no lo entiendo señor, a que se refiere...
- bueno, vos la conoces, pregunto, que tanto, todas estas exquisiteces, saben a Alma Báez?.
Gala mira a Ana, que estaba observando y escuchando atentamente, pero no intervenía en nada.
- ella está en todo lo que aquí se expone, señor llevará el budín?
- si lo llevaré, es el último en salir?, así me gustan último y secreto. No podrías decirme a que hora sale, la señorita Báez, quisiera felicitarla...
Ana ya cansada de toda esa actuación, interviene.
- permítame señor, la empleada no puede dar, ese tipo de información, le vuelvo a repetir, y quizás con esto se convenza, que Alma Báez, no tiene ningún tipo de contacto con los clientes. Ella solo crea, cocina y nada más.
- es raro, tanto secreto, tanta intriga, pareciera que está huyendo de la ley. ¿No cocinaría desde la cárcel verdad?
- no señor, no tiene ningún problema, de
las cosas que usted describe. Llevará el budín entonces?
- ah, el budín, me había olvidado, si, lo llevo.
- bien, Gala, lleva el budín, envolvelo y cobrale.
- perdón, una consulta más, de Maria ni noticias?
- no, por aquí no apareció más, si me disculpa, tengo cosas para hacer, que tenga buenos días.
Alma ya estaba esperando a Ana, del otro lado, la voz de Federico, se le hacía conocida.
- pero que le pasa a este hombre?, hoy estaba raro.
- te dije, hay que tener mucho cuidado. Tengo la espina, que algo sospecha.
- es intenso, pero vos sos una perseguida. Ahora que me acuerdo, hoy mi marido y mi hijo, van a ver un partido de fútbol por la noche, querés ir a cenar conmigo?, hay un restaurante de cocina fusión que me recomendaron y mucho.
- dale me encanta, sabes que me gusta ver la creación de otros, me ayuda mucho a mi creatividad.
- yo necesito ir primero por mi casa, me cambio y voy para allá, tipo 20.30 hs.
- yo algo tengo aquí guardado creo que deje un mono, verde agua, dale 20.30 nos vemos.
El día transcurrió sin sobresaltos. A la hora de cierre, salen todos, menos Alma.
📱- buenas tardes, alguna novedad?
📱- no señor, ya todos salieron, pero la señorita Báez se quedó en el local.
📱- ok, téngame al tanto.
Cerca de las 20.00 hs, el garaje se abre, y Alma sale con su auto. El detective directamente llama a Federico.
- señor, la señorita acaba de salir.
- bien, seguila quiero saber a donde va a esta hora.
El detective la sigue, Alma va tranquila, no hay nada porque sospechar. Llega al restaurante, estaciona y baja, afuera la estaba esperando Ana.
- ese mono te queda hermoso, con el color de tu piel. Entramos, ya tengo la mesa reservada
- dale, gracias, vos también estás muy linda.
El detective espera que ambas entren y vuelve a llamar a Federico.
- señor, las señoritas se encontraron en un restaurante.
- pasame la ubicación ya salgo para allá, quedas liberado, muchas gracias.
- amigo, ya las tengo, acompáñame, hoy empieza el juego, y te necesito.
- bien, menos mal, ya tenía hambre y aburrimiento de estar aquí a solas con vos.
El restaurante parecía muy acogedor, tenía muy buena decoración y la iluminación era muy tenue, lo que lo hacía mucho más íntimo.
Ana y Alma, miran en detalle la carta Ana es menos sofisticada en gustos que Alma, así que pide un plato simple, acompañado por una buena copa de vino blanco. Alma buscó un plato con muchos sabores de distintas especias, acompañado por una copa de vino tinto Cabernet. Ambas hablaban y reían, ignorando todo lo que las rodeaba, Federico y Pedro, las veían desde la barra.
El mozo trae los platos. Ambas comienzan a comer.
- muy ricos los platos, menos mal que no resultó un fiasco como el bar ese carísimo.
- si, mi plato es más simple, pero riquísimo.
Ana levanta su vista y se queda callada. Alma nota que su amiga no hablaba la mira, y la encuentra mirando a través de ella como si hubiese visto al diablo.
- Ana que te pasa?
- buenas noches, Maria.
Alma queda paralizada, mirando fijo a Ana. Federico se coloca a un costado y separa una silla que estaba en la mesa.
- perdón, puedo sentarme?
Alma, es la primera en reaccionar...
- Federico, que coincidencia, nos volvemos a encontrar.
- si sinceramente la coincidencia, es verte aquí , en un lugar muy caro, junto a la persona encargada del local que te despidió. ¿Vinieron a arreglar la indemnización?
- no, es que a pesar de todo, quedamos muy amigas con Ana. ¿Verdad Ana?
- así es señor Alcaraz, Maria es una buena chica más allá del trabajo.
- ahhh, que bien, pero tengo una duda..., como podés pagar este tipo de gustos, que son muy costosos, ni hablar de la ropa que llevas puesta, que dicho sea de paso, te queda espectacular, como puede costear eso una simple empleada de mostrador?, podés quitarme esa duda Maria, o tengo que llamarte, Alma Báez?.
Alma quedo mirando fijo su plato, Federico Alcaraz la había descubierto. Ana se puso muy nerviosa, no le salían las palabras para proteger la identidad de su amiga.
Alma empieza a reír…
- te creía más inteligente, tardaste demasiado en descubrirlo.
- puede ser, los años te van poniendo un poco lento, pero sabes que es lo que me intriga?, lo que se habrán reído ustedes 2 de mí.
- no, para nada.
Alma mira a Ana, y esta trata de evitar reírse.
- por la cara de tu amiga, se reiría ahora, pero es muy educada.
- nada que ver, Anita siempre tiene como premisa, primero el servicio, no es así Anita?, contale que vos tratás así a todos los clientes...
- así es señor, yo soy igual con todos y no me río de nadie.
- perdonen, pero tengo mis motivos para dudarlo, igual, chicas, relájense, ahora podemos reír todos juntos..., Alma Báez, el fantasma, que buen marketing para atraer clientes...
- bueno, espero seguir manteniendolo así.
- pero ni lo dudes, si vos sos buena conmigo, yo seré bueno con vos.
- no me gusta ese comentario, a mí nadie me condiciona. Me parece que tenés que ser menos arrogante, o al menos, saber con quién serlo.
- eso me gusta de vos, te descubrí el secreto y así y todo, seguís entera, que maravillosa mujer...
- estoy tranquila cualquier cosa que puedas decir, desde nuestra empresa lo vamos a desmentir. No hay fotos, nada subido a las redes, no hay manera de cotejar.
- mira hacia tu izquierda, ese con el celular, es mi amigo Pedro, está filmando esta hermosa reunión, ah y también hay otra prueba, que lastima, siempre uno deja cabos sueltos, el archivo de tu documento.
- de verdad, Federico, crees que ganaste?, no ganaste nada, uno gana cuando logra, no cuando intimida, así gana cualquiera.
Federico, empezaba a admirarla, era una guerrera, sin gritar, sin comportarse caprichosamente, ahí, tenía a Alma, luchando su batalla.
- quiero hablar con vos, a solas.