La Desendecia De Los YANKELEVICH

Harry y JEAN al escuchar lo que Xiao decía se empezaron a reír de felicidad; rápido unieron las piezas y supieron lo que realmente planearon esos dos.

Harry le dijo a JEAN que hablara y así empezó a decir. – Xiao, nosotros no podemos darte las respuestas, porque eso arruinaría el plan de tus padres.

Creo que si quieres respuestas, sigue su plan, te puedo asegurar que encontrarás tus respuestas y cuando las tengas, te vamos a estar esperando para saber tu decisión.

Harry antes de que ella dijera algo, tomó el celular y emocionado dijo. – ahora te dejamos, el entrenamiento de los pequeños de la familia está emocionante, creo que nuestros enemigos van a sufrir mucho en las manos de estos niños y niñas.

Cuídate sobrina y disfruta de ese viaje, recuerda que tus padres solo querían verte feliz, eso es lo único que importa.

Xiao terminó la llamada y se quedó pensativa, nunca se imaginó encontrarse con tantos secretos de sus padres; pero a la vez se sentía feliz, porque sentía que eran cosas que sus padres querían que ella supiera.

Marcos al verla tan sola y pensativa, hasta se podía ver triste, fue por ella; no pensaba dejarla sola, era algo que Adonis le había pedido, no podían dejarla que se pusiera triste.

Marcos la llevó a recorrer el pueblo, le explicó sobre los alebrijes, que eran parte de su cultura: le dijo que eran los animales que guiaban a los muertos, en su recorrido para ese día, sus compañeros en la eternidad.

Mientras caminaba se encontraron con un colibrí, que revoloteó alrededor de ella; Marcos le dijo. - El colibrí es el mensajero de los muertos, cuando miras uno es cuando tu ser querido te manda un mensaje.

Eso es lo que nuestra cultura dice, a mí me gusta pensar que es cierto y cada vez que veo un colibrí, pienso en algún familiar muerto, el primero que se me viene a la mente, siento que es el que me manda un mensaje.

Xiao se le quedó mirando al hermoso colibrí, era verde con rayas rojas, fue extraño; ella pensó que tal vez sí podría ser su padre, con esas rayas rojas como el fuego, así como le gustaba.

Esa noche Xiao terminó ayudándole a unas mujeres a hacer el pan de muerto, para los altares, para la gente del pueblo; fue una noche agradable para ella, donde las mujeres le contaron historias de su madre Estela.

Su madre también les ayudó a hacer esos panes, vivió la tradición tal y como ellos, lo respetuosa que era, hasta las vagancias que le hizo Adonis.

Una de las historias que más les gustaban a la gente del pueblo, fue cuando Estela se disfrazó de la mujer de blanco y eso fue porque Adonis se había enojado con ella, se había ido a dormir a otra casa, dejándola sola, solo porque ella se había ido con las mujeres del pueblo a conocer algunos lugares de ahí, pero su coraje fue que no lo llevara.

Adonis había hecho el coraje de su vida y enojado terminó dejándola sola en la casa, por tres días, mientras él se quedaba en una casa que estaba al lado.

Estela no lo buscó, pero tampoco iba a dejar que siguiera con su rabieta, se viste de la mujer de blanco y en la cuarta noche, por la ventana que daba a su habitación le pasa aullando, dando gritos de terror.

Adonis sí que le tenía miedo a los fantasmas, salió corriendo y fue directamente a la casa donde estaba Estela; se fue directamente a su habitación, gritándole desesperadamente, buscándola como si fuera un niño pequeño.

Estela al verlo correr estaba que no podía con la risa, fue divertido para ella verlo correr solo en bóxer por la calle para ir a buscarla.

Estela una vez que lo miró correr se quita el vestido y entra a la casa donde ella se quedaba, ya tenía todo para quitarse el maquillaje en la entrada a un lado de la puerta, rápido se lo quitó a como pudo.

Se fue a su habitación, donde estaba Adonis gritándole con desesperación; entra a la habitación y lo encuentra arriba de la cama tapado de pies a cabeza temblando de miedo.

Estela se arrima a él, quita la cobija y lo abraza, tratando de sonar alterada le dice. – Mi amor, ¿qué tienes? Mira como estas, ¿por qué estas temblando?

Adonis desesperado y lleno de miedo le dice. – la… la… la mujer de blanco, la miré.

Estela, mi amor, mañana nos vamos, no pienso quedarme ni un día más aquí, aquí hay fantasmas, no hay nada bueno, regresemos a la isla, con mi hermano.

Ella deseaba reírse, Adonis estaba pálido, realmente estaba asustado; lo abrazó con fuerza y entonces la puerta de la casa empezó a sonar por los golpes de la gente, que se había despertado por los gritos de Adonis.

Estela fue la que salió y les explicó todo a la gente del pueblo, tuvo que decirles la verdad, para que no se hiciera un problema en el pueblo.

Adonis no salió, pero sí escuchó lo que Estela le había hecho y eso lo molestó; eso era lo que las mujeres creyeron, porque cuando Estela entró a la casa, lo que todos en el pueblo escucharon fueron los gritos de Estela.

