Dylan es un chico ejemplar quien siempre creyó que Sofia; su madre, era una madre soltera engañada y traicionada un día descubre de la peor manera que no es así. Sino que ella fue por decisión propia la amante de su jefe quien estaba casado convirtiéndose así en la otra.
El chico es llamado heredero de uno de los más grandes imperios de la industria de la minera por parte de su abuelo paterno quien lo nombró solo por ser su único nieto varón, no por que lo acepten y mucho menos lo amen en la familia Boyer.
Todo esto pasa cuando Dylan es traicionado, decepcionado y humillado por la mujer que amaba, quien solo lo usó para saciar sus bajos instintos convirtiéndolo en una máquina sexual para ella.
El chico a quien no le importaba el dinero de la herencia decide usar este poder para llevar a cabo su venganza contra esa mujer.
Dylan se verá envuelto en un sin números de eventos peligrosos, manipulaciones y placer donde solo el más fuerte sobrevive.
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Capítulo 15
Los días siguieron pasando y Dylan y Edward siguieron encontrándose como de costumbre en la cafetería como todas las mañanas lo hacían.
Aunque el chico cada vez más se preocupaba por la salud del anciano que aunque trataba de hacer que no pasaba nada, su cuerpo lo delataba al estar más delgado y pálido.
Dylan preocupado por su salud le pedía que si estaba enfermo se quedara a descansar en su casa, que no era necesario venir a la cafetería, pero por más que le pedía que hiciera reposo el anciano se negaba y hasta algunas veces malhumorado le preguntaba que si ya no quería pasar tiempo con él se lo dijera a la cara.
Obviamente Dylan le explicaba que lo que pasaba era que estaba preocupado por su salud y no porque le incomodaba pasar tiempo con él. Al contrario, que disfrutaba mucho su compañía.
El anciano al verlo tan preocupado le confeso que al único lugar que salía era para desayunar y tomar café con él y que después se regresaba a su casa a tomar reposo todo el resto del día.
Dylan al escucharlo no le volvió a decir que no viniera a la cafetería para encontrarse con él. En cambio, cada vez que se encontraba con el anciano le daba su mejor cara y trataba de que Edward pasara un momento grato a su lado.
Todo siguió bien entre ellos hasta que un día el anciano le hizo una pregunta que dejó al chico un tanto confundido.
— ¿Y no te han vuelto a molestar los chicos que te molestaban?.— Pregunta expectante a la respuesta del chico quien lo ve tanto sorprendido como confundido debido a su pregunta.
– ¿Perdón?.— Pregunta el Dylan con el ceño fruncido sin comprender.
El anciano al darse cuenta que había hablado más de la cuenta y al ver como Logan le hacía señas discretas advirtiéndole de esto, sin mostrarse nervioso y mucho menos asustado con un semblante tranquilo le dijo al chico.
— El otro día que traías el corte en el rostro y el pelo corto deduje que en lugar de ser un chico con el que peleaste fueron dos o más.— Le dice mirándolo fijamente para ver la reacción del chico.— Además de que eres deportista, estudiaste artes marciales y pronto serás entrenador de defensa personal, no me creí para nada que un solo chico te golpeara y además perdieras contra él.—
Dylan al escuchar a Edward de inmediato pensó en un dicho popular que dice: Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Y en este caso él mismo pensaba que no le podía esconder nada a Edward porque era inútil debido a la experiencia que los años le han dado.
— Jajaja, me pillo por completo.— Sonríe el chico al creerse ser descubierto por el anciano. Luego deja escapar un suspiro recordando a aquellos tipos y lo molestos que siempre han sido.— Aquella vez le dije que solamente había sido uno, pero tiene razón Edward eran varios.— Le confiesa sonriendo.— Además ahora que lo menciona desde ese día ni siquiera los he vuelto a ver.— Dice encogiéndose de hombros para no entrar en detalles y decirle sobre la golpiza y las amenazas que ellos habían recibido en su nombre.
