Mi madre abusó de mí durante toda mi vida, mi hermana, me quito todo lo que tenía, incluso al único hombre que amó. Nunca tuve un minuto de paz en mi vida, solo soledad, y tristeza.
Mi hermana enferma después de su divorcio, pagué su cirugía como todo lo que pedía siempre, pero nunca imaginó que yo sería la donadora obligada, para el riñón que necesitaba. Así mi madre me lleva a la muerte para cobrar mi seguro de vida y conseguir mis dos riñones para mi hermana
Por fortuna regresé en el tiempo y ahora haré hasta lo imposible por cambiar ese miserable destino que sé que me espera si me quedo al lado de mi hermana y de mi madre. Ya no vivirá más en ese lugar lleno de miseria y pobreza en el que la tenía su madre. Luchará por ser alguien en la vida. Puede incluso llegar a conocer él al mor.
*Una novela de lucha por salir de la pobreza, ser alguien en la vida y conseguir lo que se quiere, sin dejar que nada se interponga en lo que se desea, probando que cuando se quiere algo se puede conseguir
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LAS COSAS COMIENZAN A CAMBIAR
Jordan alcanzó a ver lo que estaba sucediendo y no solamente eso, sino que vio cómo el brazo de Suri estaba de un rojo brillante. Mariana la había pellizcado. Para que no se moviera mientras la estaba revisando. Eso lo hizo enardecer. No estaba dispuesto a soportar que de nuevo lastimaran a Suri.
Te encuentro sus brazos a la pequeña, Suri, para protegerla. Mientras ella. Dejaba salir sus lágrimas. Jordán había estado discutiendo precisamente con Mariana. Una noche anterior y ya ahora llegaba a casa y se encontraba con esto. No, no podía ser posible que no aprendiera nada de lo que estaba sucediendo en casa, está muy claro.
Mariana estaba asustada, frunció la boca y no dijo una palabra.
—Ahora esta muda, ¿te comieron la lengua, qué pasó, que no puedes responder?
Jordan. Solía pensar que su esposa mostraba favoritismo y favorecía a la hija mayor. Pero ahora, por lo que parece, no era solo un simple favoritismo. De verdad odiaba a su hija menor. Esto ya era algo sumamente preocupante.
Suri ya era una joven de quince años, pero la trataron como a una ladrona y la obligaron a pasar por un control corporal. ¿No estaría sufriendo por dentro tanta vergüenza en este momento?
Y en su propia casa, por su madre, era tan agobiante de solo pensarlo y verlo. Que Jordan no quiso ni preguntarle a Suri cómo se sentía, por no saber cuánto dolor tenía su hija en el corazón en ese momento.
—Papá, mamá, quería que les entregara los tres dólares adicionales que quedaban de las cuotas escolares de hoy. Le dije que los había usado para comprar cuadernos. Pero ella insistió en que devolviera los libros y le devolviera el dinero. Mamá dijo que me vendrían bien los sobrantes de mi hermana. —Explicó Suri sollozando
—Bien, dado que aún existen sobrantes útiles, de Haydée, entonces que los usé ella misma este año escolar, ya que sacó tan buenas calificaciones y le gustan esas novelas.—Le dijo Jordan a Mariana
Todo el tiempo, la hija menor había estado usando los zapatos de segunda mano de su hermana, los vestidos y sobrantes de útiles. Su lápiz solo tenía el tamaño de la palma de la mano de la niña; era justo que ahora eso lo sufriera Haydée. Al menos este año, que no había podido sacar una buena calificación, subiera suficiente para poder pasar.
—Vamos, Suri, entremos y tomemos algo de comer.— Después de que cenaron los dos, Jordan habló con su hija
—No tomes muy a pecho lo que hace tu madre, con los años está más vieja y confusa, hablaré con ella.
—De acuerdo, papá, me voy a estudiar—. Jordan vio en los ojos de su hija que realmente no le importaba lo que había sucedido antes y eso lo deprimió aún más, su familia estaba destrozándose.
Jordan se encontraba demasiado triste al saber que su hija estaba sufriendo algún tipo de daño irreparable, por las cosas que le hacía Mariana.
Él no era un hombre con una carrera universitaria, pero en el ejército fue bien educado, y sabía que había cosas que podían hacer daño al cerebro y causar problemas de por vida, y estaba pensando en eso, cuando vio la mirada de su hija.
—Mariana, te lo advertí la noche anterior. Si aplicas las reglas de tu familia en nuestra hija, no voy a quedarme de brazos cruzados, no te dejaré en paz, lo escuchaste bien.