Ella le gritaba que la disculpara, que no pensó asustarlo tanto, que solo lo quería durmiendo a su lado; lo siguiente que escucharon fueron gritos que más que de dolor eran de placer y sí, la gente del pueblo se había quedado a escuchar todo lo que pasaba dentro de la casa.

Una de las mujeres le dijo a Xiao que su mamá no salió de la casa, como por tres días y eso no fue porque la haya golpeado, si no por el uso de amor excesivo.

Las mujeres solo hablaban del rostro de Adonis, que era de pura felicidad; cada una de las mujeres que estaba con Xiao haciendo el pan, le contaba lo que había visto y escuchado.

Todas estaban emocionadas imaginándose lo que seguro hicieron ahí adentro; Xiao no sintió vergüenza, realmente le gustó saber que sus padres también se divertían a su manera.

Estuvieron ahí toda la noche y parte de la madrugada, Xiao solo durmió unas horas; a las 7 am ya estaba despierta lista para terminar de poner las ofrendas en el altar de muertos.

Todo el día tuvo algo que hacer, Marcos no dejaba de mostrarle las partes de la tradición, de lo que iba a pasar o estaba pasando; hasta que se llegó la noche y la gente del pueblo tomó una veladora, se fueron al panteón.

Xiao estaba emocionada, uno de los hombres empezó a explicar la última parte de por qué se enterraban en la tierra, cuál era su creencia.

Relato:

Mictlan el lugar donde descansan los muertos y su difícil camino al momento de recorrerlo, siempre que la muerte sea natural o por enfermedades.

Mictlantecuhtli el dios mexica de los muertos era en lo que ellos creían; la razón por la que te entierran en la tierra, es porque regresas de donde saliste, polvo fuimos y polvo seremos.

El hombre dijo que para ellos no se pensaba que se iban al cielo si no al Mictlan, que estaba debajo de la tierra, donde estaba el dios Mictlantecuhtli, que, al llegar con él, le quitara todo el dolor y el sufrimiento.

Fin del relato.

Xiao escuchó cada palabra del hombre y al mismo tiempo observó lo que pasaba en ese panteón, había comida, pan de muerto, flores de cempasúchil, bebidas alcohólicas tradicionales del lugar o bebidas que a sus difuntos les gustaban.

Se escuchaban las oraciones, las palabras que las personas les decían a sus seres queridos, en ese momento en el panteón se sentía una paz, como si estuvieran en un lugar verdaderamente sagrado, lleno de luz, de reuniones familiares.

Hasta ella sentía que sus padres estaban ahí y fue tanta su emoción que le dijo a Marcos. – mañana haremos el anuncio, creo que ya no voy a seguir la lista.

Mis padres te pusieron en primer lugar, creo que es porque tú eres su primera opción, vamos a intentarlo y veremos qué pasa.

Marcos le sonrió tímidamente y la miró a lo lejos, aceptó sus palabras sin decir nada más; pero él realmente se sentía triste, para él era bonita Xiao, pero no sentía amor, realmente siempre esperó que lo rechazara.

Porque su corazón ya pertenecía a una mujer y si aceptó ser parte de los candidatos para Xiao, fue por lo agradecido que se sentía con Adonis y Estela.

Al escuchar lo que le dijo, mira a la joven que amaba, estaba a unas timbas de donde estaban ellos, en ese momento pensó.

«Luz, perdóname, pero creo que nuestro amor nunca va a ser posible, tendré que olvidarte y entregarle mi corazón a la hija del hombre que más admiro, no puedo fallarle espero me perdones, que lo entiendas»

Él nunca dejó de sonreírle a Xiao, si ya lo había decidido, estaba dispuesto a hacerla feliz, aunque él no lo pudiera hacer feliz, él quería mostrarle siempre una buena cara, ser el apoyo que tanto necesitaba.

La noche pasó muy rápido, hasta que se hicieron las 3 am, todos se fueron a dormir; Xiao les comunicó a su familia que ya lo tenía decidido, se quedaría con Marcos.

Adriel fue el primero en protestar, en decirle que eso no estaba bien, que se estaba dejando llevar por sus emociones y que solo terminaría dañando a Marcos, como a ella misma.

Pero por más que él trato de explicarle las cosas ella no lo escuchó, solo le pidió que respetara su decisión, no dejó que nadie más opinara.

Aisha habló con su padre Max, no le gustó nada la decisión de Xiao sentía que era algo arrebatada y le pidió a su padre de que hablara con ella.

Esa misma noche Max le marcó a Xiao, realmente esperaba hacerla entrar en razón; pero a pesar de lo que le dijo de su madre, de lo que había sido el amor, de lo que la había cambiado la vida.

Ella no quiso entender palabras, estaba decidida a estar con Marcos; Max terminó aceptando su decisión, le dijo que siempre iba a estar para ella, aunque su decisión fuera un error.

