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Susurros Del Más Alla | Ecos Del Pasado

Susurros Del Más Alla | Ecos Del Pasado

Status: Terminada
Genre:Completas / Romance paranormal / Amor-odio / Leyendas de fantasmas / Escena del crimen / Casos sin resolver / Fantasía LGBT
Popularitas:2k
Nilai: 5
nombre de autor: R.K. Everheart

Cuando Elliot, un estudiante universitario, empieza a experimentar extraños sucesos en su hogar, nunca imagina que está a punto de adentrarse en un misterio que trasciende la vida y la muerte. La aparición inesperada de Blake, un fantasma atrapado entre dos mundos, desencadena una serie de eventos que revelan secretos ocultos y verdades perturbadoras.

Mientras Elliot intenta ayudar a Blake a encontrar su camino al más allá, ambos descubren que la conexión entre ellos es más profunda de lo que imaginaban. En su búsqueda, se enfrentan a enigmas sin resolver, fuerzas oscuras y un pasado que no está dispuesto a permanecer en silencio.

NovelToon tiene autorización de R.K. Everheart para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La sombra de Adrian

Los días pasaban lentamente desde que Blake le reveló la existencia de Adrián. Elliot sentía que, a pesar de no haberlo conocido todavía en persona, ese nombre llevaba consigo una carga pesada, como si lo persiguiera a cada paso.

Damián, como siempre, parecía saber cuándo algo no estaba bien con él. A pesar de no ser de los que preguntaban directamente, su presencia era lo suficientemente protectora para que Elliot supiera que no estaba solo.

Era una tarde tranquila cuando Elliot decidió finalmente contarle a Damián lo que Blake le había dicho sobre Adrián. Sabía que su amigo se preocuparía, que tal vez lo sobreprotegería más de lo habitual, pero era imposible seguir guardando esa verdad para sí mismo.

—Tengo que hablar contigo —dijo Elliot, sentado en la cama mientras Damián se apoyaba en la pared, con los brazos cruzados.

Damián lo miró con curiosidad, aunque en sus ojos siempre había una pizca de alerta, como si esperara que cualquier cosa que Elliot dijera pudiera ser una amenaza que resolver.

—Es sobre Adrián. Blake me habló de él hace unos días.

La expresión de Damián cambió de inmediato. Sus ojos se entrecerraron y su postura se tensó, como si el nombre mismo de Adrián ya lo irritara.

—¿Qué te dijo? —preguntó con voz baja, aunque firme.

Elliot respiró hondo, sintiendo el peso de las palabras antes de pronunciarlas.

—Me dijo que Adrián ha estado vivo más de 200 años... que él y yo estamos conectados de alguna manera, aunque no sé cómo exactamente. Y que cuando Adrián aparezca, será para desatar algo grande, algo que cambiará todo.

Damián permaneció en silencio, pero Elliot pudo notar cómo sus manos se apretaban con fuerza, sus nudillos blancos. Siempre había sido protector, pero había algo diferente en la manera en que reaccionaba a Adrián, como si ya lo odiara sin siquiera conocerlo.

—No dejaré que te haga daño —dijo finalmente Damián, su tono decidido, pero también cargado de una tensión oscura.

Elliot sonrió, agradecido por la lealtad de su amigo, pero sabía que Adrián era un peligro que ninguno de los dos comprendía del todo. Blake lo había dejado claro: Adrián no era alguien común, y el hecho de que llevara siglos oculto entre la gente solo hacía que la amenaza fuera más inquietante.

Justo cuando iba a responder, Blake apareció en la habitación. Su forma etérea brillaba tenuemente en la luz del atardecer, casi tangible, como si en cualquier momento pudiera cruzar la delgada línea entre el mundo de los vivos y los muertos.

—No será tan fácil enfrentarlo, Damián —dijo Blake, con una calma inquietante—. Adrián es más astuto de lo que te imaginas. Si viene, será porque ya tiene un plan.

Damián lanzó una mirada fría a Blake. Aunque lo aceptaba en la vida de Elliot, siempre había una distancia entre ellos, una rivalidad silenciosa por la protección de Elliot.

—Entonces lo enfrentaremos —respondió Damián, como si la respuesta fuera obvia.

Blake lo observó por un momento, su expresión seria.

—No es tan sencillo. Adrián lleva siglos acumulando poder, y ustedes... ustedes apenas han comenzado a entender lo que está en juego.

