La Sombra de Ashfall narra la épica historia de Cecil, quien tras una trágica primera vida, regresa en el tiempo por el oscuro Lord Umbra.
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Capítulo 16
En cuanto Cecil entró en la habitación y cerró la puerta con sigilo, la voz tenue pero inconfundible del rey Alexander la sorprendió.
- ¡Cecil! Mi querida niña, ¿eres tú?
La voz, aunque débil por la enfermedad, estaba llena de una alegría genuina y una sorpresa que hizo que el corazón de Cecil se encogiera. Allí estaba el hombre que había sido como un segundo padre para ella, el mismo que la había visto crecer y había confiado en ella. No era el recibimiento hostil que había esperado, sino un encuentro que la conmovió profundamente, con cuidado se acerco a la cama, y ahí estaba el rey Alexander sentado, débil, demacrado.
- Su Majestad – Cecil hizo una reverencia -, es un gusto volver a verlo.
- Ahora ya no me llamaras Tío Alexander…
- Creí que estaría molesto conmigo, porque me voy a casar con Gareth.
- No tengo porque molestarme contigo Cecil, fue mi hijo quien termino con su compromiso al casarse con esa mujer, por eso no habías venido a verme…, porque pensaste que estaría molesto contigo mi querida Cecil…
- Por eso, y porque ahora no puedo entrar al palacio, no le agrado a la reina. Ya no puedo entrar y salir como antes. De hecho, ahora entre sin permiso, no había guardias.
- Así que no había guardias, a ese muchacho ya no le interesa si matan a su padre.
- Deben estar buscando a una intrusa, que estuvo de curiosa en el despacho de su hijo – menciona Cecil con una sonrisa, el rey Alexander la miró con astucia
- Así que Lysander ya se metió en problemas, ¿Qué es lo que buscas?
- Lysander esta extrayendo el mana del reino Ironpeak, o al menos es lo que pienso, estoy buscando pruebas, pero no encontré nada, quizás sea un error de mi parte.
- Siempre fuiste astuta, por eso te elegí como reina. Si lo que dices es cierto, no pensaras que vas hallar algo tan importante en su oficina, lo ocultaría en un lugar que nadie conozca, reservado - el rey suspiró, una profunda tristeza en su voz -. Hay que detenerlo, esto puede llevar a una guerra, pero yo no te puedo ayudar, mi salud no me lo permite. Había esperado que vinieras a verme durante días, te quería pedir que sigas siendo amiga de Lysander, que no lo dejen solo, ese muchacho no tiene nadie en quien confiar, los únicos amigos que tuvo son Gareth y tú, pero ahora parece que es imposible.
- Lo es, Lysander no acepta que me voy a casar con Gareth, cree que lo hago por lastimarlo, pero no es así, me enamore de Gareth.
- Yo se que Gareth te ama, siempre lo hizo, incluso diría que te ama mas que mi hijo, yo fui rey y comprendo que hay matrimonios que deben concertarse por el bien de los reinos, uniones políticas, pero no creo que la unión de Lysander y Orlaith sea beneficiosa, esos dos se terminaran matando, ni siquiera hay cordialidad entre ellos, temo por el futuro de mi reino, querida se que no vendrás más a verme, pero si no puedes salvar a Lysander, salva a mi reino, se que eres capaz de eso, y mucho más.
- Por ahora no he logrado encontrar nada.
- Debes ser paciente, no todo se resuelve en un instante. Si necesitas ayuda del reino Ironpeak, se a quienes debes acudir, hay dos Duques, el Duque Javier Urriaga, y el Duque Emilio Andrade, los conocí ya se algunos años, se que son hombres rectos, honestos, que actúan conforme de a ley, en ellos puedes confiar.
- Gracias tío Alexander, los buscare.
- Le dije a Lysander que los busque cuando viajo, pero no me hizo caso, espero que tu si me escuches.