Xiao apenas pudo dormir, al día siguiente se levantó temprano, se metió a bañar, fue largo, no dejaba de pensar en lo que su tío Max le había dicho.

Cuando salió del baño, se puso un pantalón de pana, el más caliente y cómodo que tenía de color negro; tomó una blusa de color blanco de manga larga y cuello alto, de la más caliente.

Al final se puso unas botas cómodas, sin tacón, de algodón, eran acogedoras para que el frio no lo sintiera tanto.

Tomó una chamarra de cuero color negra y salió de su habitación; fue una mañana en silencio donde todos se sentaron a desayunar, fue algo ligero, fruta, huevos estrellados, pan tostado y jugo de naranja.

Nadie se atrevía a hablar, no estaban de acuerdo con su decisión, pero respetarían sus decisiones.

El pueblo había organizado una gran fiesta para ellos, donde tocarían la música tradicional del lugar; iba a ser una gran fiesta, tradicional del lugar.

Xiao se emocionó y pensó que sería el mejor momento para darles la noticia; para esa noche se vistió igual, pantalón de pana color negro, una blusa de color rojo, de manga larga y cuello alto.

Ella hubiera preferido ponerse un vestido, verse elegante, seductora, pero el clima realmente no le ayudaba, estaba muy frío, era como estar descubierta.

Al llegar a la fiesta toda la gente del pueblo estaba ahí, se divertía como nunca y llegando Xiao tomó la mano de Marcos para entrar a bailar, quería que le enseñara esos pasos que seguían al ritmo de la música.

Marcos era un caballero, un hombre que respetaba y sabía muy bien como ocultar sus sentimientos, hasta el punto de ahogar su propia tristeza.

A la media noche, Xiao más que decidida, anuncia que quiere decir unas palabras; ella tomó la mano de Marcos y los dos subieron al templete donde estaban los músicos.

Xiao empezó a hablar de lo contenta que estaba de estar ahí con ellos, de haber disfrutado de su cultura, de sus tradiciones y en ese momento toma la mano de Marcos.

Él no volteó a verla, su mirada estaba en la joven que estaba enfrente del templete, que lloraba como una magdalena.

Xiao sigue la mirada de Marcos y mira a la pobre joven, los dos se miraban; ella pudo ver el dolor en los dos, el amor que seguro se tenían y eso hizo que por un momento se quedara en silencio, mientras que toda la gente los miraba.

Verlos a los dos tan tristes, le hizo recordar lo que ella en un momento sintió cuando Nain estaba con otras mujeres; pero ella no podía separar a una pareja que realmente se amaba.

No entendía por qué su padre lo había puesto en la lista, si sabía que Marcos amaba a una mujer, era una injusticia para él y por más que su padre lo quisiera para ella no pensaba causarle semejante daño.

Xiao soltó la mano de Marcos y en ese momento voltea a verla; él se dio cuenta de que ella sabía lo de su amor, vuelve a tomar su mano, traga saliva y con el dolor de su corazón grita. – hermosa gente de mi pueblo, quiero anunciarles que…

Marcos no pudo terminar de hablar, porque unas camionetas entraron a toda velocidad, seguidos por Arturo y su gente.

La gente empezó a correr al escuchar las armas, los disparos; Aisha sacó rápido sus armas y empezó a ordenar a su gente, lo mismo hizo Bruno por otro lado.

Ilazki no se quedó atrás, rápido supo cómo guiar a su gente y sin que nadie se lo esperara mostró sus técnicas, que no eran otras que las del pequeño Brandas Jean.

Aisha estaba emocionada viendo a Ilazki pelear, eran golpes certeros y ese manejo de las dagas aventadas con una precisión, que daba a matar.

Adriel que estaba sobre el templete, sostuvo el brazo de Xiao, estaba muy asustado, no la dejaba moverse, para tomar su lugar en la batalla.

Marcos mira como una camioneta se viene a la pista, donde estaba la joven que amaba, directo al templete; pero siempre el corazón manda y sin pensarlo baja del templete para sacar a la joven del camino de la camioneta.

Xiao apenas pudo aventar a Adriel a un lado que cayera fuera del templete, para que no saliera lastimado; pero cuando quiso salir ella, su pie se golpeó con uno de los tornillos del templete, cayó al suelo.

Ella miraba como la camioneta se iba acercando y en ese momento alguien la levanta, se avienta con ella lejos del templete; los dos caen al suelo, rodaron un poco, ella quedó en el suelo y el joven sobre ella.

Se le quedó mirando, era algo realmente extraño, ese joven tenía hermosos ojos, que la miraba con mucha atención.

Personajes:

Aisha

Hija de Max y Agramon, hermana del pequeño Max, esposa de Bruno.

Max

Hermano de Neylane y Estela.

Esposo de Agramon.

Padres de el pequeño Max y Aisha.

Adriel

Amigo de Nashira, esposo de Arturo (Arturo: el mejor hombre de Nasir, su brazo derecho junto con Pole)

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Muchas gracias a todas espero que el capítulo les haya gustado ☺️

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