El Rey Demonio Y La Princesa Hada

Áine recién despertaba, una doncella le avisa, la princesa Xadie la invitaba a tomar el té junto a las damas en la tarde. La chica accede, era una buena oportunidad para hacerse conocer en la sociedad noble de Hellion. Se viste para entrenar y sale al campo de entrenamiento, los soldados que se encontraban en el lugar se asombran de verla, uno de ellos se acerca.

- Señorita, éste no es lugar para que esté, se puede lastimar- se burla el demonio.

- Cuidado, Sir, quizás el que salga lastimado sea otro.- Áine levanta una ceja y lo reta- si tan seguro está de que una dama no puede vencerle, ¿qué le parece si tenemos un duelo?

Los soldados se reunen a mirar la escena, el demonio la mira con burla.

- Lady, si sale lastimada, no me hago responsable- se gira y busca unas espadas de madera y tiende una a la chica.

A lo lejos, Xander miraba la escena, se acerca un poco, no quería perderse lo que estaba por pasar, a demás, tenía curiosidad, había escuchado de las habilidades de la princesa, incluso la había visto cuando dirigía el entrenamiento de sus hombres, pero nunca la había visto en acción. Presentía que sus soldados estaban por llevarse una lección.

Áine toma el arma y la mira ceñuda, señala al demonio y le dice.

- Sir, será mejor que use usted una espada real, no quisiera que perdiera el arma tan fácil- los demonios se ríen.

- Señorita, desista de éste reto.

- Señor, si tiene miedo, entonces dígalo, seré condescendiente con usted.- Áine dice fingiendo pena- Mire, se me ocurre algo, hagamos ésto más entretenido, si usted pierde, tendrá que tirarse al suelo y pedirme perdón, si usted gana, haré lo que me diga.

El soldado la mira con malicia y acepta, se dan un apretón de manos, dan unos pasos y se posicionan uno frente al otro, asienten y así comienza el combate. El demonio se acerca rápido y la ataca, pero la chica con facilidad lo esquiva, da una vuelta, se coloca detrás del demonio sin que él la vea y le toca el hombro para llamar su atención. El soldado siente el toque y se gira, a penas se había percatado del cambio de lugar que había hecho la chica, vuelve a atacarla, ahora intenta hacer una finta a la izquierda, pero Áine vuelve a esquivarlo, da un ligero salto y vuela de cabeza sobre el demonio. Todos miraban hipnotizados a la chica, parecía que sólo se estaba burlando de él, éste se veía ya molesto y comienza a atacar más agresivamente. La princesa evita los ataques con la espada y en un rápido movimiento chocan las armas, la del demonio se rompe con el golpe, la pelirrosa le pone un traspié al soldado provocando que caiga y lo apunta desde arriba con la suya. El silencio se hace en el campo de entrenamiento, el rey se va acercando, los Demonios comienzan a aplaudir y celebrar a la princesa, el soldado no se lo podía creer, desde el suelo la mira.

- Sir, ya que está en el piso, puede cumplir su parte de la apuesta. Estoy más que dispuesta a escuchar sus palabras de disculpa.- pero la chica le tiende la mano para ayudarlo a levantarse- lo de hacerlo en el suelo era sólo una broma, pero aún así espero escucharlo, venga, levántese.

El soldado toma la mano de la princesa y sin esperarlo, se arrodilla ante ella. Los soldados hacen silencio.

- Lady, disculpe mi estupidez, tiene usted todo mi respeto, jamás volveré a subestimar a una dama. Juro que si algún día necesita mi ayuda, aquí estaré.- Áine hace una leve inclinación de la cabeza en señal de respeto al soldado.

- Sir Rodric, parece que ya conoció a mi prometida, la Princesa Áine Forest.- Los demonios se inclinan ante el rey y se asombran al escuchar sus palabras.

- Majestad, buenos días, sus chicos y yo entrenábamos un poco, no puedo descuidar mis habilidades.- Áine se le acerca sonriente, el rey le besa la mano y la mira coqueto.

- Veo que sus hazañas son más que un cuento de camino. Es usted impresionante, pero fue un poco injusta con mi hombre, pude percatarme que sólo estaba jugando con él.

