Huyó de su familia para no tener que llevar un matrimonio por convenio y en el camino tuvo que tomar una decisión impuesta por el destino.
Dispuesta a no cumplir con las obligaciones y deseos de su familia, decide huir para dejar firme su postura de no casarse en un acuerdo arreglado.
Jamás pensaría que, buscando refugio con su hermano, terminaría cruzando caminos con el mejor amigo de este, provocando así el inicio de un sentimiento que va más allá de la obligación y el deber.
Cuando el amor nace en conflicto y sangre, nos hace ser más fuerte, pero siempre hay alguna barrera, si es que dejamos a esa persona o luchamos junto a esa persona que amamos.
Todo es posible cuando el amor es más importante que el dinero y poder.
¿Podrá el amor triunfar?
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Te tengo en mi cabeza.
Es un tonto, salgo de su habitación y me encierro en la mía que está a unas dos puertas de la mía. Me siento avergonzada, con cólera, confundida, tengo que aceptar que tiene razón, pero jamás me lo habían dicho, me abrazo a mi misma y me acuesto sobre la alfombra, las lágrimas caen sobre mi rostro y el recuerdo de mi madre se hace presente.
Me quedo dormida al instante...
< Claudio Salvitez VoKlat)
Estoy caminado de un lugar a otro aquí en mi habitación y a cada paso que doy la culpa me invade más y más...
Así que camino por inercia hacia su habitación, esta cerrada, pienso en tocar, pero al final retrocedo y me voy por un trago.
No sé cuánto he bebido y entre imágenes puedo ver que ella me observa desde la puerta. Así que le digo lo que pienso.
(Claudio) Hey tú, eres una despistada, pero sabes hoy por la tarde ni comentario... Mi comentario fue... Fue inadecuado...
Yo tenido perdón por ... Por lo que dije. Además, a cada momento te tengo en mi cabeza, eres una bella despistada.
Río solo...
No sé como me pude dormir aquí, me duele el cuello, hay soy un manojo de penas.
Decido bajar a la cocina por algo para comer. Al encender mi teléfono veo el son las dos de la madrugada.
Por Dios como pude dormir tanto. Bajo despacio para no hacer ruido porque, sino el bruto ese, se me aparece y es lo último que quiero ver.
Bajo lentamente, y veo que una luz está encendida, quizá con lo de la luz y la lluvia pues se olvidó apagarla.
Y cuando entro. Vaya sorpresa la mía, el bruto ese está bebiendo y me mira detenidamente y empieza a balbucear algunas palabras.
Dice tantas cosas, pero hay una a que llama mi atención. Me dice
< Té tengo en mi cabeza>
Cuando quiere levantarse de la silla, no puede.
(Martina) Como puedes beber tanto. Ven te ayudo a subir y date prisa antes de que me arrepienta.
(Claudio) No pequeña, yo puedo ir solo.
(Martina) Como quieras.
... Le doy vuelta y camino hacia la cocina, me hago unos sanguches y me sirvo un jugo, llevo la bandeja a mi habitación.
Estoy mirando las luces de la ciudad, cuando acecho un fuerte golpe. Me asusta mucho. Tomo la lámpara y camino lentamente, al salir vaya sorpresa mía.
El bruto ese está tirado en el piso. Pero cuanto debió beber.
(Martina) No puedes ser más bruto, te dije que te ayudaba, pero no, no quisiste y mírate estás aquí tirado como un saco de papas.
(Claudio) Puedo solo, yo... yo me tropecé, solo eso.
... Hay este hombre.
Me acerco a él y trato de levantarlo.
(Martina) Vamos ayúdame también, pesas mucho.
(Claudio) No quiero, voy a dormir aquí...
(Martina) Sabes que no seas terca y vamos levántate, el piso está frío.
... Hace un esfuerzo y está de pie. Camina con dificultad y huele a alcohol el cual se mezcla con su perfume.
Lo llevo hasta su habitación y lo dejo sobre su cama, le quito los zapatos y los calcetines y cuando me acerco a su rostro veo que tiene un golpe en la frente, me acerco más y este bruto se golpeó la frente cuando cayó al piso.