Elliot sintió una punzada de miedo en su pecho. Sabía que Blake tenía razón, que ellos eran solo dos chicos enfrentando una fuerza mucho más grande. Pero también sabía que no podía quedarse quieto.

—¿Qué es lo que Adrián quiere de mí? —preguntó Elliot, con la esperanza de obtener una respuesta más clara esta vez.

Blake lo miró, su expresión suavizándose un poco.

—Aún no lo sé del todo. Pero lo que sí sé es que, por alguna razón, tú eres clave en todo esto. Y Adrián lo sabe.

El silencio que siguió fue espeso, lleno de incertidumbre. Elliot miró a Damián, buscando consuelo en su mirada. Aunque su amigo intentaba mantenerse impasible, había una sombra de preocupación en sus ojos, algo que Elliot rara vez veía.

—No importa lo que quiera ese tipo —dijo Damián finalmente, rompiendo el silencio—. No voy a permitir que te toque.

Elliot sonrió, reconociendo el cariño y la protección en sus palabras. Pero al mismo tiempo, sabía que las cosas no serían tan sencillas. El nombre de Adrián resonaba en su cabeza como una amenaza constante, algo que se acercaba lentamente, pero inevitablemente.

Y aunque Damián estaba dispuesto a luchar contra cualquier cosa por él, Elliot no podía evitar sentir que había algo más grande en juego. Algo que ni siquiera ellos podían controlar.

Elliot no podía dejar de pensar en Adrián. Desde que Blake le habló de él, sentía una creciente inquietud que no podía sacudir. Cada día, el misterio en torno a Adrián se hacía más denso, y con ello, el miedo a lo que estaba por venir. Las palabras de Blake sobre la importancia de Elliot en todo esto solo aumentaban su ansiedad.

Damián se había vuelto más protector desde esa conversación. Aunque siempre había sido celoso y posesivo, ahora parecía estar en un estado constante de alerta, como si temiera que Adrián apareciera en cualquier momento. Elliot sabía que, de alguna manera, Damián también estaba preocupado, aunque nunca lo admitiera abiertamente.

Aquella tarde, Elliot decidió salir al bosque. Necesitaba despejar su mente, alejarse de las sombras de Adrián que lo perseguían incluso en sus sueños. El bosque había sido siempre su refugio, un lugar donde podía respirar y pensar con claridad. Sin embargo, esta vez no iba solo. Damián lo seguía de cerca, como una sombra silenciosa, asegurándose de que nada malo le ocurriera.

—No tienes que estar siempre detrás de mí, ¿sabes? —dijo Elliot, intentando sonar relajado mientras caminaban entre los árboles.

Damián no respondió de inmediato. Sus ojos oscuros recorrían el entorno, como si buscara algo, o a alguien.

—No me importa —respondió finalmente, con su habitual tono seco—. Si Adrián está cerca, quiero ser el primero en enfrentarlo.

Elliot suspiró, sabiendo que no había forma de hacer que Damián bajara la guardia. Aunque apreciaba su lealtad, a veces deseaba que su amigo pudiera relajarse un poco más. Adrián aún no había aparecido, y Elliot no estaba seguro de si debía temerlo o intentar entenderlo.

—Blake cree que Adrián no vendrá por mí de inmediato —comentó Elliot, esperando calmar un poco a Damián—. Dice que está planeando algo, pero que aún no sabe qué.

—Eso no me tranquiliza —respondió Damián, deteniéndose en seco—. Si está planeando algo, significa que tarde o temprano aparecerá. Y cuando lo haga, no estaremos preparados.

Elliot lo miró, sintiendo una mezcla de gratitud y preocupación. Damián siempre había sido protector, pero esta vez sentía que el miedo lo estaba consumiendo más de lo normal.

—No puedo estar huyendo de alguien que ni siquiera conozco, Damián —dijo Elliot con calma—. No podemos vivir con miedo.

Damián lo observó por un largo momento, y luego bajó la mirada, sus ojos mostrando una vulnerabilidad que rara vez dejaba ver.

—No quiero perderte, Elliot —murmuró, casi en un susurro—. No después de todo lo que hemos pasado.

Elliot sintió un nudo en la garganta. Aunque Damián solía actuar con frialdad, había momentos como este en los que dejaba entrever lo mucho que le importaba.

—No me vas a perder —dijo Elliot, acercándose a él y poniendo una mano en su hombro—. No voy a dejar que Adrián o nadie nos haga daño.

