Divorciada, Viuda Y Amada

Alejandra

Me despierto con un rico olor a café, me levanté fui a la cocina, mamá Gloria estaba haciendo desayuno, le di un beso y me senté en la barra, ella me pasó una taza de café como a mí me gusta.

— Mamá Gloria pasa algo y te conozco, me digo viéndola por lo nerviosa que está, me voltea a ver y sonríe, — ¿cuéntame, estás bien? Le pregunto.

— Nada mi niña, bueno sabes que te quiero como una hija y nunca hice diferencia entre tú y Mirna, ahora que tus papás están aquí y estoy contenta que ellos ya estén junto a ti como siempre lo querías, mi niña te quiero mucho, me siento celosa pero no me hagas caso, solo vine a consentirte como lo he hecho durante estos años.

Me levanté y fui a darle un abrazo y la besé, — mami yo también te quiero mucho, estoy muy agradecida de que me hayas acogido en tu casa y me dieras un poco de tu amor, que no me hiciera falta nada, aquí en mi corazón hay un espacio para ti, nadie te va a sacar de ahí, pero señora no sea celosa que si hija postiza tiene mucho amor para usted— le digo dándole muchos besos, me separó y me voy a mi cuarto a arreglar, — mamá ya bajo, me baño y te acompaño a desayunar.

La dejé un rato en lo que me arreglaba, cuando baje ya estaba Mirna y Noelia sentadas en el comedor, — ¿que hacen ustedes aquí?, mamá dolores vino a consentirme solo a mí.

— me desperté y me encuentro con que la señora no se encuentra en su casa, le llamé y resulta que se vino a hacer desayuno a casa de su otra hija y a mí me abandona, por eso vine y de paso me traje a Nohe que se sentía solita, verdad Nohe, dice Mirna y yo solo ruedo los ojos.

— Ya niña no se peleen, hice desayuno para todas, vamos a desayunar ya se les hace tarde, vamos que tienen que trabajar para mantener a esta pobre vieja, dice mamá Dolores riendo.

Desayunamos entre plática y risas, después Noelia y yo nos fuimos a la consultora mientras Mirna iba al juzgado tenía un caso, quedamos en comer juntas.

— Que tal tu exesposo a poco no está para comérselo, dice Nohe levantado una ceja esperando una respuesta mía.

— Sonreí dejado, y la vi de reojo porque iba manejando, — No te lo voy a negar, no lo había reconocido, poco me acuerdo de él, pero si te voy a dar la razón está rebueno el condenado, lástima que está casado y ahí hay respeto, le digo y ella se carcajea.

— Casado pero no capado, aunque según investigué, sigue solterito y sin compromiso, en las revistas no sale en pareja, se le ve siempre solo, amiga creo tienes la oportunidad de recuperar a tu esposo.

— estás loca, para empezar no hay nada que recuperar, y no es mi esposo, recuerdas soy viuda, lo que pasó con el señor Franco fue una noche de locura, estaba bien borracha por eso pasó lo que pasó.

— En serio Ale, que sentiste cuando lo viste, no recordaste nada de lo que pasó en esa habitación de hotel de las Vegas.

— Por más que trato de recordar, nada se me viene a la mente, lo único que recuerdo es que estaba bailando con el y nos tomamos lo mismo que todos estábamos tomando, y a César abrazado de su exnovio, es lo único que recuerdo, como llegue a la habitación y que pasó ahí dentro es lo que quiero saber y no sé si el recuerde lo que pasó.

— pues amiga mía, yo pienso que el si recuerda, por algo se espero hasta que volviste para que lleves el proyecto, creeme que otro hubiera cancelado el contrato, espero tres meses para conocerte y además a diario preguntaba por ti durante estuviste en el hospital, yo lo ví muy preocupado por ti y creeme que si no se acordara no te hubiera buscado para que hagas la reestructuración de su empresa.

— bueno ya deja de decir esas cosas, no lo creo, además cuando si abogado llegó con los papeles de divorcio me aseguro que estaba por casarse, algo ha de haber pasado para que no se haya casado o talvez se pospuso la boda, todo puede suceder y ya bájate vamos que tenemos mucho trabajo.

Nos bajamos del auto y subimos a mi oficina, antes de irme a la compañía de Franco& Asociados tengo que hacer una cosas aquí, mande a los chicos que se adelantarán y yo los alcanzaré después.

Mientras estaba en mi oficina con Nohe formando documentos, teniendo reuniones con los equipos de trabajo con avances de lo que están haciendo en las empresas para las que trabajamos

— Señora de la Rosa, el señor Franco quiere hablar con usted, me dice mi secretaria al teléfono.

— Gracias Salma, hazlo pasar, te encargo un café y algo de tomar para el señor, gracias.

— Buenas tardes señorita Alejandra, espero no importunar como no fue a mi empresa decidí venir a verla y hablar con usted.

Lo quede viendo embobada y no supe que dijo solo asenti con mi cabeza, solo de verlo, ese traje a la medida le queda muy, pero muy bien que hasta dan ganas de quitárselo, me doy un golpe mental, no se que es lo que estoy pensando.

— ah, este, siéntese y dígame en qué me puedo ayudar, le informo que mi equipo está habiendo un buen trabajo, para el día de mañana tendrá el primer informe de mi que llevamos avanzado, le digo sin apartar la mirada de esos ojos profundos.

— Bien, pero no vine a eso, quería invitarla a comer, como no la vi allá, vine hasta aquí para que me acepte está invitación, me dice y claro que sí quiero ir, no estaría mal, le iba a contestar cuando Noje entro a la oficina.

— Ale, ya estás lista Mirna ya nos espera, oh! perdón no sabía que estabas ocupada, dice y me da una sonrisa.

— Perdón señor Franco, como ve ya tengo un compromiso, le parece para la próxima si lo acompaño.

— No hay problema, mañana si me acepta la invitación, las dejo bellas damas, con permiso, que pasen un buen día.

Salió de la oficina y nosotras tomamos nuestros bolsos y salimos al restaurante donde quedamos de vernos con Mirna quien dijo que tenía que decirnos algo.