Bayolett Anderson era la chica a la que todos esperaban saludar por la mañana en la escuela. Era amable, femenina, inteligente y la mejor en todo, literalmente. Todos la conocían como La Duquesa debido a que su familia era una de las más ricas, y por su actitud. Ella misma planeaba su futuro meticulosamente. A pesar de siempre mostrar una imagen perfecta, solo aquellos que realmente la conocían sabían quién era en realidad. Sin embargo, todo cambió cuando sus padres decidieron
intervenir en su destino. ¿Acaso los matrimonios arreglados aún existen en la actualidad? Al parecer sí. Al ser unos padres ausentes, no fue mucha sorpresa para Bayolett, pero sí mucha indignación. Eros Wild era uno de los más destacados de toda la ciudad. Eros seguía su camino hacia lo que quería, mostrando su
dominio y estableciendo las reglas. Por otro lado, Bayolett revelaba poco a poco su verdadera esencia, la cual mantenía oculta ante los demás y que sería su perdición. Eros sería otra de las victorias.
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Capitulo 18
Tomo otro chupito, mientras Rachel sigue con la boca abierta.
-¿Te lo follaste? –grita, moviendo exageradamente sus brazos
Si tu vieras el tamaño de... cubre mi boca y quita su mano luego de unos segundos –.Lo se, está mal. Y no volverá a pasar –niego con mi dedo. Suspira pesadamente y mirá hacia otro lado unos segundos.
-Bueno, nunca pensé que estuviera mal –frunzo el ceño –.Es decir, eso te mantuvo entretenida, ¿verdad? –aparto mi mirada, pasándola en todas las botellas de alcohol . Tal vez follarlo haga mas fácil llevar todo esto.
- Oye –tengo una idea –me levanto de la silla tambaleando y tomo su muñeca –juguemos a la botellita. La dirijo al living, me siento en un sillón y tomo una botella del suelo.
-No lo se, bayo.
-¡Oigan!, rápido, jugaremos a la botellita! –mis compañeros empiezan a acercarse. Se sientan en los demás sillones y algunos se quedan parados, observando.
-Duquesa –levanto mi cabeza, que la borrachera no le haga olvidar que esta comprometida –ríe levemente.
¿Comprometida?, oh cierto –¿Yo no estaba ya casada?, bueno si. Todos piensan que estoy solo comprometida porque esperan a que sea una gran celebración.
-Es cierto, entonces seré la anfitriona –tomo la botella y la giró
Sonrío mientras terminan de besarse, aplaudo levemente –Me siento como cupido.
-¡ Muy bien!
Levanto mi mirada hacia arriba al ver unos brazos moverse, Daniel me hace señas. Suspiro y miró a Rachel.
-Reemplázame unos momentos le doy la botella y me alejo, levantándome del suelo y camino hacia a él, mientras pienso en tirar estos zapatos a la basura. Me están matando.
-¿Si?
No termino de acercarme que me jala, obligándome a caminar. Frunzo levemente el ceño, se adentra a una habitación y me suelta, hago esfuerzo para no tropezar y
me apoyo en la pared. Se gira luego de cerrar la puerta, me sonríe.
-¿Recuerdas como siempre nos escapábamos de las fiestas?, ¿tomando la primera habitación que había? –me alejo de la pared mientras lo observo, se tambalea. Genial, también esta ebrio. Observo unos segundos más su rostro, luego su camisa blanca.
-Sabes, nunca te lo dije, pero el alcohol era lo que más me motivaba para follar contigo entierro mi dedo en su pecho –Ríe levemente, lejos de sentirse ofendido por el alcohol. Y a mi lejos de importarme, también por el alcohol.
-¿Cómo ahora? –rodea sus manos a mi cintura, miró sus ojos y empiezo a reír.
Sonríe –¿Qué?
-Tienes un ojo más abierto que el otro –ríe al igual que yo y me abraza, le correspondo-. Oh, Dan. Te adoro, lastima que eres un tontito. Siento su risa en mi cuello, borro lentamente la mía cuando lo besa. Suspiro, mientras me hace retroceder.
