Xiuhtcoatl

Hoy es el día de la ceremonia de presentación, me he levantado temprano, y la pequeña se ha levantado toda desaliñada, es tierna tal cual se ve, la miro con una sonrisa, mientras la saludo de forma cordial.

-Buenos días pequeña, se ve que has dormido muy bien-

Ella se avergüenza ocultándose en las sábanas, yo simplemente me río y me levanto preparándome, según se, seré el único acompañante de Ania, todos tendrán a sus caballeros de honor, lamentablemente ella no los tendrá porque bueno, están muertos o heridos.

Por ende, he decidido usar un atuendo formal, pero usaré algo que va mejor conmigo, reviso el inventario, he traído conmigo muchas cosas de mi casa sin saberlo, entre ellos, si aquí esta, que alivio, pensé que no me serviría aquí, pero ahora se que seguramente me va a servir.

Es un uniforme militar, pero un uniforme militar de gala, estoy hablando del uniforme del Heroico Colegio Militar, aunque nunca asistí, tengo su uniforme ya que una vez tuve que suplir a un cadete que se lesiono, por ende, este me servirá en esta ocasión.

Bueno, después de cambiarme a mi uniforme, creo que el fusil va a contrastar con el uniforme, solo me pondré la funda de mi arma corta, y por supuesto, mi Sable, el cual es parte del uniforme.

Ojalá tuviese un águila para verme mejor, pero bueno, creo que sería demasiado, así, espero a Ania mientras se prepara, cuando sale de su cuarto lista, me maravillo con la hermosa vista, un vestido color negro con diseño europeo, contrastando con su enorme belleza y su cabello blanco, así como sus ojos plateados, de verdad es una belleza.

También noto que ella me mira muy asombrada pero con una expresion de seriedad elegante mientras me dice de manera suave con una voz algo baja.

-Te ves, demasiado apuesto y atractivo-

-Gracias mi lady, ¿Me deja ser su escolta?-

-Por supuesto-

Ella extendió su pequeña mano cubierta con guantes largos, mientras tomo su mano con mi mano la cual es mucho más grande, la acompaño de manera delicada y con el porte militar digno de un cadete.

Los sirvientes y caballeros nos miran asombrado, llamamos demasiado la atención, algunos de los guardias analizan mi uniforme mientras otros ven mi Sable, algunos lo hacen con envidia, otros con admiración, y unos pocos con algo de desprecio.

Acompaño a Ania por los pasillos, mientras pongo en práctica todo el entrenamiento que recibí de un desfile de gala,  haciendo algunos cambios evidentemente, voy agarrado del brazo de Ania, siento su tensión en su agarre, esta nerviosa pero esta peleando con ella misma para afrontarlo,  sinceramente es alguien valiente.

Llegamos a las puertas del salón, ella me explica la etiqueta adecuada además de lo que debo hacer, debo entrar a la sala junto a ella, pero debo estar detrás mientras pongo mi arma en posición ceremonial, con paso firme debo ponerme a un costado del pasillo, y quedarme ahí quieto e inmóvil.

Entonces se escucha del otro lado el anuncio de que la hija del Vizconde Lecler'c está aquí, las puertas se abren, y ella entra de manera elegante y con una gracia muy digna de alguien de la realeza, yo sin dudarlo recuerdo mis días en los desfiles militares, recuerdo los días entrenando las marchas y la etiqueta militar.

Recuerdo que al final, soy un militar, un militar mexicano, mi país ya no está aquí, pero si es incluso en otro mundo, daré todo de mí para mantener el nombre de mi patria en alto, y demostrar, que México es cuna de guerreros.

Así, empiezo mi marcha, con paso firme viendo al frente, desenfundo mi Sable hacia abajo, como lo hacía en los desfiles, mientras paso junto a Ania, me poso a un costado de donde ella pasa, con mi Sable desenfundado, me pongo firme como una estatua inamovible, noto las miradas de asombro de todos, hasta Ania esta asombrada pero ella sigue su paso poniéndose más digna y con un semblante aun más noble

Después de que pasa frente  a mi, se inclina hacia el rey, este la saluda y le da permiso de pasar, entonces rompo mi formación con una marcha llendo detrás de Ania, cuando ocupa su lugar, yo me quedo junto a ella con mi Sable ya enfundado, no dejan de mirarme a mi y a ella, están bastante asombrados, por ende, me siento orgulloso.