Mariana se asustó al ver cómo le gritaba Jordan. Pocas veces lo había visto tan enojado como ahora mismo.
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A la maña siguiente por fin Suri estaba en la escuela, muy nerviosa por no recordar las caras de sus compañeros, ya que muchos de ellos venían de la escuela secundaria donde había estado el año anterior, así que se preocupó, si nos recordaba, y la saludaban, eso sería un problema, como podría explicar eso.
¿Ya habían pasado 25 años desde que fueron sus compañeros, cómo los iba a recordar ahora?
Para colmo de males, no recordaba muy bien, cómo llegar al aula donde se le había asignado. Así que estaba siendo la memoria de cómo tenía que llegar. Siguió por las placas que estaban. Cada puerta de los salones. Cuando de pronto fue asaltada por una voz. Que reconoció de inmediato. Era la voz de una profesora que tuvo en la secundaria. Y que cuando ella abandonó sus estudios, ella no dejó de ir durante todo un año a su casa, insistiendo en que regresara a la escuela, pero cada vez. Que ella iba a insistir en que regresara a clases y su padre le decía que la apoyaba para que regresara su madre a armar un alboroto tan grande. Que siempre terminaba diciendo que no
—Suri, porque no entras ya al salón de clase, vamos ahí este lugar—. Por hoy ya pasó la prueba de fuego en cuanto al salón de clases y su lugar asignado dentro del mismo, ahora a esperar a reconocer a sus compañeros otra misión casi imposible.
Todos fueron llegando, y la profesora asigno las ubicaciones, solo el de Suri era el de frente al escritorio de la profesora y el que estaba al lado de ella se quedó vacío, se suponía que era el otro asiento reservado para algún otro alumno con las mejores calificaciones, pero no recordaban quien era o quizás fuera un alumno de otro distrito que llegaría nuevo.
La profesora terminó de asignar los sitios y les dijo a todos: —Se acabaron las vacaciones de verano. Hagamos una prueba. Todos guarden sus libros, no dejen nada innecesario sobre la mesa. Dense prisa.
Se escucharon murmullos por todo el salón, a pesar de que era bien sabido que siempre se esperaba la prueba sorpresa el primer día de clases.
Hay un dicho que dice: los exámenes eran el arma de un maestro, mientras que las calificaciones eran el salvavidas de un estudiante.
Siempre es bueno tenerlo en cuenta, si eres previsor.
Suri estaba muy nerviosa y asustada, sentía que no estaría a la altura de las calificaciones que había obtenido en su vida anterior a esa misma edad, sería un terrible fracaso y sabía cómo decir o explicarlo cuando se le preguntara lo que había sucedido.
Sudaba frío por la espalda al imaginar que eso pasara, solo pudo estudiar poco tiempo, como para poder recordar 3 años de estudio. Era imposible para ella hacerlo en tan poco tiempo, edemas de todos los problemas que pasó con su madre y hermana.
Pasó todo el resto del billar alisando diversas pruebas, al menos de las materias más importantes. Cuando terminaron, ya era hora de salir
Suri se encontraba realmente agotado tanto física como mentalmente. Tantos que olvidaron pasaron a dejar sus libros a la casa de la familia Goldstein.
— ¿Por qué llegas tan temprano? Tu padre ni siquiera ha llegado y siempre llegan juntos. No me digas que algo te pasó y saliste temprano de la escuela. ¿Ni siquiera pudiste soportar el primer día de clases? —Mariana no pudo dejar de burlarse de cómo se veía Suri
Cuando escuchó las palabras de su madre, Suri recordó. Llevaba la mochila llena de libros. De libros y libretas y que no había pasado a dejarlas al lugar donde debería de tenerlas escondidas para que su madre no las tocara, por lo cual entró corriendo a su casa como si fuera un conejito asustado porque el lobo feroz estaba a punto de atraparla. Entró a su habitación y le puso el pestillo a la pequeña puerta. Y no salió de ahí. Y se puso a estudiar.
Una hora después llegó Jordan. Entró a casa y vio que no estaba por ahí. Su hija Suri solamente estaba en la sala. Su hija mayor y su esposa viendo la televisión como siempre. Por lo cual él se dirigió a tocar la puerta en la habitación de su hija menor. Cuando Suri abrió la puerta y vio que era su padre, de inmediato lo dejó entrar
Jordan no había entrado en muchísimo tiempo al cuarto en el cual se quedaba su hija. Realmente no había prestado atención a muchas cosas de las cuales le pasaban a Suri, pero pudo ver que la habitación en la cual ella se quedaba era sumamente pequeña. Solamente cabía la pequeña cama y una silla.