Voy por el botiquín y le unto una pomada para golpes.
Cuando estoy a punto de irme el me toma de mi mano.
Y yo caigo justo en su pecho.
(Claudio) Eres una despistada, pero una despistada muy bella.
(Martina) Estás loco suelta me, déjame ir.
(Claudio) Me gustas mucho, despistada bella.
... Está loco, me suelto de su agarre y voy camino a mi habitación.
Cuando estoy por entrar a mi habitación, que es la seguida a él. Me toma de la cintura y me besa y aquí estoy yo que no hago ni el mínimo movimiento por separarme de él.
Solo sigo sus besos y voy sintiendo como una carga eléctrica se va deslizando por mi cuerpo, sus manos se adhieren a mi muslo y me presiona, siento su erección sobre mi pierna, eso me hace volver en sí.
Le doy una cachetada y me separo de su agarre, jadeo por lo que acabo de vivir, es un sentimiento extraño y desconocido, cuando asistía a los eventos de moda, veía el abultado miembro de los hombres que iban desfilando y me preguntaba, como será su textura si suave o dura y hoy lo descubrí con el bruto ese, es dura.
Veo que sigue parado en el marco de la puerta...
(Martina) ¿Dime no piensas marcharte?
(Claudio) Sabes tienes la mano pesada. Pero el dolor se me quita al saborear tus besos. Bueno despistada bella me voy. Suela conmigo y yo soñare contigo.
(Martina) Sí, solo en tus sueños me tendrás eres un bruto.
(Claudio) Este bruto se deleitó con tus labios, este bruto gusta mucho de ti.
... Se gira y sale de mi habitación y yo estoy con que no puedo creer lo que acaba de pasar, soy una descarada, me bese con un desconocido ebrio y encima disfrute cada caricia.
Después de unos minutos estoy inquieta aquí en mi cama, no dejo de pensar en sus labios y su agarre.
Bajo a la sala por un vaso de agua fría y que lo veo con una toalla sobre su cintura, tiene el cabello húmedo, parece que se dio una ducha.
No sé si seguir o huir... Justo cuando estoy dando vuelta escucho su voz.
(Claudio) Hey tú... Ese pijama se trasluce todo...
(Martina) Eso no te importa... Además, quien te ha dicho que me mires.
Solo viene por un vaso de agua, solo eso, sabes debes cubrirte con algo nadie quiere verte asi y porque a donde quiera que vaya estas tú.
(Claudio) Será porque vivimos juntos.
... Me doy vuelta y camino hacia la refrigerador, me sirvo un vaso con agua muy fria, lo bebo y me marchó sin voltear a verlo.
(Martina) A y antes de que te vayas a dormir, verifica las luces que queden apagados.
(Claudio) No es necesario, manejo todo desde mi celular.
... Me digo para mis adentros. Pobre bruto, egocéntrico, ebrio y al pensar en la última palabra, vuelven a mi las imágenes del beso y sus caricias en mis muslos. Lo miro y él, esta viniendo tras de mi.
(Martina) ¿Que haces?
(Claudio) Voy a mi habitación, no lo ves, te recuerdo que mi habitación está junto a la tuya, a lo olvidaba, eres despistada.
(Martina) No doy una despistada yo...
...Estoy subiendo casi el último escalón y tropiezo, me aferro a él, pero solo agarro la toalla y...
(Claudio) Estás bien... Dime.
... Me quedo muda, me doy cuenta de que le quite la toalla y desde aquí puedo presenciar en primera fila su masculinidad y estoy mirando a un punto fijo.
(Martina) Eres un bruto desvergonzado.
(Claudio) Fuiste tú quien me arrebato mi toalla, además estoy acostumbrado a pasar la mayoría de tiempo solo y ando desnudo por la casa.
Además, deja de mirar, eres una pervertida.
(Martina) Yo... No te miro, no soy pervertida y toma tu cochina toalla.
... Me levanta de prisa y cierro la puerta, estoy tras ella y puedo oír que el también cierra la suya.