Observo de reojo al rey, el cual es un hombre algo gordo calvo con un intento se barba el cual esta desaliñado, sus dientes son amarillentos, su traje esta limpio y es muy exuberante, su corona es extremadamente fina y lujosa, al lado está la que supongo es la reina, la cual, sinceramente es fea, muy fea.

A los lados de los reyes hay lo que supongo son los príncipes, del lado del rey hay 2 jóvenes, uno de aproximadamente 16 años y el otro de unos 25, ambos tienen uniformes que son elegantes, pero aun así, y no es por presumir, carecen de elegancia y porte.

Al lado de la reina hay dos jóvenes mujeres, una de aproximadamente 13 años de edad, la cual es fea, además que le faltan varios dientes, y la otro de unos 20 años, aunque no es fea, su cara no es algo que sea llamativo, además, se nota que tiene un poco de sobrepeso, en realidad toda la familia real lo tiene, es obvio, no deben de realizar demasiado ejercicio.

Después, inicia una presentación más, el hijo del vizconde Arne, el pendejo que nos intenta matar desde hace tiempo, el entra con una buena postura, pero nada de porte, es algo bajo, 1.65 aproximadamente,  es delgado, es alguien que no es feo, ni tampoco es atractivo, de hecho, si le quitara su traje, nadie pensaría que es un noble, parece una persona común con un bonito traje.

Sus guardias están vestidos con armaduras ceremoniales con grabados en ellas, son algo bonitas, pero el porte de esos caballeros da a resaltar su falta de disciplina y práctica, están desordenados, sin coordinación y ni siquiera están en una formación como tal.

El chico se inclina ante el rey, después voltea a mirarnos a nosotros, una sonrisa se dibuja en su cara, no es una sonrisa amistosa desde luego, en serio me dan ganas de borrarle esa sonrisa a punta de madrazos, aunque no muestro expresión, lo miro a los ojos, y eso es suficiente para que voltee la mirada algo incómodo, así me gusta.

-¡Ahora, por gracia del rey, hemos de presentarles a aquellos que han sido traídos a nuestro mundo por gracia de nuestra diosa, aquellos que harán que el reino de Bouta llegue a la cúspide de su poderío, aquellos que van a resguardar estas tierras y a su Majestad, denle la bienvenida a los 7 héroes¡-

"7 heroes eh, oh, son ellos, espera, ¿Heroes?, esos tipos, no, esos niños no pasan ni siquiera de los 20 años, mentira, ni siquiera pasan de los 18, su expresión indica que ni siquiera están bien entrenados en esta clase de cosas, no saben manejar bien sus armas, las toman como si fueran juguetes, y, hay algo que me perturba"

Los 7 héroes salieron de una puerta, al ingresar, son recibidos con vítores y algunas alabanzas, estos sonríen de manera encantada como niños en una tienda de dulces, algunos de ellos saludan como si fuesen una especie de famoso saludando a sus fans.

"Mierda, ese tipo, claramente sus rasgos son latinos, esa otra chica es asiática, sus rasgos son muy asiáticos como para ser coincidencia, ese tipo de allí, estoy seguro, es francés, entrene con el GIGN lo suficiente para saberlo, y esa de allí, ella es rusa, los otros dos son americanos"

Mis sentidos se vuelven locos, una sensación de aversión y peligro me llena, no se porque, pero, espera, ahora recuerdo, en mi estado tengo el titulo, [Antiheroe], no se porque lo tengo, pero estoy seguro que tiene que ver con eso, ellos no me han notado, espero que esos adolescentes no sepan nada de cosas militares

Espera, no debo preocuparme demasiado, en primera todos son extranjeros, y México no es muy conocido por su ejercito, por ello dudo que reconozcan mi uniforme, no traigo mi fusil de asalto, además de eso, los adolescentes no creo que les guste indagar demasiado en cosas militares, y si así fuese, repito, México no es demasiado conocido por su ejercito, y menos el uniforme del colegio militar.