- No quería ofender a Sir Rodric, sólo buscaba entretenerme un poco.

- Majestad, la culpa fue mía, espero me perdone la insolencia.- Sir Rodric se notaba arrepentido. La chica se le acerca y le da unos toques en el hombro.

- Venga, que le voy a enseñar algunas técnicas, con su permiso, majestad, entrenaré un rato con sus hombres.

- Mi pequeña hada, ellos serán sus hombres también, no lo olvide, puedes entrenarlos a tus gustos.- Áine asiente y se marcha junto a los soldados.

La mañana transcurrió sin más inconvenientes. Para el final del entrenamiento, la joven ya se había ganado el respeto de los demonios, la admiraban por sus habilidades, su técnica, la destreza que tenía y lo disciplinada que era. Áine se despide y promete entrenar con ellos en otra ocasión, se marcha a su habitación, necesitaba prepararse para el siguiente combate.

En su camino al palacio de la princesa, Áine iba pensativa, tanto que no se dio cuenta de la presencia de aquel que la jala hacia dentro de una habitación. La empuja contra la puerta cerrada y los labios desesperados del rey la besan, el demonio le aguanta las manos sobre su cabeza y la sujeta con fuerza. Siente como su boca es invadida por la lengua ajena y como le sube una pierna con la mano y la coloca a la altura de la cadera del azabache, ella la engancha al cuerpo de él y la deja ahí. Xander mueve su mano por debajo de la falda del vestido y con la palma de su mano acaricia la suave piel del muslo de la chica, el beso era ardiente y posesivo, se separan con sus respiraciones agitadas.

- Hola a ti también- dice Áine tratando de regular su respiración.

- Discúlpame si te asusté, pequeña hada, pero verte en la mañana y no poder besarte se me hizo difícil.- El demonio le acaricia la cara.- esta noche tengo preparada una cita para nosotros, te mandaré a buscar.

El Rey la suelta despacio y la ayuda a arreglarse, ella le deja un rápido beso y le dice que con gusto irá al encuentro. Áine y Xander salen de la habitación y cada uno sigue su camino. La princesa Xadie ya la esperaba junto a otras damas, éstas se levantan y hacen una reverencia, Áine les devuelve el saludo.

- Señoritas, les presento a la Primera Princesa de Azavil, Áine Forest- Xadie le presenta a las jóvenes.

La chica se sienta y comienzan a hablar, las jóvenes tenían curiosidad por el Reino de las Hadas, ya que ninguna había salido de la ciudad. Áine les cuenta cómo era y las tradiciones que tenían, su cultura y costumbres. Todas, o casi todas la escuchaban atentas, a excepción de dos o tres que habían decidido ignorarla.

- Lady Raider, he escuchado que el rey piensa anunciar su compromiso pronto, ¡Qué emoción, debe estar muy feliz!- Xadie y Áine se miran y comienzan a reírse, la demonio que había habíahecho el comentario las mira extrañada- altezas, si pudieran compartir con nosotras el comentario gracioso.

- Señorita Brown, es que nos pareció gracioso que dijera que la Señorita Raider es la futura prometida de mi hermano.

- Princesa, mi padre me dijo que el rey iba a pedir mi mano y seguramente lo hará oficial ese día.

La que hablaba era una bella demonio de ojos amarillo y cabello blanco como su piel, de su cabeza sobresalían dos pequeños cuernos rojos como sus labios, en su espalda tenía pequeñas alas de demonio, sin duda era una bella joven. Áine la mira molesta, se imaginaba que iba a tener que lidiar con ese tipo de situaciones, pero no lo esperaba que fuera tan pronto.

- Quizás su padre esté padeciendo alguna enfermedad de la mente, Lady Raider, el rey sí celebrará su compromiso, pero su prometida es otra.- Áine la mira fingiendo inocencia.

- Princesa Áine, parece que a usted no la educaron bien, ¿cómo va a dudar de la palabra de mi padre que es ministro de finanzas, alguien cercano al rey?- la chica se veía ofendida.