—Suri, este lugar es demasiado pequeño, no me había dado cuenta antes —Jordan decidió que tenía que cambiar esa situación.
Jordan se dio cuenta de que la habitación de la hija mayor incluso era más grande que la de él y su esposa no comprendía por qué. Eras cosas estaban siendo así en qué momento. Se había mudado de esa habitación a la que tenía ahora. ¿Quizás fue cuando su hija mayor cumplió? 12 años?
Simplemente, una tarde regresó y Mariana ya había cambiado todos los muebles. Y su hija mayor estaba en la habitación más grande, pero nunca prestó atención. En cuanto a las medidas simplemente él tenía que salir todo ya trabajar y regresaba a dormir así que a él no le importa mucho, pero tampoco hoy se había fijado en qué pequeño lugar era en el que estaba durmiendo su hija menor era mucho más pequeño que el lugar que él tenía como estudio en donde tenía sus cosas y sus libros así que en ese mismo instante. Tomó todo lo que tenía en la otra habitación de al lado que era el doble de grande y lo sacó al salón donde estaba su hija mayor y su esposa viendo la televisión
—¿Qué estás haciendo? ¿A dónde llevas todas esas cosas? —preguntó Mariana al ver que Jordan estaba sacando todos sus libros y escritorio y otras cosas de su cuarto donde él pasaba los días de descanso leyendo.
Simplemente, Jordana no respondió. Él continúa haciendo lo que había planeado: limpió la habitación. Que se apunta y después entró a la habitación de Suri. Y comenzó a desarmar su cama. Y luego la llevó a la habitación contigua, y la armó, ayudando a Suri a que pusiera todos, los complementos limpios y a poner las cortinas. Para que quedara. Más presentable...
—Jordan cómo es posible que hayas cambiado la habitación donde acostumbras estar tú los fines de semana por una donde parece un nido de gorrión eres demasiado alto para que puedas estar en ese lugar es mejor que se quede allí Suri que es tan pequeña que puede caber en cualquier lugar.—De inmediato salto mariana
— Si crees que soy un hombre demasiado alto, entonces ¿qué te parece por qué no hacemos que nuestra hija mayor se quede en esta pequeña habitación y yo me voy a la habitación donde ella está ahora? No recuerdo que yo te haya dado autorización para que le dieras esa habitación tan grande a ella y nosotros tengamos que estar en la habitación donde estamos ahora.
Mariana no sabía qué responder, estaba enojada. Ella misma había decido que su hija Haydée tenía que tener una habitación gran y bonita cuando cumplió 13 años y ahora quería que su marido ¿que se la quitara? Ni loca haría eso, ni su hija merecía todo en este mundo.
—Suri, compraré madera nueva y te haré un escritorio, así que podrás estudiar mejor en esa habitación.
—No tienes por qué hacer eso, no podrás soportar estar en esa habitación tan pequeña.
—Es imposible razonar contigo, mujer, así que es mejor que no digas nada, no quiero continuar hablando, necedades contigo.—Jordan dio por terminada la conversación inútil con Mariana.
Jordan ahora mismo se daba cuenta de que había sido un padre. Muy poco atento a sus hijas por ello. No sabía exactamente cómo es que esta se encontraba viviendo hasta ahora y tampoco sabía todo lo que estaba sufriendo su hija menor y cómo se había estado comportando la mayor. Se estaba reprochando a sí mismo toda la falta de atención que había puesto a sus hijas hasta el momento y cómo es que por su culpa estaba sucediendo, todo esto no solamente era culpa de su mujer, sino también de él mismo.
—Suri. Te conseguiré un candado más tarde. Ahora eres una jovencita, esta habitación estará bajo tu cuidado — Jordan pensó por un momento y decidió conseguir la cerradura e instalársela al día siguiente.
—Gracias, papá —Suri sabía que era muy importante tener una cerradura porque su madre tenía la costumbre de revisar todas las cosas en su habitación.
Sur en ese momento se puso a pensar en su vida pasada, cuando su madre nunca la dice y su padre la abandonó. Pero al final de cuentas, el que su padre la abandonó no fue culpa de él sino de ella misma. Proponerse siempre de parte de su madre. Darle el lugar que le correspondía a su padre para. Ahora no haríamos lo mismo porque qué, su padre estaba defendiéndola y ella lo iba a respetar.
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