Damián levantó la mirada, y por un instante, el miedo que lo consumía pareció desvanecerse. Pero antes de que pudiera responder, un ruido extraño en los árboles los hizo voltear. Era un sonido suave, casi imperceptible, pero lo suficientemente extraño como para ponerlos en alerta.

Elliot entrecerró los ojos, intentando ver a través de la densa vegetación.

—¿Qué fue eso? —preguntó, su voz baja.

Damián no respondió. Ya se había adelantado unos pasos, moviéndose con la agilidad de un depredador mientras buscaba el origen del sonido. Elliot lo siguió, su corazón latiendo con fuerza. El bosque, que antes le parecía un refugio, ahora se sentía como una trampa.

De repente, el aire se volvió más frío, y Elliot sintió una presencia. No era Blake. Era algo, o alguien más. Antes de que pudiera reaccionar, una figura emergió de entre los árboles.

Era alto, con una presencia imponente que lo hacía destacar incluso en la penumbra del bosque. Su cabello oscuro caía sobre sus hombros, y sus ojos, profundamente hundidos, brillaban con una intensidad que hizo que la piel de Elliot se erizara.

Adrián.

El silencio entre ellos era abrumador. Elliot podía sentir cómo el tiempo se detenía, como si el mundo hubiera dejado de girar solo para ese momento. Adrián no dijo nada. Simplemente lo observaba, con una expresión indescifrable.

Damián dio un paso al frente, interponiéndose entre Elliot y Adrián. Sus ojos eran fríos, calculadores, como si estuviera midiendo cada movimiento del recién llegado.

—Aléjate de él —gruñó Damián, su voz cargada de ira contenida.

Adrián levantó una ceja, como si la amenaza de Damián no lo afectara en absoluto. De hecho, una leve sonrisa apareció en su rostro, como si todo aquello le resultara entretenido.

—No estoy aquí para pelear —dijo Adrián, su voz suave, pero con un tono que hizo que Elliot se tensara—. Aún no.

Elliot sintió que su corazón se aceleraba. Las palabras de Adrián eran ambiguas, pero había algo en su tono que lo hacía sentir incómodo. Adrián no parecía ser alguien que amenazara abiertamente, pero tampoco parecía tener intenciones pacíficas.

—¿Entonces qué quieres? —preguntó Elliot, intentando sonar firme.

Adrián lo miró directamente a los ojos, y por un momento, Elliot sintió que podía ver algo más allá de la frialdad en su mirada. Algo que lo confundió.

—Solo quería verte —respondió Adrián, enigmáticamente—. Quería saber quién eres, Elliot.

Elliot frunció el ceño. No esperaba esa respuesta. ¿Por qué Adrián estaría interesado en él?

—Nos veremos de nuevo —añadió Adrián, antes de girarse y desaparecer entre los árboles, tan rápido como había aparecido.

Elliot y Damián se quedaron en silencio, procesando lo que acababa de suceder. La presencia de Adrián aún se sentía en el aire, como una sombra que no los dejaría en paz.

—Esto no ha terminado —murmuró Damián, su mirada fija en el lugar por donde Adrián había desaparecido—. Y la próxima vez, no será tan fácil.

Elliot asintió, sabiendo que lo que acababa de ocurrir era solo el comienzo de algo mucho más grande.

Elliot intentaba calmarse, pero su mente seguía atrapada en ese breve encuentro con Adrián. Las palabras del extraño retumbaban en su cabeza, y algo en su tono le resultaba perturbador. Damián, que hasta entonces había mantenido una actitud defensiva, ahora estaba más silencioso de lo habitual. Su mandíbula estaba tensa y sus puños, cerrados con fuerza.

—¿Qué crees que quería? —preguntó Elliot finalmente, su voz apenas un susurro.

Damián no respondió de inmediato. En lugar de ello, miró a su alrededor, asegurándose de que no había rastros de Adrián antes de responder.

—No lo sé, pero no me gusta nada. Hay algo en él que no es normal.

Elliot lo miró, asintiendo con una leve sensación de acuerdo. Había algo en Adrián que lo hacía distinto a cualquier persona que hubiese conocido antes. Y no podía dejar de pensar en lo que Blake le había dicho: Adrián había estado vivo por más de 200 años, escondido en las sombras de la civilización.

—¿Crees que deberíamos contarle a Blake sobre esto? —preguntó Elliot, intentando encontrar alguna respuesta.

Damián lo miró de reojo, frunciendo el ceño ante la mención de Blake. Aunque se había acostumbrado a la presencia del fantasma, no era alguien con quien Damián se sintiera completamente cómodo. Había algo en la cercanía de Blake con Elliot que le ponía nervioso.

