AMARÉ A MI ESPOSO VILLANO

Fernando había decidido contarle sobre su vida y su exesposa a Miranda, para que no haya malos entendidos o peor que crea que la quiere como una aventura.

Estaba decidido y así lo hizo le dijo todo lo que sentía y pensaba y que era única para el que nunca la compararía con la difunta Jessica y madre de sus hijos, también le dejo claro que la quería en su vida como a nadie más y que si lo aceptaba quería casarse con ella, también le dio la opción de seguirse conociendo, para que ella esté segura que sus intenciones y sentimientos son sinceros y van más allá de lujuria y deseo.

Ella había aceptado y ambos se encontraban abrazados hablando de sus vidas y compartiendo detalles de ellos.

Estaban en una burbuja de felicidad y amor, pero el asistente de Fernando llamó porque lo necesitaban de urgencia.

Él tuvo que irse no sin antes besar y abrazar a Miranda así como proponerle verse después, después de eso salió de la habitación dejando a una mujer muy contenta de haber conseguido el cariño de un hombre como lo era él.

Ambos estaban dichosos, pero no eran los únicos los emperadores habían tenido una de sus apasionadas noches y se encontraban muy extasiados, pero debían continuar con sus deberes.

Pero en otra residencia cerca del palacio también una pareja se encontraba descansando después de una larga jornada de placer y éxtasis.

Estos eran Leonardo y Dalia que se habían dejado llevar por el deseo y como llegaron a esto pues...

DÍA ANTERIOR EN LA TARDE

Luego de cumplir con una de las peticiones de su hermana y ver que la duquesa estaba que se comía a su padre con la mirada, Leonardo estaba pensando y pendiente de el aviso de su hermana para la segunda fase de su plan.

Al recibir la orden convenció difícilmente a su padre de que descanse y de una vuelta por el jardín él pensaba acompañarlo, pero todo cambió cuando vio caminando al lado contrario a la bella pelirroja que lo tenía embobado así que se despidió de él y se fue por el camino de su princesa.

Desde el momento en que vio a Dalia se había prendado a ella y no le importaba en absoluto su edad 23 años que era igual a la de su cuñado, mientras que la de ella era de 17 años.

Debido a esto no ha tenido muchos acercamientos excepto uno que hizo la princesa hace unos días que reavivó la ilusión que sentía.

Ya que se había encontrado con ella después de su entrenamiento y se encontraba sin camisa y la tentación fue muy fuerte para la princesa que lo llevó a un cuarto lo beso y se fue corriendo sin darle tiempo a hablar.

Después de ese día no había podido hablar con ella porque lo estaba evitando, ya que incluso cuando tenían que comer juntos ella terminaba, pero se iba sin darle tiempo de seguirla, en cambio, ahora que había bajado la guardia no se le iba a escapar.

Descaradamente, detuvo a la princesa y ordenó a las doncellas de esta que se retiren cosa que al ver como sostenía a la princesa hicieron y como intentaba zafarse de sus brazos sostuvo su rostro y le dio un profundo beso que luego de un rato termino por responder.

Siguieron así por un rato hasta que se quedaron sin aire y se separaron, pero eso no acabaría ahí la princesa muy decidida lo jalo y lo llevo a su residencia que estaba cerca.

Leonardo estaba un poco sorprendido, pero se dejó guiar, ya que era algo que él también deseaba y para aligerar el camino la cargo y ella lo guio hasta su habitación, para que no los interrumpan.

A penas llegaron él rompió el vestido de esta y se desnudó lo más rápido que pudo ante la atenta mirada de la princesa que se deshizo de su ropa interior y le habría las piernas con mucha vergüenza y él no se iba a resistir ante esto por lo cual se abalanzó contra ella y chupo, mordió y lamió los puntos sensibles de la princesa hasta que terminó por venirse y aprovecho esto para comenzar a estimular más la parte noble de la princesa.

Cuando estaba lista entro en ella lentamente, pero debido a su tamaño bien proporcionado decidió terminar por meterlo de una sola embestida, mientras distraía a la princesa y así cuando el dolor pasó comenzaron los movimientos bruscos y placenteros que duraron toda la noche y hasta parte de la madrugada saciando su deseo.