Divorciada, Viuda Y Amada

Ahora aquí estoy postrada en una cama de hospital, con una fractura y sin mí, amigo, mi hermano, duele y duele mucho, no era la manera de que lo perdiera, no es justo, porque él fue el que murió, no lo acepto, quisiera ser yo la que esté en su lugar, mi corazón duele, perdí a mi mejor amigo.

Hoy me dan de alta y mamá Gloria está acompañándome, y llevarme a mi departamento, aunque ella insiste en que me vaya a su casa para poder cuidarme, estos días que he estado aquí he hablado con mis papás, mi mamá ha llorado mucho por verme en este estado, ayer y hoy no hablé con ellos, cuando llegue a mi departamento les voy a llamar para decirles que ya me dieron de alta.

Llegamos al departamento y no pude contener mis lágrimas al ver la foto de la boda con Cesar, me siento en el sofá, mamá Gloria me lleva un té para calmarme, pero no hay nada que pueda quitar este dolor que siento.

—Mi niña debes tranquilizarte, a mi niño Cesar no le hubiera gustado verte así, tienes que ser fuerte aceptar su muerte y salir adelante, piensa en él, su forma de ser muy sonriente, alegre y siempre tenía una palabra de aliento, me dice mamá Gloria mientras me abraza para que me desahogue.

—Mama Gloria es difícil, yo tengo la culpa, lo apuré para irnos, estaba muy ansiosa por el viaje, él quería que pasáramos a comprar algunas cosas antes de ir al aeropuerto y le dije que era tarde, íbamos cantando muy contentos y luego, todo fue tan rápido, fue mi culpa que haya muerto, no pude ayudarlo, no lo ayudé, es mi culpa. Le decía mientras seguía llorando y abrazando la foto de Cesar y mamá Gloria sobaba mi cabello.

—Ven vamos a la cama mi niña, ven a descansar, estaba bueno llorar, pero tienes que dejarlo ir, descansa lo necesitas, aun estás convaleciente y tu pierna tiene que sanar, te ayudo a levantarte, y toma las muletas, te voy a preparar la tina para que te des un baño de agua tibia, me dice mamá Gloria y me ayuda a levantarme, Mirna entro al departamento, ella tiene llaves, corrió a ayudarme a llegar a mi habitación en lo que mamá Gloria preparaba el baño, cuando estuvo listo me ayudaron desvestir y me metí a la tina, tratando de no mojar la pierna que está enyesada, al terminar Mirna me ayudo a cambiar de ropa y me acosté en la cama.

Mamá Gloria preparó de comer y me lo llevo a la habitación, después me quede dormida, cuando desperté agarre las muletas para ir al baño, lave mi cara y salí a la sala, ahí estaba Nohelia con mamá Gloria y Mirna, me ayudaron a sentarme en la sala, tratando de darme ánimos.

—Cuando es la ceremonia de Cesar? Les pregunté y se quedaron viendo una a la otra, las mire y sería les volví a preguntar, cuando es la ceremonia de vejación de Cesar, que han dicho sus papás, Mirna iba a contestar cuando sonó el timbre y Nohelia se levantó a abrir la puerta y entraron los papás de Cesar.

—Me da gusto que ya estés en casa, pero deberías en la cama descansando me dice la señora Ruth.

—estoy cansada de estar acostada, me hace bien estar con ustedes y no encerrada, Señora Ruth quiero saber cuando es la ceremonia de velación de Cesar.

—De eso venimos a hablar contigo hija, sabemos lo importante que fue para ti mi hijo y lo mucho que se quisieron como hermanos, cremamos su cuerpo y estamos esperando que estés recuperada para hacer la ceremonia, así que tú como su esposa decides cuando se hará, me dice la señora Ruth mientras el señor Cesar me tiene tomada de una mano.

Mis lágrimas caen, no superó aún su partida, y creo nunca lo voy a superar, El señor Cesar me abraza, todos lloran conmigo, este dolor es fuerte, me limpio mis lágrimas y miro a los papás de Cesar.

—Cesar me dijo un día, que si llegaba a fallecer sus cenizas fueran depositadas una parte en la capilla de su familia y la otra parte sea esparcidas en la montaña, en la cabaña Utah junto al lago, les digo y el señor Cesar sonrió.

—Que se haga como él dijo, solo nos dices cuando lo podemos hacer y haremos él viaje, lo más conveniente sería, ya que estés recuperada de tu pierna, dice y me da un abrazo, ya después que cenamos todos y estar un rato más platicando las anécdotas que pasamos con Cesar, donde reímos al recordar sus locuras, los papás de Cesar se fueron al igual Nohelia, mamá Gloria y Mirna se iban a quedar conmigo a acompañarme.

Me ayudaron a llegar a mi habitación y me puse la pijama, me acosté a dormir que igual no podía, daba vueltas en la cama, lloraba en silencio, y pensaba en cómo sería si no lo hubiera propuesto viajar ese día, nos hubiéramos quedado después de la boda y más adelante hubiéramos viajado.

Me desperté y fui al baño, hice mis necesidades y Mirna entro a ayudarme para que me diera un baño, después me cambie y salí para desayunar junto a mamá Gloria y Mirna.

—Ale, te tengo buenas noticias, y sé que te va a animar mucho, me dice Mirna con una sonrisa, la miré ya quería saber esa noticia buena que tenía para mí, a estas alturas no puede haber noticia que me levanté el ánimo, a más que no sea ver a mis padres y recibir un abrazo de mi madre.

—Ya no sé si sea bueno saber, mira como estoy, mi amigo ya no está aquí, y mis padres están lejos, que me puede alegrar mi día dime, no hay nada que pueda hacerlo.

—No pienses de esa manera mi niña, siempre hay buenas noticias, escucha a Mirna lo que te quiere decir, tal vez eso te anime y te dé algo de felicidad, dice mamá Gloria, se levanta de su silla y me da un abrazo, abrazó al cual se une Mirna, correspondo a sus abrazos y les doy un leve sonrisa, ambas regresan a sus lugares para seguir desayunando.