La Desendecia De Los YANKELEVICH
Xiao lloraba la muerte de su padre Adonis, unas horas atrás lo acababan de enterrar; ella lloraba desconsolada, estaba por cumplir 20 cuando su padre adoptivo murió.
Ella estaba en la parte trasera de la casa, estaba sola, los miembros de su familia estaban con su madre Estela, tratando de darle consuelo.
Adonis fue el primero de los cuatro amigos que murió, fue una muerte natural, rodeado de su familia, un momento doloroso para toda la familia, pero todos estuvieron ahí con él, despidiéndose de él.
Xiao no podía estar con su madre Estela, le dolía verla tan triste, no sabía cómo darle consuelo, porque ella misma no sabía cómo tener ese consuelo; estaba sentada en el suelo recargada en la pared, mirando a la piscina, sus lágrimas no dejaban de salir, pero ella no hacía un solo sonido, se forzaba a permanecer en silencio, para que nadie la escuchara.
Xiao no se fijaba a su alrededor, tenía la mirada perdida, en ese momento siente como alguien la abraza y con una voz decaída dice. - Xiao, no puedes estar sola, ven vamos con la familia.
Ella no tuvo que voltear a ver quién le hablaba, con solo escuchar su voz se dio cuenta de que era Nain, el amor de su vida, al estar en sus brazos sin poder evitarlo dejó salir su llanto, lo abrazó con fuerza y empezó a renegar de la vida, de su pérdida, del único hombre que podía considerar padre.
Naín trataba de darle consuelo, de calmarla, pero no hubo palabras que pudieran tranquilizarla; duraron ahí horas donde ella no dejó de llorar y renegar de la vida, hasta que se quedó dormida en sus brazos.
Naín la levantó en sus brazos y la llevó a su habitación, la recostó en la cama, la cubrió con la sábana, por un momento se le quedó mirándola, por un impulso se agacha y deja un beso en sus labios; él después de haber pegado sus labios se retira con brusquedad, hasta pegar con la pared, arrepentido de lo que hizo, cubría su boca con sus manos, con la mirada en el suelo.
No podía creer lo que había hecho, estaba
avergonzado, en ese momento pensó “¡Nain! ¡Nain!, maldición, como puedes hacer esto, ella no es para ti, recuerda que no eres nadie, solo un trabajador más de la familia del maestro, tengo que dejar de ver tan alto, primero lo hiciste en la pequeña Daila y
ahora nuevamente estás mirando muy alto,
fijándote en la hija de Adonis, el hombre que
quemaba las personas casi con verlas, soy un tonto” no pudo verla, sale de la habitación a toda prisa.
Nain estaba cerrando la puerta, se sentía mal, no quería sentir amor por Xiao, pensaba que eso no estaba bien, que no era lo correcto, estaba tan sumergido en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que Adal estaba recargado en la pared a un lado de la puerta.
Adal al verlo salir, con esa tranquilidad qué siempre conservó y esa dulzura que tenía el timbre de su voz le dice. – Nain, será mejor que no la dejes sola, quédate con ella, te va a necesitar.
Toda la familia está concentrada, en mi abuelito, en la tía Maritza, en el tío Harry y en la tía Estela; es algo triste, pero creo que nadie ha pensado en Xiao, ya que ella estaba muy unida a mi tío Adonis, no va a encontrar consuelo sola.
Nain, eres el indicado para estar con ella, así no estaré pensando en cómo está, podré ayudar más en otras cosas.
Tú sabes que con la muerte de mi tío Adonis, se van a venir muchos problemas, tengo que hacer entrar en razón al pequeño Miller y a mi tonta hermana Paola, tienen que hacerse cargo de esa gente de la que se encargaba el tío antes de que empiecen a traicionarnos.
Con su muerte estoy seguro de que muchos se van a sentir liberados y solo Paola, como el pequeño Miller, pueden controlarlos, así como seguro les enseñó mi tío.
Nain, si Xiao está sola no podré hacerme cargo de nada, estaría pensando en ella, en las tonterías que podría hacer, por eso te pido que te quedes a su lado.
Sabes, mi tío Adonis lo hubiera querido así, tenerte a ti como yerno creo que era lo que más deseaba; es una lástima que ya no vaya a poder verlo, pero sé listo y cumple con su último deseo.
Creo que no estoy equivocado, pero Xiao te gusta y si esto es cierto, solo haz lo conveniente pídele matrimonio, toda la familia te va a apoyar.
Nain se puso colorado, se sentía pequeño al lado de Adal y cada palabra que le decía solo lo avergonzaba, no podía creer que él supiera sobre sus sentimientos que tenía por ella.
No sabía cómo responderle, no quería que supiera sobre su amor, sentía que no era lo correcto; pero también era cierto que no podían dejar a Xiao sola, la quería demasiado y le dolía verla sufriendo, deseaba poder quitarle esa tristeza.
Nain inquieto le dice. – maestro Adal, si usted lo ordena yo me quedaré al lado de la maestra Xiao, no tendrá que preocuparse por ella.