- Señorita Luci, mis modales y mi educación al parecer fueron mucho mejores que los suyos, que anda difamando información del rey, cuide sus palabras, o le puede costar muy caro, la prometida del rey será otra dama, no usted, el rey tiene muy buen gusto, por cierto- dice la pelirrosa con mucho orgullo.

Las chicas que estaban de parte de Áine comienzan a murmurar entre ellos.

"Mi abuelo me contó que el rey se iba a casar con una extranjera."

"Mi padre es amigo de uno de los ministros, le dijo que la joven era una hada, ¿será que es la princesa?"

"Mi hermano es amigo de Dorian, éste le dijo que el rey se veía muy entusiasmado con su futura prometida, que era alguien de otro reino."

- Señoritas- Xadie llama la atención de todas.- Si no presenté a la princesa como mi futura cuñada, fue porque aún no se hace oficial, pero ella es con quien mi hermano se casará.

Todas las chicas vuelven a hablar entre ellas, algunas felicitan a Áine, otras se sentían celosas, ellas esperaban tener una oportunidad con el rey. Lady Luci y sus amigas se veían sorprendidas. La hada se levanta y pide disculpas, debía prepararse, el rey la había invitado a una cita esa noche y debía arreglarse. Algunas suspiran y otras se muestran celosas, la que más molesta se veía era Luci Raider, quien la mira maliciosamente, debía hablar con su padre y quitar del medio a la princesa.

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Áine estaba lista, lucía radiante, con la ayuda de una doncella, se había puesto un hermoso vestido de un tono rosado pastel. La doncella la peinó de forma muy elegante y le colocó una pequeña tiara. La chica se veía muy bonita.

Es guiada por un sirviente por los pasillos del castillo, suben una torre, y al llegar al último piso, se encontraba en un invernadero lleno de plantas, flores y lucecitas mágicas que iluminaban el espacio. Xander estaba de pie y a su lado había una mesa cuidadosamente preparada con copas y una botella de vino tinto. El rey se le acerca y la toma de la mano, le besa frente y le abre la silla para que se siente.

- Estoy impresionada, todo ésto, es mágico- Áine estaba maravillada, a pesar de llevar ya varios años viviendo en ese mundo lleno de magia, se seguía asombrando como si fuera la primera vez.

- No, mi princesa, mágico fue conocerte, verte por primera vez. Desconozco por qué soñábamos con el otro, yo le digo estar predestinados, pero eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.

La joven se sentía conmovida, no esperaba que Xander tuviera un lado tan romántico, sus palabras le habían llegado al corazón. La pelirrosa sonríe y le toma la mano, quería hacerle saber que ella también había sentido algo especial.

- Yo también lo sentí, quizás nunca sepamos el porqué, pero lo que realmente me preocupa es el ahora. Cuando estamos juntos puedo ser yo misma, sin restricciones, me siento libre y segura.

El demonio le acaricia la mano, hace un chasquido con los dedos y frente a ellos aparece la comida. Áine sirve las copas de vino y brindan. La cena se hace agradable, conversan de sus vidas y se ríen con las ocurrencias de ella y su hermano, él también le habla de sus hermanos y de las cosas que hacían cuando pequeños, le cuenta la triste historia de sus padres y la chica se levanta de su sitio y lo abraza.

Xander acepta el abrazo y la lleva hasta el borde del jardín, ahí se le acerca y besa sus labios suavemente.

- También quería hablarte de algo, o mejor dicho, de alguien.- ella lo mira con curiosidad.

- Dime, Xander- lo tutea y eso le da la confianza al demonio para continuar.

- No he sido un santo, en mi juventud, antes de que mis padres murieran, tenía muchas aventuras con jóvenes damas, no es algo que me enorgullece, pero no me arrepiento de mi pasado, con la muerte de ellos mi vida se volvió un poco más seria, tenía ya otras responsabilidades y debía cuidar mi imagen- continúa hablando- un día mi hermano y yo rescatamos a una hada, estaba siendo atacada por bandidos, la chica iba de camino a la casa de sus tíos, viviría con ellos, pues sus padres habían fallecido.- Xander toma las manos de Áine y las besa, pero continúa hablando.- Como nosotros también éramos huérfanos, nos sentimos identificados con ella, y nos empezamos a reunir más. Ella iba a visitarme al palacio, nos pasábamos horas hablando, y el cariño fue creciendo. Un día ella me besa, me había tomado de sorpresa, pero mi corazón se sintió feliz, era la prueba que necesitaba para dar otro paso en la relación- hace una pausa y la mira a los ojos- fui a su casa, iba a ser una sorpresa, tenía el anillo conmigo, pero el sorprendido fui yo.