-¿Qué haces, soquete? –susurro, pero no lo detengo. Mi mente se nubla, empiezo a concentrarme en sus movimientos, y no en el. Sus manos bajan, tocando mi trasero a través del vestido. Resoplo, quita su cabeza de mi cuello y me mira, rozando nuestros labios. Me concentro en ellos. Los une finalmente, rodeo mis brazos a su cuello, mientras que explora mi cuerpo. Mi mente se concentra en lo que hace, y en lo que hará después. Pero luego, empiezo a compararlos. Mis brazos no tienen que estirarse hacia arriba, mi cabeza no se tiene que levantar, sus manos en mi no se sienten grandes y cálidas. Y su altura no me dan ganas de colgarme. Me separo y empujo su cuerpo.
¿Qué carajos estoy haciendo?
-¿Por qué paras? –frunce el ceño unos segundos, parpadeo y froto mi frente.
-Porque acabo de recordar que es la dignidad –murmuro, camino rápidamente fuera de la habitación.
-bayolett sale después de mi, lo ignoró y me giro hacia el baño.
Cierro la puerta, me acerco al lavabo y abro el agua, mojo rápidamente mi cuello, junto a mi rostro. Me miro al espejo.
Por un momento me olvidé de todo, ya la vez no. Si no era porque recordé como se siente las manos de Eros en mi, y como lo compare con las de Daniel, hubiera seguido. Definitivamente, no beberé tanto alcohol en un lugar con tantas personas. Dije que ya no querría nada con Daniel, y así lo quiero, solo fue un maldito error. Mi mente viaja a Eros. Técnicamente no fue engañarlo, ya que no hay nada, y justo hoy le confirme que no habría más toques. Además, si no se entera no se molestara. De igual manera, me molesta a mi. Me enojo conmigo misma, porque eso estuvo mal. Y lo peor es que por unos minutos, lo desee.
Froto aún mi frente, mientras sostengo mis zapatos. Rodeo la casa y me dirijo a la puerta de la cocina, necesito un café.
Abro la puerta corrediza y enciendo la luz del costado, jadeo cuando veo su cuerpo de costado, sentado en una de las sillas. Parpadeo lentamente y relajo mi respiración.
-Me asustaste –camino hacia la cafetera, mientras dejo los zapatos en el suelo. Lo miro de reojo, mantiene su mirada al frente, mientras toma lo que parece ser whisky –.Frunzo levemente el ceño.
¿Estará enojado por lo que le dje en el auto?, espero que no. Necesito que lo entienda porqué sino será muy difícil para mi cumplir con mi palabra, más si piensa provocarme.
-¿Cómo estuvo la fiesta? –me giró. Me mira neutro y me encojo de hombros.
-Normal –sonrío levemente, asiente –.Giro mi cuerpo y me apoyo en la mesada, mientras espero el café. Me mirá unos
segundos más, se levanta de la silla, trago saliva.
-¿La pasaste bien? –rodea la mesa del frente, frunzo el ceño cuando empieza a desabrochar su cinturón.
-Si –murmuro, apretando mis manos en la mesa, se coloca frente mío. Baja su cabeza y me mirá tranquilo. Y yo, le sostengo la mirada, mientras estoy lejos de estar tranquila.
Lo imagino. Más cuándo fuiste a la habitación con ese niñato, ¿verdad? –parpadeo.
Oh no, no, no.
Una parte de mi vuelve a cuestionarse si de verdad lee mentes. Hasta que la lógica viene a mi.
-¿Acaso llevaste a alguien a que me espíe?
-¿Qué hiciste con el, Bayolett? –avanza un paso, terminando por quitar su cinturón. Aprieto mis labios, me esta colocando nerviosa y con ganas de gritar. Por dios, que no planee lo que creo. Pero, ¿ahora que le digo?