—Si lo haces, solo te dirá lo obvio —dijo Damián, finalmente relajando los hombros—. Que tengas cuidado, que Adrián es peligroso. Todo lo que ya sabemos.

Elliot suspiró. Sabía que Damián tenía razón, pero la sensación de estar solo en todo esto lo abrumaba. Estaban rodeados de secretos, y cada día parecía revelar algo nuevo que complicaba aún más la situación.

—De todas formas, creo que hablaré con él —dijo Elliot, sabiendo que Blake podía ofrecerle más contexto sobre Adrián, sobre su pasado y lo que estaba en juego.

Damián resopló, pero no dijo nada más. Se limitó a caminar junto a Elliot mientras regresaban a la casa. Las sombras del bosque parecían alargarse a su alrededor, y por primera vez en mucho tiempo, Elliot sintió que el aire fresco del lugar no era suficiente para tranquilizarlo.

Más tarde esa noche, mientras Elliot se preparaba para dormir, escuchó un suave murmullo en la esquina de su habitación. Era Blake, materializándose lentamente como lo hacía siempre, su figura translúcida ganando forma bajo la tenue luz de la luna.

—Parece que has tenido una tarde interesante —comentó Blake, con esa sonrisa socarrona que siempre usaba cuando sabía más de lo que dejaba entrever.

Elliot, que estaba tumbado en la cama, se incorporó de inmediato.

—Lo viste todo, ¿no? —preguntó, ya sabiendo la respuesta.

Blake asintió, acercándose a la ventana y observando hacia el exterior. Su semblante, aunque normalmente relajado, tenía un toque de seriedad que Elliot no podía ignorar.

—Adrián no es alguien con quien debas jugar. Hay un trasfondo en su historia que va más allá de lo que te imaginas —dijo Blake, sin apartar la vista del exterior—. Si ha aparecido ahora, es porque te está evaluando.

—¿Evaluando? —Elliot frunció el ceño—. ¿Por qué yo?

Blake lo miró entonces, sus ojos cargados de una intensidad que hacía que Elliot se sintiera expuesto.

—Porque eres importante para todo lo que viene —dijo Blake, con un tono grave—. Adrián no solo te mira como un simple enemigo. Hay algo en ti que lo atrae, algo que lo conecta a ti de maneras que ni siquiera puedo explicarte.

Elliot sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las palabras de Blake solo aumentaban su confusión, pero también dejaban claro que Adrián no era un peligro común.

—¿Qué debo hacer? —preguntó Elliot, sintiéndose más perdido que nunca.

Blake se acercó a él y le puso una mano en el hombro, aunque el tacto era frío y etéreo.

—Debes ser tú mismo, Elliot —le dijo con suavidad—. No te dejes llevar por el miedo. Si Adrián te observa, es porque en ti ve algo que teme. Pero también ve algo que podría cambiarlo.

—¿Cambiarlo? —Elliot no podía evitar sentirse incrédulo—. ¿Estás diciendo que podría ayudarlo?

Blake sonrió de manera enigmática, como si supiera algo que Elliot aún no comprendía.

—Todo a su tiempo —dijo Blake antes de desvanecerse lentamente, dejando a Elliot solo en su habitación.

Elliot se quedó mirando el lugar donde Blake había estado, sintiendo el peso de sus palabras sobre él. Adrián no solo lo veía como un enemigo, sino como algo más. Pero, ¿qué significaba eso? ¿Y cómo se suponía que debía enfrentarlo?

Mientras la noche avanzaba, Elliot supo que las respuestas no llegarían de inmediato. Pero una cosa era clara: la presencia de Adrián lo había cambiado todo, y no había vuelta atrás.

El viento fuera sopló con fuerza, y Elliot, por primera vez en mucho tiempo, sintió que el peligro estaba más cerca de lo que imaginaba.

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badboys
caballero he leído muchas novela pero su novela me impresionó demasiado😆😆😆😆😆😆😆😆jejeje eres increible
pan dulce: me alegra que te guste!
total 1 replies
Má lúm
No puedo dormir pensando en qué pasará después, ¡necesito la próxima parte yaaaa! 😴
pan dulce: pronto estará lista otra parte!
total 1 replies
Jing Mingzhu5290
Tu manera de escribir es increíble, ¡y tu historia es adictiva! Por favor, publiquen nuevo capítulo pronto. 😏
pan dulce: gracias! el capitulo está en el horno!
total 1 replies
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