Después de que el rey dijera un discurso que ni siquiera escuche, todos rompimos nuestra formación y nos esparcimos por todo el salón, mientras acompañaba a Ania veía de reojo como los héroes eran abordados por muchas personas, las cuales se veían como nobles de alto rango, además las mujeres también se apegaban a los héroes hombres mientras que aún más chicos trataban de ligar con las heroínas.

Ania por su parte era abordada por varios nobles y por varios hijos de nobles que venían a presentarse, algunos solo saludaban por cortesía, pero otros más intentaban concretar una cita o incluso un compromiso, van directo al grano eh.

Pero mi guardia se puso alta, cuando se acercó el hijo del vizconde Arne,  el cual miraba a Ania con desdén, mientras que me miraba a mi con cierto miedo, tratando de analizarme, yo lo veía a los ojos directamente con un semblante claramente hostil, mientras el ponía una ligera expresión de enojo, detrás de el varios de sus guardias se acercaban y me miraban de manera hostil y desafiante.

-Señorita Ania Von Lecler'c,  tan hermosa como siempre, su belleza me ha cautivado el corazón, recuerde que mi propuesta de matrimonio sigue en pie-

-Agradezco su indeseada propuesta, temo que la rechazare de nueva cuenta, si me disculpa tengo muchas cosas que atender-

-Oh, es así entonces, ¿Me pregunto si podrá ganar la batalla de pasado mañana?, ya que lamentablemente sus guardias y soldados han caído en cumplimiento del deber-

Ania tenía ahora una expresion fría y hostil, mientras miraba al estúpido adolescente con ira evidente, decidió calmarse, manteniendo su fachada de dama de la nobleza, mientras que se relajo y habló más tranquila.

-Hablaré ese asunto con el rey personalmente, así que no debe preocuparse, de todas maneras, tengo un excelente caballero que es capaz de arrasar con todo-

Me sentí algo halagado, pero creo que no es buena idea que me involucre.

-Ya veo, ese tipo con ese uniforme extraño, y esa espada, ja, es muy delgada, ni siquiera podría rasguñar la armadura de mis caballero, ¿Crees que ese estúpido plebeyo podría hacer algo en contra de mi poderio?-

-¿Quieres averiguarlo escuincle pendejo?-

No tolere más, así que hable con tono enojado, los guardias y el chico se quedaron atónitos ante esto, aunque algo confundidos ya que la palabra pendejo no existe aquí, creo que se dio cuenta que lo insulte.

-Tu, ¿¡Como te atreves plebeyo insolente!?-

-Con los huevos que me cargo me atrevo niño idiota-

-Azrael por favor para, es un delito insultar a un noble-

-El empezó, ni siquiera le había dicho nada-

-¿Azrael?, espera, ese nombre-

Ahora estaban claramente asustados, mientras me miraban con confusión, pero su tono se relajo mucho, incluso retrocedió, sus guardias pusieron su mano en las empuñaduras de sus espadas, mientras que Ania con una sonrisa de superioridad habló al noble.

-Ja, ¿Asustado Calid?, así es, tengo al apostol del dios de la muerte y la destruccion a mi lado, así que pregúntate si de verdad buscas pelea conmigo-

Oye espera, no es buena idea que te pongas a alardear, nos están mirando, no reveles tus cartas niña tonta, mierda, los héroes se acercan, tranquilo, tranquilo, todo va a estar bien, solo finge que eres de este mundo y no hables con palabras de la tierra.

Se acercó el primer heroe, este tipo, si, estoy seguro, es europeo, pero por su semblante y sus características puedo decir que viene de Inglaterra, y por lo que veo, se puede hacer llamar el líder de el grupo de héroes.

-Hermosa dama, me llamo Richard, soy uno de los 7 héroes invocados, quiero decir que me ha cautivado su belleza, jamás había visto alguien tan hermosa, dígame, ¿Le gustaría ir a mis aposentos esta noche?-

Bueno, era de esperarse de un adolescente, pero en pocas palabras, este tipo es un pendejo.

Continuará...