El anciano escuchaba al chico y estaba tranquilo de ver que la lección que les había dado a esos maleantes para que no se acercaran más a su nieto había funcionando.
Pero de pronto el hombre mayor miro como Dylan se quedaba callado mirando fijamente su taza de café.
— ¿Pasa algo?.— Le pregunta curioso ver al chico parlanchín estar tan callado.
Dylan dejó escapar un suspiro al viento mientras una sonrisa amarga se le dibujaba en el rostro.
— Mañana es el último día de clases y después estaré de vacaciones por más de un mes...—
— ¿Y?.— Lo interrumpe Edward.
— Lo que sucede es que en ese tiempo no podré pasar tiempo con usted porque tengo te trabajar.—
El anciano y hasta el mismo Logan quien escuchaba toda la conversación en secreto se sorprendieron mucho al ver lo apegado que esta el chico con el hombre mayor.
Pensaban si era verdad eso que dicen que ser llamado el poder de la sangre o solo es el carisma y atención del chico con cualquier persona.
Sin embargo, sea como sea, Edward estaba feliz al sentirse querido y apreciado por su nieto el cual lo ve sin un interés oculto.
El anciano controlando sus sentimientos le dijo que no se preocupara que él hiciera lo que tenía que hacer en sus vacaciones y cuando estas terminaran él vendría para seguir tomando café a su lado.
Dylan emocionado antes de marcharse en un pedazo de papel le apuntó su número de celular y se lo dío para cuando este se sintiera solo le llamara. Edward le dijo que así lo haría y tomó el papel.
Al día siguiente se reunieron como siempre y cuando se despidieron quedaron en volverse a ver hasta que Dylan entrara de vacaciones.
Al otro día Dylan estaba muy emocionado por que sería su primer día impartiendo sus clases de defensa personal.
Además de su club de fans quienes siempre lo apoyan gustosas, debido al anuncio que había puesto Tadeo en sus redes sociales tenían un buen número de personas que tomarían el curso lo cual estaba muy bien para él.
— Aquí tienes estas son las personas que se registraron para las clases.— Mateo le entrega una hoja de papel con todos los nombres en esta.
— Gracias.— Contesta el chico amable leyendo los nombres en la hoja.
Aunque Dylan sabía que la chica que había conocido tal vez no vendría, aún así busco su nombre en la lista, pero no lo encontró en ella.
— ¿Buscas a alguien en especial?.— Pregunta Tadeo curioso al ver al chico revisar una y otra vez la lista.
— No... A nadie.— Niega el chico bajando la hoja de papel.
– Bueno si es así vamos a darles la bienvenida y a comenzar.— Le palmea la espalda mientras el chico sonrie.
Los dos fueron hasta el área que se dispondría para este curso y comenzaron a presentarse con todas las personas que habían acudido.
Después de presentarse y comenzar con los primeros ejercicios de rutina la persona que Dylan creyó que no vendría hizo si aparición.
— Bienvenida, ¿en qué puedo ayudarle?.— Pregunta amablemente Tadeo al verla entrar por la puerta principal del gimnasio.
— Eh... Yo estoy buscando a...— Dice haciendo pausa larga mientras mira al rededor encontrando con la mirada a Dylan quien sonreía divertido al enseñarle un movimiento a Susana.
Marcia en un traje deportivo un poco holgado y mientras escondía sus manos en las mangas de suéter simulando estar nerviosa y temerosa se dirigió hacia donde estaba este impartiendo la clase dejando prácticamente a Tadeo con la palabra en la boca.
— Eh... Hola... Lo siento por llegar tarde pero, ¿aún hay cupo para alguien más?.— Le pregunta fingiendo estar nerviosa.
Dylan al darse la vuelta y encontrarse con los ojos azules de Marcia se quedó unos segundos sorprendido por que realmente había venido.
— ¡Por supuesto!.. Bienvenida Marcia.— Le contesta amable casi de inmediato.
Y con esa bienvenida daría paso a darle un giro de 180° a su vida.
^^^Continuará...^^^
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