-Nada me mira con advertencia –Nada importante –mis hombros se escogen, pero aún así sigo mirándolo.
-Voy a contar hasta tres –dice suavemente, suspiro –¿Pero que le digo?
-Uno.
Si le miento, se enojara, al menos que lo haga bien.
-Te estoy diciendo que nada –parpadeo.
-Dos.
Pero si le digo la verdad, se enojara también.
-Detente.
-Tres –me interrumpe –Debí tomar la puerta principal.
-Nada –levanto la voz –No lo bese, no quise. Tampoco me llevó a la cama, estaba demasiado ebrio, yo también. Apenas podíamos caminar. Me mira unos segundos, su mandíbula se aprieta.
-Nunca pregunte si lo besaste –Me congelo en su mirada –Mierda. Me giro y corro rápidamente hacia el costado, pero rodea su brazo a mi cintura. Me remuevo mientras me eleva, apoya mi pecho en la mesa del medio, dejando mis piernas en el aire.
-Todo es peor cuando mientes –sostiene mis muñecas, maldigo cuando sube mi vestido.
Grito cuando siento el cuero del cinturón, una vez.
-La verdad, Bayolett.
-No. Dije que sin tocar –gruño.
-No te estoy tocando como tú quieres. Al menos no del todo –entrecierro los ojos.
- La verdad.
-Ya sabes la maldita verdad. Nos besamos jadeo cuando vuelve a golpear –Imbécil.
-¿Qué más?
-¿Qué más de qué?, ya suéltame. Inclina su cabeza hacía a mí, pegando sus labios a mi oído, me estremezco.
-¿Te tocó?
-Si, pero...–gruño cuando vuelve a golpear.
-¿Te gustó? –miro hacia otro lado. Técnicamente, lo hizo. Y si él quiere escuchar la verdad.
-¿Sabes qué?, me encantó gruñe y vuelve a golpear. Mi boca suelta accidentalmente un gemido, aprieto rápidamente mi boca. Mierda, no pretendía que suene como un gemido, ¿o acaso si?. Detiene sus movimientos, escucho su respiración agitada unos segundos y luego como baja mi vestido, me coloca en el suelo. Froto mi trasero. Que extraño, ¿eso es todo?
-Entonces decides que ya no me tocaras más, pero buscas a otro –frunzo el ceño y miro unos segundos hacia otro lado
¿Y qué espera?
-Estaba ebria, Eros. Ni siquiera recuerdo que tomé primero. Además, no tendría que molestarte. Y por supuesto, no deberías hacer eso –señalo la mesa y luego a él.
-No parecía molestarte demasiado –suspiro.
-Yo, yo no pretendía soltar ese sonido. –hablo rápido y luego sacudo la cabeza –El punto es, que yo puedo estar con quién sea. No lo hare delante de ti porque no me gusta levanta una ceja –.Y tu no debiste enviar a alguien para que me espié,
Eso no está bien. Mira hacia otro lado, apoya su mano en la mesa y suspira, mueve levemente su mano.
-¿Eso es lo que quieres?, ¿qué lo hagamos con otras personas sin que el otro se entere? –miro hacia otro lado. Técnicamente, yo no tengo a otras personas. Daniel es el único al tanto que sabe que esto es mentira, pero sé que no quiero volver a estar con él. Y no puedo estar con un desconocido, me reconocerá y dirá que estoy haciendo cornudo al gran Rey. Pero tampoco quiero decir eso. El de seguro tiene a muchas, y aunque yo no, quiero demostrar que sí. Aunque sé que puedo conseguir a uno, aunque, sinceramente ahora mismo no se me apetece.
-No es un arreglo, Eros. Es hacer lo que uno quiere, si tú quieres, ve y hazlo. Si yo quiero, iré y lo haré y punto. Me mira unos segundos más y luego lentamente asiente.
