El Trono Robado

Definitivamente no lo es.

Estuvimos practicado hasta que llegaron los chicos con mi amiga y su hijo.

En ese momento fue en donde nos detuvimos.

— Hola a todos! ¿Cómo les fue entrenando? — Preguntó Alex.

— Mal, no se en que momento pensó este hombre en que podría practicar con esta arma — Dije mientras miraba de reojo a Bastian.

Él no dijo nada, simplemente ignoró lo que dije y se dirigió donde sus amigos.

— Vinimos para a comer, nosotros avanzamos demasiado con la casa. Si seguimos con esta rutina en esta semana terminaríamos pronto. — Dijo Ed.

Entramos todos a la casa en donde cada uno se ubicó en la mesa.

Erik se quedó en las piernas de mi amiga mientras ella se acomodaba para comer.

Todos nos sentamos en la mesa menos Ed, ya que él se dedicaría a preparar la comida.

Frente mío se encontraba Ryan, creo que yo no le agrado, aún que no he hecho nada para que eso pase.

Ed nos preguntó nuestros gustos para preparar la comida, pero no tenemos preferencia a nada.

Trajo a la mesa unos platos arroz con pollo, y preparó un plato espacial para Erik, que era una papilla de lo que nosotros vamos a comer.

Me dirigí la primera cucharada a la boca.

Exisito. La comida estaba muy buena.

— Ed, está muy buena la comida. ¿Hace cuanto tiempo descubriste que cocinabas tan bien? — La pregunté, de alguna manera se tuvo que enterar que tenía cierta habilidad a la cocina.

— No tengo idea — Respondió él — Desde que era joven estaba acostumbrado a cocinar. Las personas que me acogieron eran chef, por lo que me enseñaron técnicas y recetas.

Eso tenía mucho sentido.

— ¿Puedo preguntar algo? Puede que sea incómodo — Le pregunté.

— Pregunta para saber si es algo incómodo — Me contestó.

— ¿Tú ya no estás con las personas que te acogieron?

— No

— ¿Por qué? ¿Algo malo les pasó?

— Fallecieron poco después de que cumpliera doce años. Estuve solo tratando de sobrevivir hasta que conocí a Bastian. Cuando lo conocí Ryan ya estaba con él.

— Que triste que haya pasado eso ¿Ya te encuentras mejor?

— Si, estar con ellos — Dijo mientras miraba a el grupo de hombres — Me ha sanado, son la mejor compañía.

— Que bueno — Le contesté — ¿Cuando fue que conociste a Bastian junto con Ryan?

— Los conocí a la edad de quince más o menos — Dijo mientras miraba a sus amigas para ver si es que no se esquivocaba.

Wow, llevan mucho tiempo conociéndose.

— Dijiste que conociste a Bastian, pero que él y Ryan ya se conocían. — Miré a la persona que se encuentra frente a mí. — ¿Desde cuantos e conocen ustedes dos?.

Ryan no me dirigió la palabra.

— Desde los siete años aproximadamente — Dijo Bastian mientras miraba a su amigo — ¿O me equivoco Ryan?

— No te equivocas, nos conocemos desde los siete años más o menos — Rspondio el amigo.

— ¿Cómo se conocieron? Por qué tuvieron suerte de llevarse tan bien a tal punto de que sean muy unidos.

— Nos conocimos por familia — Dijo Ryan.

— Ahora que lo pienso, tus ojos son únicos Bastian ¿Alguien de tu familia también los tiene? — Le pregunté

— Si, mi madre los tenía. Son bastante especiales — Contestó — No me gusta hablar de ese tema, quizá podemos hablar de otra cosa ahora.

No dije nada, al parecer no quiere que le pregunte nada de su madre.

— Bueno… — No sabía que decir, tampoco soy buena con las palabras — ¿Cómo les fue hoy en la remodelación?

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Estuvimos hablando de otros temas durante toda la cena. Fue bastante divertido todo, el ambiente también fue muy bueno durante toda la comida.

— Adiós, nos vemos mañana — Les dije mientras me despedía agitando la mano.

— Adiós a todos — Dijo mi amiga.

— Adiós, que les vaya bien camino a su casa — Dijo Ed mientras se despedía en la puerta.

El resto de los hombres estaban ordenando y limpiado. Ed era el único que se encontraba depcupado, por cierta regla que tenían. El que cocina no lava.

Con mi amiga nos dirigimos a la casa.

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Llegamos a nuestra casa, donde estaba todo muy limpio, tal y como lo dejamos.

— Cuéntame tú ¿Cómo te sentiste hoy junto con ellos? ¿No te molestaron?

— Ay amiga, tan preocupada que eres. Me fue muy bien, todos son muy respetuosos.

— Que bueno, porque si no son buenos yo misma voy de noche a su casa y los asesino. Ya me enseñaron a usar una daga.

— ¿Pero no dijiste que la daga no es tú habilidad? Jajaja.

— Bueno, los mato con el arco — Dije tratando de defenderme. — Lo bueno es que no uno fue mal, así que no necesito hacerlo.

— Jajaja, claro. Voy a ir a acostar a Erik. Ha estado durmiendo desde el inicio del trayecto a la casa.

— Ya! Te deseo suerte para que no se despierte — Le dije.

Nos despedimos en la puerta de cada una. Al entrar a la mía lo primero que hice fue lanzarme a la cama.

¿Desde qué momento mi cama se veía tan bien? No me quiero volver a levantar de aquí nunca más.

Mientras estaba acostada empecé a pensar.

Bastian conoce a Ryan desde que él tenía siete años, a Edmont desde que Ed tuvo quince. ¿Cuántos años tenía Bastian?

Bastian tiene veintiún años y Edmont tiene veinticuatro. Significa que conoció a Ed a los doce. ¿Qué era de Bastian en esa época? Era muy joven para que esté solo por el mundo.

¿Y Alex? Creo que mi tarea de mañana es saber cosas de él, más sobre su vida porque creo que hasta ahora no se nada de él.

Siento algo duro en mi bolsillo, decido sacar lo que tenía dentro, porque no recordaba que era lo que era.

La daga, la daga que me regaló Bastian. Ahora que la miro de cerca es bastante linda, tiene unos diseños únicos.

¿Únicos?

Creo que los he visto en alguna otra parte, pero ¿En dónde era?

Levanto la vista de la daga y empiezo a mirar a mi alrededor.

Mi vista se fija en un objeto dentro de mi habitación.

El arco.

Mi arco.

Tiene los mismos diseños. Me levanto de la cama y me dirijo directamente al arco, lo agarro y empiezo a compararlo con mi nueva arma.

El diseño es el mismo. ¿De dónde lo habrá sacado? No creo que mi padre haya tenido un arco de cualquier lugar.

¿Quizá sea una edición limitada? ¿Un Pack?

No tengo idea, le voy a preguntar mañana.