- Siempre tiene razón en lo que dice, si usted confía en ellos yo confiare en ellos - el rey Alexander sonrió, una expresión de alivio en su rostro
- Tengo que admitir, que temía que tuvieras el corazón destrozado por culpa de mi hijo, me dolía pensar que estarías llorando por los rincones del Ducado, pero al verte bien, feliz, tranquila, me siento bien, te aprecio como si fueras mi propia hija.
Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió, y Lysander entró, su rostro reflejando una mezcla de sorpresa y recelo al ver a Cecil en el aposento de su padre. La atmósfera se tensó al instante.
- Alexander: ¿Por qué no tocas la puerta, antes de entrar?
- Lysander: lo siento padre, estaba preocupado, al parecer hay un intruso en el palacio, y temía que estuviera aquí.
- Alexander: por aquí no ha pasado te lo aseguro, no me he movido de aquí – contesta Alexander con una sonrisa sutil, una chispa de picardía en sus ojos -, me entere que mi querida Cecil estaba en el palacio y la mande a llamar, ya que ella no ha venido a visitarme como lo hacía antes.
- Lysander: si no lo hace debe ser porque esta ocupada con los preparativos de su matrimonio. Ya no somos importantes para ella padre, no deberías molestarla.
- Cecil: se equivoca Majestad, si no he venido es porque ya no puedo entrar al palacio sin una invitación, mi tío Alexander siempre será importante para mí, es como un segundo padre para mí.
- Lysander: claro mi padre es importante, a él no lo olvidaste - Lysander soltó una risa amarga
- Cecil: debería ir con su esposa, se asustará si se entera que hay un intruso en el palacio, no se preocupe por su padre, yo lo cuidare hasta que se aseguren de que no hay peligro en el palacio.
- Alexander: no querida, me agrada tu compañía, pero no quiero que tengas que pasar por malos momentos, por mi causa. Gracias por venir, no quería morirme sin asegurarme que estabas bien, y que eres feliz, ¿Por qué eres feliz?
- Cecil: si soy feliz, y no me importa tener algunos encuentros desafortunados con tal de verlo.
- Lysander: si deseas venir, el palacio siempre estará abierto para ti.
- Alexander: no - replicó Alexander con firmeza, su voz denotando una decisión irrevocable-. Cecil no vendrá más, no quiero que la agredan o que la gente comience a levantar rumores maliciosos, dirán que me usa de excusa para verte, y tu reina, no dudara en aparentar ser la víctima, difamara a mi niña, y no lo voy a permitir. Escúchame bien pequeña, debes cuidar tu felicidad, no quiero que, por mi culpa, comiences a tener problemas, a mi me basta con haberte visto el día de hoy y saber que eres feliz, que te casaras con un buen hombre, que te ama, y que estoy seguro que nunca te dejara sola.
- Lysander: padre, por favor no digas eso.
- Alexander: basta Lysander, yo estoy hablando con Cecil, no contigo, tu entraste, quiero que me escuches bien, si te atreves a lastimar a Cecil o Gareth será como si lastimaras a tu propio padre, quiero que los dejes ser felices, tu no tienes nada que ofrecerle a Cecil, quieres que sea infeliz, que sea la sombra de Orlaith, quieres verla llorando por el palacio, triste, dime eso es lo que quieres…
- Lysander: no, pero se que puede ser feliz a mi lado.
- Alexander: no, tu traicionaste su amor, ella no será feliz a tu lado, quiero que la dejes en paz, quiero ver a mi pequeña sonreír.
- Cecil: por favor, no se alteres por mi causa, eso le hará daño, Lysander sabrá comportarse de forma adecuada, y si no lo hace yo me encargare de ponerlo en su lugar, sabe que soy capaz de eso.
- Alexander: lo sé, pero déjame ayudarte un poco. Mi hijo es un tonto, pero espero que no tanto.
- Lysander: les recuerdo que sigo aquí.
- Alexander: lo sabemos, no eres invisible.
Amo esta historia!! y Garret es todo lo q esta bien! 🤭