Discúlpeme que lo corrija, pero yo no pienso de más, respeto a la maestra, no me atrevería a ver tan alto y…
Adal no esperó a que terminara de hablar solo empezó a caminar dejándolo solo, a unos metros de distancia le grita. – te la encargo, será mejor que la cuides bien.
Nain se quedó tenso, nervioso por lo que Adal le dijo y más que nada porque no pudo negarle nada de lo que le dijo; regresó adentro de la habitación, se sentó en un sofá individual que estaba al lado de la cama y cerca de la ventana.
Mientras la miraba dormir empezó a recordar y Xiao a soñar en ese pasado, cuando todo inició entre los dos, dos años después de lo de la pequeña Daila
(Pequeña Daila, hija de Marha y Miller, esposa actual de Kim, hijo de Max Jean y Daila)
Recuerdo:
Estaban festejando los 15 años de Xiao en la isla, toda la familia estaba reunida, estaban en la plaza del pueblo, había de todo tipo de comida, de postres y el más enorme pastel que se podían imaginar.
Adonis como siempre festejaba a lo grande y presumía a su hermosa hija Xiao, bailó la primera pieza del baile, aunque realmente no quería soltarla, se comportaba como un padre posesivo, la quería solo para él.
JEAN y Maritza casi tuvieron que sacarlo de la pista de baile a rastras, para que Xiao pudiera disfrutar de su fiesta.
Nain era uno de los hombres de confianza de JEAN, desde lo que pasó con la pequeña Daila, se había olvidado de las mujeres, solo se dedicaba a su trabajo.
Pero Xiao no lo dejaba solo, siempre estaba a su lado, haciéndolo reír, hasta le pedía a JEAN que lo mandara a cuidarla cuando le tocaba salir de la isla para hacer lo que tanto le gustaba.
Ella estaba reuniendo información de todo el
mundo de la cultura y tradiciones que ya se
estaban perdiendo, estaba por sacar su primer libro, precisamente del país de Inglaterra, pero no pensaba quedarse solo con ese, quería hacerlo de cada país.
Se aprovechaba de esos peligrosos viajes que
hacía para pedirle a JEAN Y a Adonis que lo
mandaran con ella, para que la cuidara, siempre lo pedía a él.
Adonis nunca le negaba nada y siempre convencía a JEAN de que lo enviara; él no era tonto, sabía que su pequeña hija lo hacía por el sentimiento que empezaba a surgir en su interior.
Xiao era una jovencita feliz, siempre estaba con una sonrisa, era juguetona, alegre y siempre estaba molestando a Nain, haciéndolo reír, que disfrutara de la vida.
JEAN también se había dado cuenta y le gustaba la idea de que cuando Xiao creciera se quedara al lado de Nain, que los dos hicieran su familia, sentía que eran el uno para el otro.
Estela, Maritza y Neylane les habían puesto un alto a los dos, no querían que empezaran a acosar a Nain, que lo hicieran sentir incómodo, querían que las cosas se dieran naturalmente entre los dos.
Nain en la fiesta de los 15 años de Xiao se la pasó vigilando, no iba a dejar que nadie perturbara esa fiesta, aunque inconscientemente sí deseaba estar a su lado, poder bailar una pieza de baile con ella.
Xiao estaba inquieta, después de bailar con toda su enorme familia y con la gente del pueblo, siguió la partida de pastel.
Nashira junto con Adriel le entregaron un hermoso vestido para jovencita, se tenía que cambiar después de la partida del pastel; ella lo tomó y fue a la casa de la pequeña Maritza que estaba a un lado de la plaza, ahí vivía con su esposo.
El vestido era hermoso, color rosa palo, era
strapless pegado a su cuerpo, con un cinto negro en la cintura, era ancho y con diamantes pequeños; la parte de abajo era corta arriba de media pierna, tenía una tela transparente como falda larga, se miraba hermosa, sus hombros destapados, se miraba seductora.
Adonis en el momento que la miró se sintió
orgulloso de su hija, estaba como pavo real,
presumiendo a su hermosa Xiao, incitaba a los jóvenes del pueblo a seducirla, a que trataran de conquistarla.
Estela tuvo que ir por él, para separarlo de Xiao, dejarla que disfrutara su fiesta de 15 años, porque de otra manera no se le hubiera separado y aunque presumía de ser un padre muy liberal, realmente estaba celoso de su hija, no dejaba que ningún joven la invitara a bailar.
Xiao realmente no le molestaba tener a su padre a su lado, no le interesaba bailar con nadie, claro solo pensaba en un hombre y ese era Nain; pero ya sabía que estaba en la torre vigilando todo, para que nada malo pasara esa noche.
Bailó unas cuantas piezas con los demás
miembros de su familia, hasta con las esposas de todos, daba gracias a que Adal aún no estuviera casado, porque estando a su lado nadie se le acercaba, era el más hermoso de la familia, el que parecía un ángel, pero también era el más temido,
el que todo mundo evitaba.