El demonio se detiene y mira hacia el cielo oscuro. Áine le toma la cara con las manos y lo hace mirarla.

- Háblame, dime- le dice bajo, despacio- ¿qué pasó después?- él asiente y sigue hablando.

- Cuando llego a su casa, Xavier y Ania estaban juntos besándose.

- Espera, ¿Xavier, me estás diciendo que tú hermano estaba con ella?- pregunta asombrada Áine, él continúa.

- No se dieron cuenta de que los estaba viendo. Se veían como dos enamorados, cuando se percataron de que yo estaba, ya era muy tarde.

- Menuda zorra- murmura bajo Áine.- y vaya hermanito.

- Áine, cuando me confrontaron, mi hermano no sabía nada, él pensaba que Ania y yo sólo éramos amigos, él no tenía culpa. Ella jugó conmigo como si fuera un niño.

- ¿Y después?- sentía curiosidad.

- Se casaron.

- ¿Qué, de verdad tú hermano fue tan tonto?- Áine abre los ojos, había pensado en voz alta- perdón, no quería ofender a tú hermano.

- No, tienes razón, mi pequeña hada. Ellos aún siguen juntos, pero no son felices, con los años su matrimonio se ha deteriorado, y aunque ya los perdoné, no voy a mentirte- le pega la frente a la de ella.- sufrí mucho, hasta que hace años comencé a soñar contigo, y eras tú quien llenaba mis pensamientos con interrogantes.

Xander se aleja, mete una mano en un bolsillo y saca dos colgantes, los pone frente a la pelirrosa y se los muestra. Los dos colgantes juntos formaban un corazón, era hermoso, Áine se percata que algunas partes eran del mismo tono de verde del guijarro que le había regalado frente al río, mientras que en otras se veía azul y otros colores. Los dos corazones formaban un paisaje montañoso, con una bella aurora boreal encima y en la zona baja, había en cada uno, un símbolo del infinito.

- Estos colgantes los mandé hacer con uno de los mejores artesanos del reino, le pedí que utilizara nuestro guijarro, significa que nuestra unión será eterna, esas montañas que ves son las que conectan nuestros reinos.

Áine estaba asombrada, era algo nuevo para ella. Xander le coloca uno en el cuello y el otro se lo pone él.

- Tienen un hechizo especial, cuando no estemos juntos podemos usar el colgante para comunicarnos, debemos pensar en el otro, también sirve para saber dónde nos encontramos. ¿Te gustan?- La hada sonríe, toca el colgante y lo abraza.

- Gracias, es el mejor regalo que me han hecho.

- Éste es mi regalo de compromiso, Áine, si te he contado mi pasado, y te he traído aquí hoy, es para decirte que ésto es real, ¿no sé qué me has hecho?, pero siento que me enamoré de ti.

- Xander, esto me ha tomado por sorpresa- lo besa con mucha calma- gracias, gracias por todo lo que has hecho hoy. Yo también me enamoré de ti, mi rey demonio.

Los jóvenes se besan nuevamente, ahora con más pasión, el calor aumenta en sus cuerpos. Para ellos era el inicio de algo especial, ahora podían continuar sin ataduras, sin preocupaciones. La conexión que tenían iba más allá de su comprensión pero eso los hacía más cercanos, como si su destino fuera estar juntos.

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Holaaaaa a tod@s, como que me emocioné escribiendo el capítulo, está un poco más largo de lo que los suelo hacer, pero es que era necesario 🤭 ¿no se esperaban que su primer amor lo engañara con su hermano, verdad?

En la noche como siempre les actualizo el siguiente. Muchas gracias a tod@s por sus comentarios y su apoyo. 🥰🥰🥰

Mua Mua 😚❤️