-Bien. Como tu quieras –suspira –Posiblemente todo seria mas fácil si no pusieras esa ridícula regla y que cumplamos nuestras satisfacciones nosotros mismos. Pero como tu quieras –se incorpora y pasa por mi lado –.Y también si
dejarás de fingir que no te gustan mis castigos –Aprieto mis labios.
-¡No me gustan! –me giro, y me ignora y sale de la cocina –suspira.
Si, posiblemente seria más fácil, ¿pero hasta cuándo?
-De acuerdo, esta es nuestra primera videollamada separadas –sonrío levemente y ruedo los ojos –Mañana haremos otra y me dirás hasta que comió la roca –suspiro y miro unos segundos a Eros, menos mal que tengo auriculares.
-De acuerdo. Quiero fotos de Brasil –advierto.
-Y yo de las Bahamas –asiento –.¿Cuándo comienzas el curso?
-El archivo con los temas lo suben en unos días, tengo que descargarlo y estudiarlo –suspiro.
-De acuerdo, entonces te llamaré en una hora específica para no molestarte –sonrío y ladeo la cabeza.
-Tú no me molestas, puedes llamarme a la hora que quieras.
-Observo de reojo la mirada de Eros. Veo a través de la pantalla como sonríe, mira a su costado y borra su sonrisa.
-Oh, tengo que irme. Mi madre me esta llamando –hace una mueca, asiento aún sonriendo
-De acuerdo, envíale un saludo –asiente, corto la llamada. Me muevo hacia mis redes sociales, miro unos segundos a Eros, notando su mirada. Lo ignoró y sigo.
-¿Sabías que a pesar de las fotos que salieron de nosotros juntos, hay rumores de una posible ruptura? –lo miro, frunce el ceño.
-¿Y eso por qué? –. Vuelvo la mirada a mi computadora, dirigiéndome a la página en donde leí eso.
-Por el simple hecho de que al tu estar con cinco mujeres y que con una haya sido un compromiso, creen que solo seré una más –sonrío –.Sabes, es gracioso. Porque es verdad –rio levemente y lo miro –.Soy un capricho mas junto a estas
Pobres mujeres y me iré cuando el contrato termine. Vuelvo a mirar hacia la computadora, sintiendo aún su mirada.
-Acaso las otras también fueron un contrato?, ¿es como un plan de conseguir una novia cada año?, habrá otro contrato después de mí, ¿verdad? –ladeo la cabeza y vuelvo a mirarlo.
-No, Bayolett. No tuve otros contratos y no tendré más. Esos rumores salen porque eres joven, a comparación con las otras –asiento –. Pero no terminaremos, le demostraremos eso.
-Técnicamente, lo haremos –suspira –. Pero si quieres demostrar ser la pareja feliz, escucho opciones.
-Las Bahamas es uno de los lugares donde hay más paparazzi. Además de que, nunca lleve a alguien ahí –suspiro y guardo la computadora.
-Que afortunada soy –me acomodo en el asiento –.Despiértame cuando estemos por llega, tengo que ensayar mi sonrisa falsa. Lo escucho suspirar, miro hacia la ventana y luego cierro los ojos. No sé qué que hay en las Bahamas, mucho no me importa. Solo me concentrare en estudiar, tomar un poco de sol, y asegurarme de no ver a la roca con otra chica. Creo que se tomó muy en serio la conversación de la cocina, y estoy segura que lo hará algo a propósito. No me importara siempre y cuando no lo vuelva muy personal.
Porqué no ha huido de las garras de sus padres?🤔
Porqué no le dice a Eros las verdaderas condiciones en las que ella ha vivido?🤔
Porqué no busca una salida a todo si es inteligente?🤔
Qué emoción 🤓
Pero no sé hasta dónde Eros comprenda a Bayolet 🤔
Sigo con mis conjeturas hay algo más en ese matrimonio arreglado que no termina de convencerme 🤔
Cómo es posible ésto pero no nos engañemos aún en pleno siglo XXI muchas chicas están expuestas a éste trato por parte de quien debería cuidarlas y protegerlas de todo y de todos 😥😥😥