Xiao le pidió que la llevara con Adonis a la mesa, quería descansar un poco los pies, al sentarse al lado de su padre, recargó la cabeza en su hombro.
Adonis se dio cuenta que su hija tenía una cara decaída y rápido supo por qué era, tranquilo le dice. - ¿quieres ir a ver a Nain?, solo dime lo que quieres y yo te lo cumplo mi princesa.
Xiao levanta su cabeza, lo mira a los ojos y
emocionada le dice. – papá, quiero ver a Nain, puedo ir a verlo, mostrarle mi vestido; pero si voy mamá se va a enojar y no quiero molestarla.
Adonis le da un beso en la frente y con esa calma le dice a Adal que estaba sentado a un lado de ellos. – angelito llévala a la torre a que mire a Nain, yo me haré cargo de que nadie note su ausencia, eso sí no tarden mucho y Adal, no seas tan estricto trata de dejarlos solos, para que hablen un poco.
Adal no preguntó nada solo hizo lo que Adonis le ordenó, la tomó del brazo y discretamente la sacó de la plaza, la llevó a una de las camionetas y fueron hasta la torre, era la más alta de todas, estaba donde tenían las bodegas de tortura.
Al llegar Xiao baja rápido y empieza a subir las escaleras a toda prisa, Adal la seguía tranquilo, tenía que ir a sacar a todos los que estaban con Nain, para dejarlos hablar, era lo que Adonis le había dicho que lo hiciera.
En el momento que Xiao llegó con Nain lo abrazo con mucha fuerza, no le dio oportunidad de negarse o quitarse, lo tomó por sorpresa.
Adal que llegó unos segundos después les ordenó a todos los que estaban con él que salieran de la torre, no dio explicaciones, solo les dijo que esperaran abajo de la torre.
Él también bajó con ellos, cerrando la puerta al salir, dándoles esa privacidad que Adonis le había dicho.
Xiao estaba feliz de poder estar a su lado, se
separa un poco de él, lo mira a los ojos y
aprovechando su confusión le dice. – ahora estoy segura de mis sentimientos, Nain me gustas mucho, eres un hombre increíble y quiero que empieces a verme como una mujer, dame la oportunidad de conquistarte, de ser tu novia.
Nain se quedó sin palabras, no podía creer lo que escuchaba, pensó en alejarse de ella, pero antes de que diera un paso atrás, ella pegó sus labios a los de él.
Ella no sabía besar, los movía torpemente, no sabía qué hacer; Nain estaba tan sorprendido que por un momento se quedó inmóvil, pero ese olor tan dulce, la suavidad de sus labios rosando los de él, no pudo evitarlo terminó rendido a sus pies.
Nain sin pensarlo tomó el control, empezó a
besarla con una intensidad, con deseo y sin querer la fue haciendo hasta el escritorio que estaba ahí, la subió hasta dejarla sentada, empezó a acariciar sus piernas, a sentir su suavidad.
Xiao no se esperaba esa reacción de él, pero más que asustada le gustó sentir sus manos en sus piernas, su beso tan intenso, sus lenguas jugueteando, sus sabores mezclándose.
Ella no pensaba pararlo, tenía años con ese
sentimiento, admirándolo, queriendo tener la edad de conquistarlos, le dolió mucho cuando supo que estaba enamorado de la pequeña Daila.
Siempre pensó hacerse a un lado, pero ese
sentimiento solo fue creciendo, estaba segura del amor que sentía por él; que la pequeña Daila lo rechazara para ella fue lo mejor que pudo pasar, aunque fuera egoísta.
En esos viajes que hicieron siempre aprovechó para pasar tiempo a su lado, de hacer que la conociera y aunque era pequeña de edad, siempre quiso que él la volteara a ver.
Nain no entendía lo que pasaba, pero ese beso estaba siendo tan intenso, apasionado, que sin querer la tocaba más de lo que una señorita de respeto tendría que permitir.
Nain subió su mano derecha hasta llegar a su pecho, lo presiona con un poco de fuerza y Xiao sin querer exclama un ruido de placer, sus brazos que rodeaban su cuello lo presionaron más a ella.
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Muchas gracias a todas espero que el capítulo les haya gustado ☺️
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Comments
Santa Bello
esta es la parte que no me gusta , todos mis viejos van a morir los amos a todos A Jean desde fu nacimiento, Adonay el hombre de fuego Maritza la bruja, Estela y Harry , también Naihilin
2024-10-31
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Olga Ortiz
que comienzo de novela, tan triste por Adonis aunque es algo natural de la vida y poco a poco irán cayendo todos nuestros héroes, es la parte dura de la vida, perder nuestros seres amados y admirados
2024-10-27
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Yolyger Correa
felicidades escritora he leído las otras son excelentes espero y esta no se quede atrás gracias por escribirlas bendiciones 🙏🏼🙏🏼🙏🏼
2024-09-21
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