La Noble Señorita Se Divorcia

Mientras en el Norte todo parece ir bien, en el Marquesado de John estos años fue un desastre.

La joven marquesa perdió a su primer hijo

John no sabe que paso si había nacido bien, solo su esposa no deja de llorar, después de algunos meses más ella vuelve a embarazarse, pero en esta ocasión pierde al bebé a los 4 meses, ella está deprimida, frustrada y muy débil

-Estoy maldita, por qué los dioses me castigan de esta manera.

-Mi señora cálmense por favor.

-No, no quiero, quiero morir eso quiero.

-Que paso??

-Marqués... Ella sufrió un aborto no ha dejado que el médico la revise.

-Sarah, por favor ven.

-Suéltame, tu, tu eres el culpable, sigues con esa mujer, por eso, dios me castiga a mí.

John la carga y la lleva al cuarto.

-Sarah, no he estado con ella desde nuestro matrimonio, te lo juro.

-No te creo, jamás te voy a creer, quiero morir, quiero ir con mis hijos te odio, no sabes cuánto te odio.

-Marqués déjeme atenderla, salga por favor.

John no sabe qué pasa, será que ella es débil, o tal vez tenga razón y por su pecado los dioses no le dan un hijo.

-Amor que te pasa?

-Que demonios haces aquí, quien te dejo entrar para que en este momento lo despida.

-Tengo mis métodos.

John se pregunta cómo entra con facilidad, los guardias tienen órdenes de no dejarla entrar, lo que no saben es que ella tiene a un espía en la casa, una sirvienta que ha hecho ciertos mandados para ella, como hacer que el bebé enfermara y que está vez el embarazo no llegara a término, nadie ha sospechado nada.

-Vete de aquí, no quiero verte.

-Dios que genio, vamos podemos divertirnos como antes.

-Nada es como antes.

-Si quieres puede serlo, vamos.

John la toma del brazo y la saca, esa mujer se ha vuelto alguien a quien detesta, la dejo vivir en la finca por lástima solamente.

Su esposa después de un tiempo se calma, él está con ella e intenta consolarla, pero nada funciona cada día está más deprimida, con los meses pasando ella poco a poco recupera su peso.

-Sarah cómo estás?

-Bien.

-Iré al puerto unos días, quieres ir o quieres que te traiga algo.

-Quiero ir.

-Bien entonces saldremos mañana.

Así ambos van al puerto, ella va a rezar al templo, reza por sus pequeños, el primero era un lindo bebé de ojos azules y cabello rubio como su padre, al otro no pudo conocerlo y tiene miedo de no quedar embarazada de nuevo.

Esa noche John llega a casa y la cena está lista, Sarah está arreglada y se ve bonita.

-Que celebramos, se me olvidó el aniversario -pone cara de preocupación -

A pesar de todo estos años lo han celebrado con una cena.

-No, solo es una cena y...

-Estás segura, no quiero que te presiones.

-Yo quiero...

Así ella acepta intentar nuevamente un embarazo, le pide a John quedarse en el puerto, ahí está un poco más a gusto, durante un par de meses él va y viene a puerto, ella está más tranquila y solo unos meses después ella está embarazada, la noticia la mantiene en secreto para evitar algún incidente, solo su doncella lo sabe, ella ha estado con ella desde que era niña, está vez las dos se ponen de acuerdo para que esté embarazado llegue a término.

John recibe una noticia que ha esperado durante mucho tiempo han encontrado a Susan, está en el norte trabajando en un restaurante, no le dicen que está casada, la persona que investigo no lo pudo en el informe así que él prepara todo para ir a buscarla, necesita saber si está bien, su hermano en unos meses termina la academia, es hora que ella vuelva a casa.

-John, tengo que hablar contigo -Le decía Sarah emocionada-

-Si yo también, necesito que regreses al marquesado, tengo que hacer un viaje largo y ahí estarás segura.

-A donde vas?

-Al norte, mañana mismo regresaremos al Marquesado por favor alista todo, saldré un rato para hacer unos trámites.

-Pero John, debo decirte algo.

-Después, nos vemos

Sarah acostumbra a obedecer no le dice nada, solo hace lo que le pidió y al otro día salen del Marquesado, solo unos días después John sale hacia el norte, Sarah solo se despide, ella no sabe toda la historia con Susan, solo sabe de la amante de su marido, que par a ella es el amor de su vida.

Solo John no sabe que deja algo valioso atrás, está vez no la volverá a ver, alguien más ya planea algo, sobre todo por qué a Sarah dejo de usar zapatos altos y su ropa es corta señal de las mujeres embarazadas.

Mientras John viaja, ella se enferma, su doncella no sabe qué pasa, el doctor tampoco, parece una enfermedad rara.

Sarah en sus sueños se ha rendido, solo sueña con sus pequeños, dos niños rubios que la llaman, y ella va con ellos

-Iras con ellos? -Le decía una mujer de blanco-

-Si, me he cansado de luchar, él se fue y me dejó, estaba yo bien, pero ni bien llegué al Marquesado me enferme, ahora lo entiendo todo.

-Puedo darte la oportunidad de regresar.

-No, déjame ir con ellos.

-Entonces ocuparé tu cuerpo? Te daré la oportunidad de renacer con ellos, solo te esperaban a ti.

-Pero falta uno, dónde está mi pequeño.

-No, esa alma sigue viva en tu cuerpo, él es importante para el futuro que ya ha cambiado en ese mundo.

-Vivirá? Pero quién lo cuidará?

-Alguien que es muy mala, pero he decidido darle una oportunidad, en el último momento de su vida se arrepintió de lo que hizo.

-Ella podrá protegerlo?

-Si, te lo prometo, ahora ve con ellos, mereces ser feliz, así esas tres almas se pierden en la luz, mientras el cuerpo de Sarah agoniza por la fiebre otra alma es puesta ahí.

-Debes proteger a ese niño.

-Porque yo?

-Es tu castigo por ser mala.

-Oye, morí salvando a alguien, ella cuidará de mi hija, si bien no fui muy buena ella es hermosa, como su padre que debe estar muerto también.

-No, el vive y está con la pequeña, con este niño tienes la oportunidad de ser la madre que no pudiste ser, tendrás los recuerdos de ella, además sabrás dónde estás de inmediato.

Así Sarah despierta, su doncella está feliz de verla, ella está confundida y pide agua, hasta que la huele.

-No, dónde estoy?

-Mi señora está en el marquesado.

-Haaa mi cabeza, duele.

Los recuerdos llegan y ella solo ve el cuarto, se levanta y ve su rostro.

-Mierda!! Es en serio ** Una novela cursi, maldita sea, si es mi castigo, maldita bruja**

Ella sonríe de lado solo tomaba una manzana y la mordía.

-Ve por agua, pero del pozo, sin que te vean, está agua guárdala en el baño en un balde grande, cada vez que pidas de la cocina la echaras ahí.

-Si mi señora.

La doncella sale y Sarah solo se mira al espejo, su vientre es de unos 4 meses aproximadamente.

-Rayos, aquí no hay anestesia para el parto, será doloroso, bien has pasado por cosas peores, pero a esa zorra la mataré con mis propias manos,